Hace un tiempo que, cuando el reloj marca las 12 y las 18 horas, el soldado, el campesino, el aborigen y el misionero no realizan el desfile desde la altura de la torre. Un desperfecto técnico dejó a las cuatro figuras de madera en el interior de la simbólica estructura.

Pablo Sanz, el relojero que realiza el mantenimiento de “la máquina del tiempo”, explicó que el arreglo del desperfecto es muy costoso, pero se están buscando alternativas para que las figuras vuelvan a escena.

En primer lugar, remarcó el engorroso trabajo que hay que realizar: “Las figuras no funcionan hace un tiempo. Tienen un sistema paralelo y aparte al del reloj. Para que se entienda, es un hierro macizo que está incrustado en dos plateas de la torre, o sea que, para repararlo, hay que picar la platea de dos pisos”.

Además, explicó: “No tiene repuestos, hay que fabricarlos, es un trabajo muy complejo y muy caro. Pero estamos detrás de eso, lo vamos arreglar. Se pueden sacar las figuras de la estructura, pero reparar el sistema es mucho más difícil”, concluyó.