GIMÉNEZ DIJO QUE NO HAY PLATA NI PARA “LOS PARCHES”

| 09/09/2021

“La responsabilidad de resolver los problemas habitacionales es de la Municipalidad”

“La responsabilidad de resolver los problemas habitacionales es de la Municipalidad”
Foto: Matías Garay.
Foto: Matías Garay.

El titular del Instituto de Tierra y Vivienda para el Hábitat Social, Javier Giménez, ante la toma en la ladera sur del cerro Otto, y recordando el pedido del juez, quien, en la audiencia de formulación de cargos, solicitó que la Municipalidad hiciera lo posible para encontrar algún tipo de solución -en un momento en que el organismo está bajo la lupa-, expuso: “La justicia nos insta a trabajar, y lo estamos haciendo”.

“En realidad, desde que asumí, el 1° de septiembre del año pasado, venimos trabajando”, señaló.

“La solución habitacional no es tan fácil. No solo hay que hablar de tierras, sino de servicios, de calles, y, a veces, las empresas proveedoras tampoco están en condiciones de otorgar rápidamente los servicios de agua y luz”, consideró.

Así, repitió: “Estamos trabajando”, pero, ante las vicisitudes que comentó, reconoció: “Lo que sucede es que no venimos haciéndolo a la velocidad de la necesidad real”.

Sobre lo que sucede en el Otto, apuntó: “Hasta el lunes, la parte municipal tomada era casi nada, la mayoría se encontraba sobre tierras privadas, pero, como tiene un funcionamiento de movilidad, puede ser que, en cualquier momento, se ubiquen dentro del predio comunal".

El funcionario especificó que, al notar lo que sucedía, recurrieron a la justicia: “Cuando vimos la movida, preventivamente hicimos la denuncia sobre una urbanización de Frutillar norte, con alrededor de quinientos cincuenta lotes, todos ya con nombre y apellido, a excepción de algunos definidos por amparos”.

Especificó que, en su momento, hace ya varios años, la zona que ahora pertenece al municipio se expropió, justamente, para lotear.

“Hay gente que tiene pago el lote ahí, y no puede hacer uso porque no cuenta con los servicios”, detalló.

De esa manera, indicó que a partir de lo que sucede ahora -que muchos coinciden en opinar que se inició a partir de una decisión del organismo de “prestar” un segmento de tierra a un hombre con un historial de tomas que habría incitado a la gente para que se asentara allí–, se han producido escenas confusas, donde incluso algunos que ya contaban con su tierra no pudieron acercarse a ella porque efectivos policiales creyeron que estaban tomando terrenos. 

Más allá de eso, remarcó que, al apreciar que se estaba realizando una usurpación, se actuó en consecuencia: “Además de hacer la denuncia, especificamos que bajo presión no negociaríamos”.

“Estamos dispuestos al diálogo, pero no en esas condiciones”, recalcó.

Reconoció que “la responsabilidad de resolver los problemas habitacionales es de la Municipalidad, más allá de que estén en terrenos privados o públicos”.

“No le podemos sacar el cuerpo a esa cuestión”, afirmó.

“Lo que hemos hecho, cuando ha habido tomas, si se retiran, es adquirir el compromiso de sentarse a hablar”, sostuvo.

“Hay actas de compromiso, de 2017 en adelante, de ir incorporándolos en futuras urbanizaciones”, dijo.

“En base a eso, y al listado del Instituto, trabajamos dando la posibilidad primero a los compromisos tomados con anterioridad, para después llegar a los nuevos”, añadió.

Reconoció que es probable que muchos de los que están en la ladera del Otto “deben estar inscriptos en el Instituto”, sin obtener todavía un lote, aclarando que eso no tendría por qué derivar en una toma. “No acordamos con la metodología de la presión”, aseveró.

Igualmente, apreció que, en caso de llegar a un diálogo, tampoco se traduciría en respuestas rápidas: “No hay una solución inmediata para nadie. Una urbanización tarda como mínimo tres años”, reflejó.

“Por una presión, no puedo dejar de lado a los que ya tienen los compromisos firmados”, expresó.

Sobre la situación general que se observa en la ciudad, expuso: “La problemática habitacional no la podemos desconocer, porque es una realidad”.

“Yo tengo la obligación de trabajar con todos los inscriptos en el Instituto, que actualmente son más de cuatro mil, y es un número que sigue creciendo, porque la crisis, marcada por el aumento de los alquileres, con la inflación que complica los sueldos, causa mucha desesperación”, remarcó.

“Solo en los últimos tres meses, se han inscripto alrededor de quinientas familias, que antes contaban con el poder adquisitivo para alquilar y ahora están desesperadas porque les aumentaron los valores y no tienen la capacidad de pagar”, continuó.

“El problema habitacional de Bariloche es una consecuencia de un crecimiento demográfico enorme, que va más allá de los análisis de la política pública. Creo que los que planificaron la ciudad nunca creyeron que podría haber más de doscientos mil habitantes”, reflexionó.

“Y sigue en avance, porque la gente continúa llegando. Esto también es parte de una discusión provincial: si no se logra desarrollar territorios en otros lugares, Bariloche no va a ser un problema económico, sino demográfico, y las tierras destinadas para hábitat social se quedaron cortas hace varios años”, proclamó.

Incluso, fue más allá: “Cuando asumí, lo hice en un Instituto de Tierra sin tierras”.

“Al no generar desarrollo industrial, con mano de obra, en otros lugares de la provincia, sucede esto… La fruticultura se cayó a pedazos, y solo avanzó el eje petrolero, que necesita personas especializadas. Mucha gente, incluso yo (cabe recordar que fue dos veces intendente de Ramos Mexía), ha tenido que migrar de sus territorios para conseguir trabajo, y eso deriva en lo que pasa en Bariloche, una ciudad turística, donde podés vivir con capacidad creativa, con artesanías, como mozo, y cosas para las que no necesitás una capacitación demasiado larga”, desarrolló.

En ese sentido, recalcó -tal como lo hiciera apenas asumió- que “resolver el problema habitacional de Bariloche significa tomar un crédito internacional”.

“No creo que el municipio en su recaudación pueda asumir, para solucionar la cuestión, la cantidad de millones que necesita para tratar de equilibrar la situación”, razonó.

“Ningún partido de la ciudad lo ha puesto en la discusión de la política pública”, juzgó.

“En algún momento me plantearon que el municipio de Bariloche no está autorizado para tomar créditos en dólares”, soltó, pero igualmente analizó que algo habría que hacer. “Cada día la demanda es mayor, pero la inversión ni siquiera resulta acorde para los parches”, concluyó.

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