RECOMENDÓ UN DOCTOR EN BIOLOGÍA

| 09/09/2021

“Las personas no deben ir a buscar encuentros con las ballenas”

“Las personas no deben ir a buscar encuentros con las ballenas”

El avistaje de ballenas es un clásico en las provincias de Río Negro y Chubut. Es común que la gente no se acerque a estos animales, sino que "ellas" se aproximan a curiosear; de esta manera ocurrió hace unos días con una mujer que se encontraba haciendo stand up paddle en cercanías de Puerto Madryn y un cetáceo se acercó, algo que fue interpretado por la deportista como un intento de "jugar". Otra situación ocurrió cuando un par de hombres con trajes de neoprene quisieron subirse al lomo de una especie franca austral. “Se dieron dos situaciones que no están exentas que ocurran, en una situación el comportamiento fue bueno, en la otra no”, indicó el doctor en biología Mariano Coscarella del CONICET.

El profesional explicó que “cuando miramos el video donde se ve a la ballena empujando, ni siquiera la empujó, la movió un poco, el agua fue la que movió la tabla de stand up paddle, lo que vimos es que la persona que está en la tabla se queda quieta, saca el remo del agua y deja que la ballena pase”.

A través del programa “Mano y contramano” que se emite por El Cordillerano Radio (93.7) sostuvo que “en realidad en la zona donde se realizan los avistajes, San Antonio, Pirámides y la zona de Puerto Madryn, en este último no se llevan a cabo avistajes, sino que hay una zona permitida para realizar actividades náuticas, estos encuentros pueden darse de manera fortuita, lo importante es que las personas no vayan a buscar estos encuentros, pero hay veces que los animales se acercan”.

Indicó que “en el segundo video donde se ve a personas con trajes de neoprene que quisieron subirse arriba de la ballena, esas cosas no tienen que ocurrir y no es solamente por una cuestión de ‘pobre animalito’, se trata de seguridad personal, uno debe tener en cuenta que son animales de 40/50 toneladas, de doce o trece metros de largo y cualquier movimiento que haga el animal es un riesgo para la seguridad de la persona, salió bien, como podría haber salido muy mal”.

Para Coscarella siempre se debe tener en cuenta que “son animales salvajes, la gente tiende a pensar que estos animales no lo son, que son animalitos de peluche, pero no, son animales salvajes muy grandes y aunque la intención del animal no sea realmente generar un daño, lo pueden hacer, entonces mejor prevenir que curar”.

Además consideró que “hay que tener respeto, nosotros estamos yendo a los lugares donde ellas viven, donde se reproducen y debemos tener respeto, convivir con esto que nos toca que es maravilloso. Tener esta cantidad de animales acá es maravilloso, entonces aprendamos, por poner un ejemplo, uno en la cordillera cuida permanentemente de no prender fuego, no romper árboles, cuidar el bosque, bueno hay que hacer lo mismo en la costa”.

Refirió el profesional que “estas ballenas son curiosas, no cabe duda, por eso se realizan los avistajes como se realizan, son animales curiosos, lo que hay que hacer es quedarse quietos, tranquilos, el remo arriba, huir de la ballena si es que la ballena tiene intenciones de interactuar, no lo van a poder hacer porque las ballenas son mucho más rápidas que cualquier capacidad que tenga uno con un kayak o con estas tablas para alejarse, lo más razonable sería no dirigirse hacia la ballena” y agregó que “no sé si la persona que estaba en esa tabla se dirigió hacia la ballena, si uno ve una ballena donde están permitidas las actividades náuticas hay que mantenerse a una distancia prudencial, pueden ser 100 metros, puede ser menos, pero la ballena puede ser que se acerque, ahí no hay nada que hacer, pero no hay que ir a buscar el contacto, sería lo ideal”.

