El viernes había circulado un mensaje de WhatsApp donde se llamaba a una concentración para el día siguiente, a las 18, en el Centro Cívico, bajo la consigna “Bariloche dice basta”. Pero el presidente de la Junta Vecinal de Villa Mascardi, Diego Frutos, quien hace un par de días fue protagonista del hecho que desencadenó la convocatoria, instantes antes de que llegara el horario pautado, confirmó que no estaría presente. Finalmente, cuando el reloj del palacio municipal dio la campanada de las seis de la tarde, en el punto neurálgico de la ciudad solo estaban Roca endurecido en su caballo y unos pocos turistas que insistían en tomarse la foto clásica de la localidad, aun con el frío reinante y la llovizna que, por momentos, ofrecía una pátina plateada sobre el piso.

El porqué de este vacío debe buscarse en una desconfianza generalizada.

Las personas que suelen responder a citas que apuntan a la causa Villa Mascardi, en apoyo de los vecinos de la zona, se comunicaban entre sí para saber de dónde había salido la convocatoria, lo que aún se desconoce.

Aquellos que han impulsado los diferentes banderazos en la ciudad no lo sabían; tampoco los jóvenes de Pibes Libertarios, que últimamente son una fija en este tipo de actos; y el grupo de allegados a Frutos no era la excepción.

Así, ante las dudas y el temor de que se tratara de una especie de emboscada –originado por la tensión que tomó el conflicto en los últimos días– todos optaron por no ir.

Lo cierto es que, ante la evidencia de un Cívico casi vacío (sin nadie “al acecho”), se demostró que no había ninguna trampa, sino una propuesta que salió de alguien que no consultó con aquellos que suelen impulsar la realización de estas concentraciones; o bien, una especie de broma lanzada “al aire” por la aplicación de chat, a ver si alguien caía.

Pero, frente al edificio comunal, en lo que hacía al llamado, solo se observó a un par de personas: dos señoras mayores, dentro de un auto, que observaban a través de las ventanillas, esperando algo que nunca llegó.

Cabe recordar que el jueves, al difundirse un mensaje de audio de Diego Frutos, donde se lo escuchaba agitado, diciéndole a un vecino que había sido atacado por presuntos miembros de la autodenominada comunidad Lafken Winkul Mapu y se dirigía cerro arriba, comenzó a respirarse un aire de preocupación entre propios y ajenos.

Finalmente, cerca de las 23, fue hallado por miembros del Cuerpo de Operaciones Especiales y Rescate (COER), y trasladado al hospital con principio de hipotermia.

Ante esa situación, comenzó a difundirse por diferentes medios la citada convocatoria, que decía: “Después del ataque y la desaparición de Diego Frutos, el pueblo se une contra la violencia de los terroristas vestidos de mapuches”.

Sin embargo, el propio titular de la Junta Vecinal de Mascardi había adelantado al diario El Cordillerano: “No voy a ir; me parece que no es bueno exponerme”.

Frutos, entonces, no concurrió; en realidad, nadie lo hizo… Perdón, las dos señoras que aguardaban dentro del auto, sí.