El grave estado de ebriedad de las tres personas que estaban en la vivienda que fue consumida por un incendio -una de las cuales murió en el acto-, fortalece la hipótesis de que el siniestro ocurrió de forma accidental, cuando una botella de alcohol etílico tomó contacto con el fuego de la salamandra del lugar.

El siniestro ocurrió a las 5 de la mañana en Pehuenes y Carlos Ruiz, a una cuadra de la barda del Ñireco.

Sergio Vivar, de 73 años, murió al quedar atrapado por el fuego. Mientras combatían las llamas, sabían de la existencia de una persona en el interior aunque el avance del siniestro impidió a los voluntarios rescatarlo con vida.

Otro de los hombres sufrió quemaduras severas en el rostro y en las manos, y fue hospitalizado en el nosocomio local, tras ser trasladado en una ambulancia. Fuentes del caso indicaron que presentaba un elevado grado de intoxicación alcohólica.

El tercero, de 36 años, pudo salir a tiempo y no sufrió heridas. Fue trasladado a la unidad policial en carácter de demorado, para que aporte información sobre el origen del siniestro, aunque los efectivos debieron aguardar a que se recupere de su estado alcohólico para poder hacerlo.

La vivienda donde ocurrió el episodio era utilizada como “refugio” por varios hombres en situación de calle, quienes se guarecían de las bajas temperaturas y calefaccionaban el lugar con una salamandra.

Una de las hipótesis es que arrojaron alcohol etílico sobre ese aparato, con la idea de avivar las llamas, aunque el fuego avanzó sobre los improvisados colchones de goma espuma, causando el deceso de Vivar y las heridas al otro hombre.

Fuentes del Hogar Emaús informaron que tanto Vivar como sus compañeros eran conocidos del establecimiento, aunque rechazaban alojarse en esa institución y elegían hacerlo en este refugio improvisado.