“Cuando una, como vecina, circula por las inmediaciones del Vertedero Municipal, las imágenes duelen”, sostuvo la concejala Roxana Ferreyra, del Frente de Todos, para luego puntualizar que se trata de “un lugar que está cada vez peor, al que se sigue sumando gente en búsqueda de comida, de trabajo, para vivir el día a día”.

El Vertedero Municipal, con personas buceando entre los desperdicios para llevar algo al estómago o bien encontrar algún elemento que se pueda vender, tras una serie de notas publicadas en El Cordillerano, pasó a estar en boca de todos.

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“Son cosas que nos llevan a más de veinte años atrás. En aquel momento, resultó difícil remediar el tema de la gente comiendo de la basura, tanto en nuestra localidad como en otros lugares, aunque poco a poco fue parcialmente sanado. Pero, ante la llegada de Mauricio Macri y las políticas neoliberales, con el abandono de acciones públicas, de inclusión, la situación volvió a empeorar”, consideró Ferreyra.

“A eso se suma la emergencia sanitaria, que no nos da tregua y trae aparejada una crisis económica y social que, sin duda, es la más compleja que ha pasado en la ciudad durante los últimos veinte años”, sostuvo.

“Deben tomarse cartas en el asunto, con políticas públicas de inclusión y contención que acompañen a los vecinos y a las vecinas que hoy están pasando por eso”, afirmó.

“Vemos que se trata mayormente de jóvenes, que tienen un oficio, que van a buscar trabajo, y no se sienten incluidos por la sociedad”, señaló.

“Entre 2015 y 2019 fue un período muy difícil, donde la gente volvió a revolver la basura en el Vertedero Municipal”, expresó.

“Recuerdo un estudio de Unicef, en 2018, que ponía a Bariloche con tasas de desnutrición infantil muy altas”, citó, para describir aquel momento.

“En ese período, se presentó un proyecto para declarar la emergencia alimentaria por la situación crítica -como en otras ciudades del país-, la cual, tras mucho debate, fue sancionada en la última sesión de 2019; sin embargo, desde el municipio, nunca se implementó”, expuso.

La concejala indicó: “Nación, a partir de 2019, ha bajado una serie de políticas públicas de fuerte impacto para menguar la situación que se venía atravesando desde 2015: por ejemplo, la tarjeta Alimentar, y el IFE, para contener los efectos económicos que trajo aparejada la pandemia. Pero, evidentemente, eso no alcanza”.

“Necesitamos que el gobierno provincial y, sobre todo, el municipal se hagan cargo de estas situaciones”, completó.

“El reparto de módulos alimentarios no es suficiente, precisamos que el municipio esté más cerca e involucrado en el tema”, opinó.

“El gobierno comunal podría acercarse, para darle un empleo a esa gente, donde por lo menos preservara su salud. Quizá, en tareas de cooperativas. De hecho, se han firmado varios convenios con el Ejecutivo nacional, donde se buscan trabajadores de barrios que puedan llevar adelante obras públicas en nuestra ciudad con recursos de la Nación”, manifestó.

“Puede ser que haya gente que mira para otro lado, pero también hay una gran mayoría que no es ciega ante lo que sucede. Existen vecinos y vecinas con compromiso, como la gente de la Olla ambulante, que desarrolla una labor maravillosa, al igual que otras organizaciones sociales, y Caritas, que ha trabajado todo el año pasado con mucha vocación de servicio para contener las situaciones que se presentaron”, apreció.

“Siempre existen formas de poder cambiar lo que está mal. Hay que tener ganas y voluntad política”, concluyó.