Una mujer se comunicó con la redacción de El Cordillerano para contar otra modalidad de estafas telefónicas. Luego de horas de malestar, ya que la amenazaban con embargarle varios bienes, se dio cuenta de que se trataba de un “cuento del tío”.

Relató que la llamaron al teléfono fijo de la casa de sus padres: “Una chica me dice que me habla de un estudio jurídico, para notificarme que el lunes 20/9 se va a realizar un embargo en mi domicilio”, comenzó.

Supuestamente se trataba de una demanda por $900 000 y en pocos días le iban a embargar electrodomésticos y bienes por esa cifra.

“Me mencionaron mi nombre completo, mi número de DNI y la dirección. En un leguaje correcto y propio de la actividad jurídica”, agregó y continuó: “Me dieron la información y me dijeron que me comunique con un estudio de abogados para que les dé más datos”.

Indicó que se comunicó con un número de Buenos Aires y le dijeron que tenía una demanda por una deuda de hace más de 10 años, que mantenía con una empresa de Bariloche. “Hace más de 10 años que no usaba ningún crédito con esa empresa”, explicó.

Luego le reclamaron un pago anticipado para frenar el embargo que se iba realizar el próximo lunes. Mientras, le brindaban datos sobre sus ingresos, la actividad a la que se dedica y hasta el vehículo que tiene a su nombre.

“Estaba muy angustiada y se me pasaban veinte mil cosas por la cabeza. Llamé a un abogado de confianza de mi marido y ahí nos dijo que podría tratarse de una estafa. Nos pedimos un informe del veraz, que lo pude hacer por la ley de acceso gratuito a la información. Me sale que soy calificación normal y que no tengo ninguna deuda”, continuó el relato.

“Llamé de nuevo y me dijeron que para arreglar y evitar el embargo podía pagar $300 000. Ya me empezó a sonar raro y también me ofrecían que podía hacer dos pagos”.

Una vez al tanto del intento de estafa, igual pidió los datos para realizar el pago: le proporcionaron una cuenta de Mercado Pago y le siguieron negando el acceso al inexistente expediente judicial al que hacían referencia en los llamados.

“La pase muy mal, lloré desconsoladamente. Después me empezó a figurar en el celular el número al que había llamado como de 'posible fraude'. Fue una situación de mucha angustia, que me inhabilitó todo el día. Me interesa que se sepa para que la gente esté atenta”, finalizó.