Durante la entrevista que brindó el jefe de la Policía de Río Negro, Osvaldo Tellería, a El Cordillerano Radio, se abordó el caso de la muerte del efectivo policial Gabriel Mandagaray, durante un curso de entrenamiento de la fuerza especial COER en Bahía Creek, a pocos kilómetros de Viedma.

Tal como lo reconoció horas después del luctuoso caso, en abril de este año, la muerte del joven afectó de manera directa al titular de la fuerza, quien lo conocía desde que era un niño.

“Fue un golpe muy fuerte en lo personal, y también en lo institucional, aunque en este sentido estoy tranquilo por las medidas que se implementaron con los responsables del dictado de ese curso y también con quienes aprobaron el proyecto para su realización”, sostuvo Tellería.

En relación a las características de la instrucción, reconoció que “el curso del COER es intensivo y exigente, pero nunca humillante ni incluye prácticas denigrantes”, haciendo alusión a los posibles excesos en los que recayeron los instructores con los participantes.

En cuanto al desarrollo de la investigación, informó que en paralelo al expediente judicial se iniciaron las actuaciones administrativas correspondientes que se dirimirán una vez que se expidan los jueces que llevan adelante la causa.

Tellería ejerció durante ocho años como titular de la misma fuerza especial –que antes se llamaba BORA– por lo que conoce en detalle las características de la preparación que tiene el personal de la misma.

“El curso es exigente y eso está relacionado a las situaciones a las que el empleado deberá enfrentarse una vez que esté en actividad. Los instructores deben conocer el límite de la preparación y no excederse”, apuntó.

Hizo hincapié en los casos en los que debe intervenir la fuerza de choque que tiene la Policía de Río Negro como allanamientos de alto riesgo, enfrentamientos, toma de rehenes, rescates e intervenciones en conflictos sociales. “La persona debe estar preparada para saber cómo y cuándo actuar, no solo física sino también mentalmente”, explicó.

La preparación especial que tienen quienes forman parte del COER les permite intervenir de forma adecuada, con el objetivo puesto en resguardar la integridad de las personas. Por ese motivo, mencionó, “es poco habitual que la unidad especial intervenga en la prevención cotidiana”.

En cuanto a la investigación por la muerte de Mandagaray, hizo referencia al avance de la causa en material judicial y al proceso administrativo interno, que podría concluir en sanciones de distinta gravedad para los responsables, las cuales serán adoptadas una vez que se expida la Justicia.

Consultado sobre la continuidad de esa capacitación, aseveró que el mismo “debe continuar, es indispensable”, aunque anticipó que “existirá un análisis profundo sobre quiénes lo dictarán y también sobre las características del proyecto”.