Carla Pozzi, bióloga y coordinadora del Proyecto de Conservación del Huillín del Parque Nacional Nahuel Huapi, participó de "Mano y contramano” por El Cordillerano Radio (93.7), para hablar del huillín. “Siempre es bienvenido hablar de esta especie con la que convivimos y que requiere un repensarnos, con respecto a muchas cosas, al uso del agua, de las costas y las playas, porque son los mismos lugares donde habitan”.

“Trabajamos en la semana del huillín -que se hace, desde el año pasado, de forma binacional entre Argentina y Chile-, visibilizando la especie en ambos países de forma conjunta. En esta mesa binacional, lo celebramos la tercera semana de noviembre”, contó, en relación al día en que se visibiliza a esta especie y sus necesidades de conservación, que cambió para unificar las acciones con las instituciones chilenas.

En diálogo con Marcela Cabral, se refirió a los problemas que enfrenta actualmente, que son a escala local. “No estamos hablando de una especie que vive en otro lugar y que tiene problemas que no están al alcance de nuestra mano. Es una especie que vive aquí en nuestro lago Nahuel Huapi, el lago Gutiérrez, en el lago Moreno, en los arroyos urbanos también”.

“Muchos de los problemas de conservación que tienen a nivel local son causados por el desarrollo de las ciudades”, puntualizó la profesional. “Uno de los principales problemas es la fragmentación y la alteración del hábitat costero. ¿Por qué es importante esto? Esta especie es anfibia. Necesita del agua y de la costa para llevar adelante su ciclo de vida. En la costa, ubica sus descansaderos, que son sitios de refugio, y ese refugio se lo provee la vegetación nativa, que hay en las riberas, al lado del agua”.

“Son muchísimas las personas que, a veces, sin saber esto, compran sus lotes con costa de lago, -que no estaría permitido, las costas deberían ser todas libres, pero así y todo es lo sucede- y estas personas cambian la cobertura vegetal, sacan los troncos, las especies nativas y colocan especies ornamentales y césped, y todo eso va desarmando la estructura costera, y la especie va perdiendo -ya a gran escala- diferentes tramos de costa”.

Además de la cobertura vegetal, “otro tema de conservación es la presencia de perros sueltos. Cuando están fuera del ámbito doméstico, arman jaurías y se acercan a los cuerpos de agua, y pueden lastimar huillines, contagiarles enfermedades. Se genera una tensión entre esas dos especies que no es beneficiosa para el huillín”.

Otro elemento que mencionó, es la importancia de cuidar la calidad del agua, y que los vecinos y las vecinas que viven en las costas, “no contaminen con sustancias ni con efluentes domiciliarios estos cursos de agua, porque esto va en detrimento de la calidad del agua y con el tiempo, no va a haber más presas para el huillín y va a ir abandonando estos sitios”.

Según explicó, “los huillines adultos son más huidizos, pero los jóvenes son más curiosos y a veces se acercan a las embarcaciones, a la ciudad y los arroyos urbanos”. Y agregó que “depende de cómo vayamos acercándonos al huillín, es como esta especie va a ir reaccionando a lo largo del tiempo. Hay una oportunidad con esta especie, de rever nuestras prácticas en el ambiente donde se distribuye para lograr una convivencia más armoniosa a los largo del tiempo”, señaló.

“Es una especie nativa de este lugar y simplemente cuidando las costas y el agua, cuidamos al huillín”, sintetizó.