El nadador barilochense nacido en Bariloche el 2 de noviembre de 2006, pisó por primera vez la pileta del CENARD (Centro Nacional de Alto Rendimiento Deportivo) en el último certamen selectivo, donde obtuvo dos grandes victorias, en los 200 y 400 metros combinados. El joven con tan solo 14 años, cursa segundo año del colegio Don Bosco, y a pesar de su corta edad tiene muy en claro las metas que quiere alcanzar.

Aprendió a nadar cuando tenía dos años, siempre en el club del Ñireco, y lo que comenzó como un aprendizaje, luego se transformó en un modo de vida. Su capacidad y constancia lo llevaron a que pocos años más tarde integrara el pre-equipo de natación de Piletas del Nahuel y a los 10 ya estaba en lo máximo del club. Cuando arribó al plantel principal, Nicolás Morán y Daniela Ruth Melo eran los mejores, justamente esta última fue quien lo acompañó en sus primeros pasos luego ya todo pasó a manos de Maximiliano Ceballez.

Humilde y de buena madera, Juan Cruz Ortíz dialogó con El Cordillerano. Contó sus primeras apreciaciones del certamen que le tocó vivir, además de qué piensa y cómo está enfocado en sus objetivos. Habló de su primera competencia provincial: “estaba muy nervioso y realmente me fue muy mal. Fue en la pileta de 50 metros del Deportivo Roca y tenía que correr los 100 metros pecho y el torneo se hizo en la pileta de 50 metros y a mí no me habían explicado mucho cómo tenía que hacerlos o yo lo había entendido mal. Yo pensé que era solo ida y nadé muy fuerte hasta tocar la pileta, y cuando empecé a ver que todos daban la vuelta y continuaban y reaccioné, ya era tarde porque terminé último”, explicó.

Ortíz compartió: “Creo que la natación me gustó desde siempre, me meto en la pileta y voy siendo yo. Las pruebas que más me gustan son los 200 y 400 metros combinados, me gusta espalda y mariposa, lo que menos me gusta es pecho, se me hace más complicado con respecto al resto de los estilos”.

Sobre su certamen en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, el joven dijo que “cuando largué no me sentí cómodo, es más, creía que no llegaba más, pero luego fui tomando confianza y por suerte me fue bien. Creo que fue mezcla de nervios, no se pudo entrenar bien, hubo cierres de la pileta por esto de la pandemia, pero ahí estaba lo mejor de la Argentina y hubo un gran nivel. Me pasó algo gracioso, cuando ingreso al CENARD pensaba que ya estar ahí era muy importante para mí y no quería que nada saliera mal. Cuando entrabas había una lista con el nombre de las personas y había entrenadores que no los habían puesto y pensaba que si no estaba Machi (Maximiliano Ceballez) tenía que ingresar solo. Pasé yo primero y a él lo tuvieron esperando un rato. Cuando me toman la temperatura a mí, se puso en rojo el aparato. Se me paró el corazón, pero el pibe le dio dos golpes al aparato y me volvió a tomar la temperatura y ahí anduvo todo bien y me dice que se le trababa dos por tres. Fue el segundo más largo de mi vida”.

En la charla, Ortíz mostró un poco su mundo, cómo es un día en su vida y cuáles con sus referentes y sus objetivos. “Cuando entré en la pileta Bautista Navarro fue siempre para mí un referente dentro de la natación, es un ambiente muy cálido, sano y bueno. Fuera del agua tengo mi grupo de amigos del colegio, muchos de mis compañeros juegan al fútbol o al básquet. Ellos siempre ven mis carreras y me apoyan. A nivel nacional me gusta mucho como nada Nicolás Weigandt, es muy bueno en las pruebas combinadas. En tiempos normales, fuera de pandemia entreno en doble turno, unos 6.000 metros por turno, además voy al colegio y martes y jueves gimnasio para complementar lo que hago en el agua. En mis tiempos libres me gusta jugar al Free fire, a veces nos juntamos con amigos a jugar a la PlayStation, aunque muchas veces no me queda mucho tiempo. En cuanto a competencias se viene el provincial que se tiene que hacer en General Roca, aunque todavía no se sabe si se podrá hacer”.