Pasaron las elecciones legislativas y con ellas se abren conclusiones, pero también incógnitas a corto plazo. En la Argentina, en muchas materias, pero sobre todo en política, se va planificando paso a paso, elección a elección. Partido a partido, como diría cualquier DT futbolero.

Sin dudas, Juntos Somos Río Negro se consolida como fuerza provincial. Esta era una prueba de fuego. Hoy con el diario del lunes es fácil decir que la victoria era lógica, tanto en las PASO como en las generales.

Sin embargo, al iniciarse el 2021, JSRN tenía un desafío muy importante: no repetir el papelón de las últimas legislativas de 2017, donde el mal desempeño electoral con Fabián Gatti a la cabeza, casi obligó a bajar su lista de la compulsa electoral. Claro está, el panorama era distinto. Hoy el partido gobernante cuenta con 18 municipios, 27 legisladores, un senador, un diputado y lo dicho: el timón de la provincia.

A todo eso, el próximo 10 de diciembre se le sumará otro diputado y de cara al 2023, las perspectivas son positivas. Se aumentó la diferencia en Bariloche, se triunfó considerablemente en El Bolsón, se achicó cuantiosamente la diferencia con el FDT en General Roca y se consolidan diversos distritos como Viedma, San Antonio, Allen y Villa Regina. Para revisar: la derrota amplia en Cipolletti y lo lejos que quedó el objetivo de la campaña (que entre Mercedes Ibero).

Por el lado del peronismo, a la espera de un milagroso recuento de votos, ya comenzaron los reproches internos. Por más que se logre conseguir la banca en Diputados, la elección volvió a defraudar. Muy lejos quedaron aquellas elecciones nacionales aplastantes y muy cerca se está de ser la tercera fuerza provincial.

Hay quienes minimizan esta derrota y entienden que en una elección provincial, el escenario puede mejorar. Pero también están los que pretenden cambiar conductas, referentes y formas. Sabido es que cada interna del PJ es descarnada y sin medias tintas. Por lo que se puede suponer que se vienen tiempos de pases de factura, enconos y alejamientos.

No alcanzó la unidad de varios sectores ni el fin de disputas entre dirigentes de peso ni la visita de figuras nacionales a la provincia. Nada fue suficiente. Algunos peronistas bastante autocríticos endilgan la derrota electoral “al mal manejo de la pandemia” y al tristemente denominado “conflicto mapuche”, sobre el cual también consideran que las declaraciones presidenciales fueron “muy poco felices” y que “piantaron” votos hacia JSRN.

Algunos datos favorables: se mejoró muchísimo en cuanto a números en Bariloche con respecto a la elección municipal de 2019 (de un 18% a un 28%) y también se recuperaron un par de puntos desde las PASO hasta este domingo (de 25% a 27%).

En Juntos por el Cambio, desde ya, prevalecen las lecturas positivas por sobre las negativas. De ingresar Aníbal Tortoriello como diputado, sería un enorme logro para una fuerza que viene en claro ascenso en la provincia, donde siempre cada triunfo costó sudores y lágrimas. Con el legislador Juan Marín como timonel, el empresario cipoleño logró levantar al PRO rionegrino, contener a gran parte del radicalismo y al ARI provincial, lo cual hace unos meses parecía utópico.

En ese sentido, tal vez uno de los mayores logros que revelaron los datos dominicales para JXC fue que se mantuvo el porcentaje obtenido en las PASO y no se fueron sufragios hacia otras fuerzas, más allá de la triple interna de septiembre. Si bien no se alcanzó el 32% que consiguió Lorena Matzen en 2017, estas elecciones hubo más actores en escena que hace cuatro años y no se contaba con un oficialismo nacional como por entonces.

Por otro lado, hay que decir que no retener la banca de Matzen sería un retroceso, en el marco de una elección voluntariamente nacionalizada por esa fuerza, donde también “ayudaron” los respaldos de sus referentes de capital y provincia de Buenos Aires.

Las buenas elecciones en Cipolletti, Las Grutas, Villa Regina, Dina Huapi, Bariloche, Cinco Saltos y SAO pueden ilusionar un proyecto provincial para 2023. Aunque tampoco hay que confundirse, porque el electorado muta, premia y castiga continuamente. Y eso, corre para todos.