“Tenemos temor de que finalmente la sentencia no sea cumplida”, expresan familiares de las víctimas de lo que se denominó “masacre del Alto de Bariloche” del 17 de junio de 2010, en una carta a la Suprema Corte de Justicia de la Nación, a raíz de la falta de cumplimiento efectivo de la pena a quienes se determinó culpables del hecho.

“Pasaron once años desde aquel 17 de junio, en el que se marcó un antes y un después en nuestra ciudad y, personalmente, en las familias que quedamos destrozadas por el dolor pero también marcadas por la impotencia ante un aparato judicial y policial que tarda demasiado tiempo en dar respuestas a nuestro justo reclamo”, se lee en el texto, firmado por los padres de Nicolás Carrasco (que tenía dieciséis años) y la viuda y los papás de Sergio Cárdenas (de veintinueve), muertos durante aquella jornada, tras el fallecimiento de Diego Bonefoi a causa de un balazo efectuado por el cabo Sergio Colombil de la policía de Río Negro, lo que originó la pueblada y la represión que siguió.

“Para la Justicia, Nino y Sergio son solo parte de un expediente aún sin  resolver: así el sinsentido”, afirma la misiva.

De esa manera, se aclara: “Nino era hijo, adolescente, hermano, amigo, novio, trabajaba con su papá, tenía proyectos, sueños y muchas ganas de vivir”.

En cuanto a Sergio, se apunta: “Era hijo, hermano, amigo, esposo, padre de Mía y Agustín, trabajador del hotel Llao Llao, tenía proyectos, sueños y muchas ganas de vivir”.

“Para nuestras familias, ese 17 de junio el tiempo se detuvo. Nada en nuestras vidas volvió a ser igual. Balas policiales asesinas los arrancaron para siempre de nuestro lado. No hay remedio que pueda calmar este dolor que nos quema por dentro. No hay palabras para explicar a un  hijo pequeño por qué su padre fue asesinado por quienes tienen por misión protegernos, y menos aún por qué no hay castigo para los responsables”, indican los familiares en la carta. 

“La necesidad de llegar a la verdad nos dio la fuerza para seguir.  Durante estos largos años, luchamos de todas las formas contra la impunidad, la injusticia y el silencio. Marchamos en las calles, golpeamos puertas y denunciamos para lograr que la justicia investigue hasta que conseguimos que la causa avanzara”, señalan.

“Finalmente, acompañados por vecinos y organizaciones que se comprometieron con nuestra lucha, logramos que, el 8 de octubre de 2018, se llevara a  juicio a algunos de los principales responsables de los asesinatos de Nino y Sergio. Un juicio histórico en el que por primera vez se sentó en el banquillo de los acusados a la cúpula policial completa, y a tres policías: Víctor Cufré, (ex secretario de Seguridad), Jorge Villanova, (titular de la Jefatura policial); Argentino Hermosa, (titular de la Regional III) y a los agentes Pil, Epuñan y Sobarzo”, narran.

“El 4 de diciembre del mismo año, la Cámara Criminal subrogante falló condenándolos a cuatro años de prisión efectiva por ser los responsables políticos y operativos de la brutal represión estatal que concluyó con los asesinatos de nuestros queridos Nicolás y Sergio, más el saldo de trece heridos, también por balas policiales”, escriben.

“Aceptamos el fallo que nos pareció insuficiente y hasta vergonzoso, dada la gravedad de los delitos cometidos, pero aun así estamos esperando su cumplimiento efectivo”, advierten. 

“Somos respetuosos del derecho a defensa de todas las personas y desde este respeto cumplimos todos 'los tiempos' considerados dentro del proceso jurídico”, añaden.

“Sin embargo, ya pasaron treinta meses desde aquel 4 de diciembre en que la justicia los declarara culpables”, sostienen.

Y aseveran: “Durante ese tiempo, varias apelaciones fueron presentadas por la defensa y en cada instancia de apelación fue reafirmada la sentencia”.

“Por eso, preguntamos: ¿cuánto tiempo más deberemos soportar sin tener una contestación?, ¿cuánto tiempo más para lograr algo de justicia y detener esta impunidad?”, exponen.

“Después de tantos años de espera, cuando creímos que podríamos mitigar al menos en parte nuestro dolor, no logramos comprender por qué nos encontramos nuevamente ante la incertidumbre como única respuesta”, reflexionan.

“Esta situación reaviva una tremenda sensación de angustia en nuestras familias, y la realidad es que hoy nos cruzamos con los asesinos caminando impunemente por las calles, en libertad”, afirman.

Tras esa exposición de la situación, expresan que les “resulta muy difícil creer en esta justicia que ha sido tan injusta, tan lenta, tan indiferente”, para luego añadir que con la otra parte (“quienes asesinaron a nuestros seres queridos”, puntualizan), en cambio, fue "benévola”.

“Sabemos que nada de lo que hagamos los traerá de vuelta, y que ese vacío por su ausencia lo sentiremos cada día de nuestras vidas, en el cuerpo y en el corazón. Hoy estamos muy lastimados pero firmes, de pie y dignos, porque no nos resignamos. Sostenemos que es indispensable que los responsables de los asesinatos cumplan su condena en la cárcel común”, reclaman, y mencionan a “una comunidad herida y cansada de soportar la impunidad”.

“Por todo lo expresado, y ya cumplidos todos los plazos de apelaciones, venimos a solicitar que se haga efectivo el cumplimiento de la sentencia de cuatro años de cárcel común para los responsables de los asesinatos de nuestros familiares”, piden. 

Y aseguran que depositan en los jueces de la Corte Suprema la “esperanza de un fallo ejemplar”.

Especifican que eso permitiría cerrar ese dolor y sanar en paz.

Más allá de que la carta está expresamente dirigida a los miembros de la Corte Suprema de Justicia, se enviaron copias a organismos y funcionarios estatales nacionales, provinciales y municipales.