La próxima campaña oftalmológica en zonas rurales está programa para el 24 de septiembre a Río Chico. Desde la Fundación Cien Caminos explican que, “contamos con 15 años de experiencia en campañas de atención en la zona rural al Sur de la provincia de Río Negro, visitando 3 o 4 veces por año distintos parajes con equipos de atención y diagnóstico, provisión de anteojos gratuitos y realización de cirugías en pacientes con ceguera de causas evitables, además de la conformación de una base de datos estadística de pacientes con patología oftalmológica”, se indica desde la página web ciencaminos.com.ar.

El oftalmólogo Franco Scaiano detalló que preparan “un nuevo viaje a Río Chico. Hace 15 años que estamos en los parajes de la provincia para realizar atención oftalmológica de primer nivel a todos los pobladores, pacientes que lo necesitan. A través de Radio Nacional llamamos a la gente de los alrededores para que se acerquen y poder hace la atención correspondiente”.

A través del programa “El Expreso Periodístico” que se emite por El Cordillerano Radio (93.7) indicó el profesional que en forma previa al viaje “nos comunicamos con el agente sanitario del lugar a donde vamos, de ahí organizamos la fecha para ir, más o menos en base a los pacientes que se calculan para atender con los profesionales que vamos, en realidad nos anotamos todos, seremos actualmente 7 u 8 oftalmólogos, para adultos y oftalmopediatras también”.

Consultado sobre la afección denominada ‘cataratas’, mencionó que “sobre todo en zonas rurales es algo bastante complicado, la catarata es como una lente opaca que está dentro del ojo, el paciente tiene como una cierta ceguera, pero es una ceguera reversible, si nosotros operamos, ese paciente vuelve a ver, y en cierta medida los pacientes rurales tienen tal grado de abandono que son pacientes literalmente ciegos, que vienen de la mano de sus familiares, entonces uno lo opera y vuelven a ser lo que eran antes, vuelven caminando solos, son personas totalmente independientes, actualmente estamos haciendo cirugías de cataratas en el Hospital Zonal y en el Sanatorio San Carlos”.

Asimismo explicó: “vamos y hacemos el diagnóstico, completamos unas planillas del paciente que requiera un tratamiento especial como una cirugía o un tratamiento láser, lo mandamos para Bariloche y además trabajamos con la universidad para hacer todo tipo de estadísticas con estos pacientes, con estos pobladores. A veces también trabajamos con traumatólogos, con odontólogos que ahora se van a sumar el viernes de la semana próxima, siempre hay alguien que se prende para ayudar, pueden venir tranquilamente y aportar su granito de arena”.

Sobre si se va y se vuelve en el día refirió que “si son lugares como a Río Chico, tres horas de viaje aproximadamente, vamos en el día, salimos a la mañana bien temprano, atendemos, almorzamos ahí, más o menos a la tarde ya pegamos la vuelta para llegar Bariloche a la noche. Si es más lejos nos quedamos a dormir. En tiempos de pandemia no pudimos hacerlo, se complicó por dos cosas, primero por la pandemia en sí y luego porque el año pasado nevó un montón y había lugares inaccesibles. El año pasado no pudimos viajar, ahora estamos retomando”.

¿Existe abandono?, “es complicado que se los pueda atender, generalmente los médicos que hay no están especializados en ojos, no tienen los aparatos para ver, es muy difícil para ellos hacer un diagnóstico. Están alejados no pueden venir a la ciudad, se complica, los pacientes terminan perdiendo la visión por cosas que son totalmente reversibles”.

Con respecto a la ayuda que reciben mencionó que “tenemos un convenio con la óptica 'Óptima Visión' que nos pueden proveer de lentes para algunos pacientes para darles en el momento para que vean mejor, o si no se les hacen las recetas y se les envía luego las lentes confeccionadas, en caso de ser lentes más complejas, también proveemos lentes de sol, gotas para los ojos, para el glaucoma, hacemos donaciones que deja la gente en el San Carlos. Cuando salimos llevamos todo a cada pueblo o paraje, como ropa, electrodomésticos, cualquier cosa, llevamos todo. En el Hospital recibimos donaciones de los marcos que nos pueden servir para reemplazar los cristales”.

La Fundación es considerada a nivel nacional y por ello “estamos nominados por la Fundación de Abanderados que otorga un premio a este tipo de actividades sociales, que tiene la finalidad de impulsar a nivel nacional y mostrar a toda la gente lo que se hace, entre 700 candidatos estamos entre los 8 nominados”.

Muchos son los vecinos que apoyan y se manifiestan a través de las redes sociales, "gracias por apoyarnos en nuestra lucha por la ceguera y el dolor osteomuscular invalidante", sobre el último enunciado señaló el profesional que “también trabajamos con traumatólogos, kinesiólogos que van con nosotros a la Línea Sur para hacer tratamientos de infiltración, elongación para estos pacientes, es un poco de todo, se suman oftalmólogos, se suman odontólogos y también traumatólogos”.

Por último, Franco Scaiano hizo historia el decir: “ya hace 15 años de esta experiencia, en realidad el que más experiencia tiene es Santiago González Virgili, él es el que arrancó con la Fundación Cien Caminos y con el tiempo se fueron agregando más personas, distintas universidades, donaciones, la óptica, los laboratorios que nos dan las gotas, con todo eso ya tenemos un manejo muy generalizado para esta personas de los parajes rurales”.

La información se puede consultar en la página web: ciencaminos.com.ar, allí hay una dirección para las donaciones en el San Carlos, calle Frey 111, ropa, electrodomésticos, calzados, todo se lleva a los pobladores.

De esta manera la Fundación resume que la salud no es ajena a actuales problemáticas, siendo difícil o imposible acceder a cuidados adecuados para pacientes con patología compleja. Específicamente en el área de salud visual es frecuente encontrar pacientes ciegos o disminuidos visuales por causas evitables, niños con patologías sin diagnóstico, personas que no pueden acceder a anteojos para corregir alteraciones simples de la visión, pacientes que no pueden adquirir su medicación crónica para el tratamiento del glaucoma y por supuesto la imposibilidad de acceso a estudios y tratamientos de alta complejidad. Por eso asumieron la responsabilidad social de aportar voluntad y habilidades para paliar o menguar las citadas carencias.