La coordinadora del Consejo Escolar Zona Andina, Beatriz Alarcón, aunque se mostró temerosa de dar fechas concretas, calculó que, si todo marcha bien, la escuela N° 266 “Domingo Faustino Sarmiento”, tras la clausura impuesta por Camuzzi, retornaría a la presencialidad en un lapso aproximado de diez a quince días.

La representante del Ministerio de Educación provincial en la región quiso ser precavida a la hora de señalar un momento preciso de reingreso a las aulas.
Sucede que, en ocasiones anteriores, tras calcular una labor para determinado día, contratiempos arruinaron la previsión, por ejemplo, por el contagio de COVID-19 entre los trabajadores a cargo de las obras.

Sobre el porqué puntual de la clausura, Alarcón explicó: “Las calderas están bien, pero las chimeneas no se encuentran colocadas correctamente”.

“Camuzzi nos hizo la observación de que las salidas están mal hechas, entonces se va a realizar un cambio”, indicó.

Al recordarle que, hace tres años, se realizaron refacciones en la institución, ubicada en la avenida 12 de Octubre entre Sarmiento y Rivadavia, Alarcón -más allá de que, en aquel momento, todavía no había ingresado en la gestión, ya que asumió en diciembre de 2019- precisó que esos trabajos habían tenido que ver con “un mantenimiento preventivo”.

“Se repararon muchas cosas, pero, al ser un edificio histórico, no se puede hacer modificaciones. Lo que se llevó a cabo fue un cambio de elementos que sí estaba aceptado que se reemplazaran”, precisó.

En cuanto a la temática puntual que llevó al cese de la presencialidad, manifestó: “Habíamos tenido ya una inspección de Camuzzi, por lo que existían cosas que estaban por resolverse, pero ahora, debido a las salidas, clausuraron el funcionamiento de las calderas”.

“Las chimeneas se van a acondicionar de acuerdo a lo que Camuzzi solicita; es algo que va cambiando con el tiempo, de acuerdo a las nuevas normas que surgen”, expuso.

“Ya se empezó a trabajar, y, con este buen clima, tratarán de desarmar y ver qué es lo que hay que comprar y poner nuevo, porque, por ejemplo, hay que reemplazar caños, debido a que deben ir a una altura distinta”, apuntó.

“Hay chimeneas que tienen que ir a los cuatro vientos, es decir que deben estar a una altura que dé a todos los puntos cardinales, y eso implica comprar materiales”, precisó.

“Queremos que, en el menor tiempo posible, la escuela vuelva a la actividad, porque es muy linda y está en condiciones impecables, pero, para que eso pase, esto tiene que estar bien”, aseveró.

“En diez días tendríamos que resolverlo; ojalá que lo solucionemos antes, porque quiero que todas las escuelas funciones bien”, indicó, para luego aclarar que no le agrada hablar de fechas por los imprevistos que puedan surgir, entre ellos, los relacionados con la compra de materiales y piezas necesarias para la refacción.

“La situación nos obliga a pasar a la virtualidad, para que los chicos no pierdan días de clase”, señaló.

Más allá de este inconveniente con la salida de las calderas, los problemas de calefacción en el edificio venían de tiempo atrás, e incluso habían llevado, durante este año, a suspender, durante un par de días, la presencia de los alumnos en las aulas.

Alarcón refirió que las cuestiones no están relacionadas.

Según explicó, aquello derivaba de la necesidad de realizar un cambio de turbina en una caldera, y que, cuando surgió algún inconveniente, se procuró solucionarlo momentáneamente, sin romper las burbujas escolares, lo que había llevado, justamente, a aquellas interrupciones.

El recambio de dicha turbina ya estaba previsto, pero la demora, principalmente, según contó la coordinadora del Consejo, estuvo relacionada con las complicaciones para dar con una marca precisa, ya que se trata de un material importado.

Igualmente, aclaró que este período en el que los chicos y chicas no concurrirán al colegio será aprovechado, también, para efectuar ese trabajo.