La habilitación para circular en cualquier horario y la vuelta de los boliches, sumado a un fin de semana XXL y un clima cálido, hace rememorar a las noches de primavera-verano de la prepandemia. Sin embargo, con la vuelta gradual de la “normalidad” también se volvieron a registrar varios hechos de descontrol al volante.

Durante la madrugada de este sábado se retuvieron 13 vehículos, 8 de ellos fueron por test de alcoholemia positivo y 5 por falta de documentación.

Cerca de las tres de la mañana, personal del Municipio solicitó presencia policial en la intersección de las calles Otto Goedecke y Moreno cuando un automovilista eludió a los inspectores que intentaban someterlo al control y escapó en dirección al Alto de la ciudad, siendo detenido tras varias cuadras de persecución por parte de la Policía de Rio Negro.

Como se puede observar en las imágenes, el conductor se negó a frenar para proceder al control, emprendió la fuga en contramano por calle Otto Goedecke y se llevó enganchado un cono vial de seguridad. Más adelante llegó hasta calle Onelli y continuó la huída hacia el sur de la ciudad, mientras dos móviles policiales lo seguían.

Personal policial de la Unidad 28 logró interceptar el rodado en la intersección de las calles Taique y Maitenes, en las inmediaciones del cementerio municipal.

Los tres sujetos que viajaban en el vehículo se negaron a aportar sus datos personales, por lo cual los efectivos procedieron a la detención y posterior traslado a la unidad de las tres personas involucradas. Ya en la comisaría se procedió a la identificación de los acompañantes del vehículo descripto, quienes quedaron demorados por el Art. 11. Inc. a) Ley 5184.

En tanto el rodado fue retenido preventivamente por personal de Tránsito y Transporte del Municipio. En las imágenes puede advertirse que el vehículo involucrado, un Fiat Palio de color rojo, con vidrios polarizados y el capot de color negro, tiene un detalle que no pasa inadverdito y resulta ciertamente alarmante: las luces delanteras son de color rojo.

La Ley nacional de Tránsito establece expresamente en su artículo 31 las características del sistema de iluminación de los vehículos y reglamenta que las luces delanteras, sean altas, bajas o de posición, tienen que ser blancas o amarillas y únicamente las traseras, sean de posición o de freno, de color rojo. Pero además, prohibe taxativamente colocar o usar faros que no sean los establecidos en la norma.

El dato y la normativa no es caprichosa, pues ubicadas tal como vienen de fábrica, las luces de cada vehículo permiten indicar, a los ojos de un peatón u otro conductor, la dimensión y el sentido de circulación del vehículo.