Las actividades náuticas son kayak, stand up paddle, “entonces no existe la posibilidad de tener una maniobrabilidad como se tiene con una embarcación a motor donde uno se puede alejar si ve que la ballena se acerca, con un remo es mucho más difícil. El tema de buceo con las ballenas depende de la jurisdicción, en la provincia de Chubut está prohibido, en Río Negro está permitido y las reglamentaciones difieren de una provincia a la otra, lo cual es problemático siendo turista, porque quizás no sabe dónde se puede, dónde no se puede, tampoco uno puede hacerlo libremente, debe hacerlo con gente que conozca, con operadores autorizados para hacerlo, ya que los animales no son todos iguales, no reaccionan todos iguales por eso hay que estar con alguien que sepa”.

Sobre el motivo por el que los cetáceos se acercan refirió que “las ballenas vienen a los golfos norpatagónicos a reproducirse, empiezan a aparecer en la zona de Península Valdés en mayo y se quedan hasta diciembre, en San Antonio aparecen un poco más tarde, agosto septiembre y se quedan hasta noviembre, se retiran un poco antes. Es interesante saber que estas ballenas luego de la cacería comercial que ocurría a mediados del siglo 20, las ballenas hoy dejaron de ser cazadas y ahora se están recuperando. Estamos viendo que cada vez hay más ballenas en más lugares porque estamos viendo que los golfos que rodean a Península Valdés ya les quedan chicos y entonces empiezan a expandirse a áreas como la bahía de San Antonio”.

Para graficar el crecimiento de la especie contó el biólogo que “se hizo un relevamiento en el Golfo San Matías y se contaron 140 animales y ayer (lunes) se hizo un relevamiento en Península Valdés y se contaron 1.140 animales. Esta expansión nos pone muy contentos porque la ballena franca austral estuvo en peligro de extinción, hace unos años contábamos 350 animales en toda la zona, estos animales tardan mucho tiempo en recuperarse y ahora lo estamos logrando”.

Consultado sobre el cambio climático como un factor de riesgo mencionó que “es importante, las ballenas se alimentan mucho de krill y el krill depende mucho en su reproducción de la persistencia de hielo en la zona de la Antártida, entonces sino se forma hielo la producción de krill disminuye y las ballenas no tienen alimento suficiente, eso no sabemos cómo puede variar en cuanto a la capacidad reproductiva de la especie, cómo puede afectar si la capa de hielo en la Antártida empieza ser cada vez menor”, por otra parte refirió que “otro problema que existe en el hemisferio sur es la gran cantidad de plástico que hay en el mar. El principal problema en este caso es que si tienen plástico en sus estómagos es que estos animales no se alimentan como se tienen que alimentar”.

Al respecto de la posibilidad que tiene una ballena de ser desencallada, dijo que “depende de varias cosas, peso, tamaño, la velocidad con que se reacciona, también debemos tener en cuenta que cuando uno encuentra una ballena varada, hay que saber aunque suene crudo, que los animales salvajes también se mueren. Entonces es común que encontremos por año varios ballenatos muertos porque las crías de los animales salvajes se mueren. Con eso se hacen distintos estudios genéticos, se toman muestras de piel, de grasas, distintos tipos de estudios y la cantidad de información que brinda un animal varado es mucha, siempre hay algún equipo de investigación que responde a estos varamientos para tratar que esta información no se pierda”.

En el mismo rumbo explicó que “cuando se encuentra un animal varado lo primero que hay que hacer es avisar a las autoridades de la jurisdicción, ellos le van a dar curso a los investigadores o al equipo de rescate, si se puede enviar una foto para saber si el animal está vivo o muerto y saber de qué especie es, pero no hay que tocarlo, porque estos animales poseen bacterias y virus, algunos de los cuales son trasmisibles a los seres humanos, esto no quiere decir que alguien se vaya a contagiar, pero más vale prevenir que curar, sobre todo si el animal está muerto. A nadie se le ocurre andar por la ruta y meter la mano en un perro que está muerto en la ruta porque le da asco, sin embargo no pasa lo mismo con las ballenas, la gente tiende a tocarlas igual, incluso si están en estado de descomposición”.

Por último el biólogo recomendó “para hacer avistajes hay que ir a los lugares autorizados con los prestadores autorizados, hacer una excursión con todas las normas de seguridad, para disfrutar del avistaje en forma segura, para uno y para los animales”.

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