El Ciclón jugó con oficio ante los juveniles xeneizes y se quedó con el triunfo gracias a los goles de Peruzzi y Ortigoza. Sumó 7 puntos y se subió a la cima de la tabla.

Durante el partido se impuso la intensidad de San Lorenzo sobre el juego de los chicos de Boca, comandados por Cardona, pero impulsados fundamentalmente por dos volantes con futuro, Rodrigo Montes (22 años) y Gabriel Vega (19), y el desequilibrante Vicente Taborda (20).

San Lorenzo lució ordenado y vigoroso. Fue inteligente para presionar el sector de Ezequiel Fernández, que volvió a jugar infiltrado. De una jugada de esa naturaleza, nació el primer ataque a fondo. Oscar Romero asistió a Nicolás Fernández y el remate de Uvita pegó en el caño derecho de Agustín Lastra.

El gol de Gino Peruzzi tuvo el mismo inicio que aquella situación que dilapidó Fernández. Agobió Julián Palacios y cuando parecía que la pelota se perdía contra la raya, Angel Romero inventó un pase genial. La pinchó de zurda, la pelota sobró a Lastra y por el segundo palo apareció el lateral para cabecear a la red. Fabra perdió la referencia.

También, Fabra. Fuera de estado, superado por su costado, culpable en el gol, terminó reemplazado en el entretiempo. Todo un síntoma de su nivel subterráneo. Entró el chiquilín Valentín Barco, de 17 años recién cumplidos. Y gracias a su desequilibrio, Boca fue más punzante.

Sin embargo, no pudo pelear en igualdad de condiciones porque de entrada, cuando el reloj no había cruzado los 30 segundos, se encontró dos goles abajo. Oscar Romero metió un pase magnífico, Palacios picó al vacío y Lastra, apuro, lo volteó abajo, cuando la pelota se perdía por la línea final. Entonces, Ortigoza tomó la responsabilidad y mostró toda su jerarquía para patear el penal.

Con el 2 a 0, San Lorenzo retrocedió y le dejó la iniciativa a Boca. Apretó las líneas, trató de no desordenarse y Ortigoza organizó el juego. Redondeó un gran partido, con 80% de pases precisos.