Ernestina Dedicada Carattini cumplió 100 años el 28 de mayo. Más allá de todos los dolores que pueden acumularse en el tiempo, ella siempre se despierta son una amplia sonrisa que contagia alegría en la casa. 

Hace 20 años decidió instalarse definitivamente en Bariloche. Antes eran visitas frecuentes, motivadas por su hija Viviana y nietos. “Siempre le gustó el aire fresco, el lago, la montaña”, describe su nieto Gonzalo Cordo, uno de los pocos invitados a la importante celebración, por las restricciones de la pandemia. Contó que se había planeado un gran encuentro con familiares pero debió ser pospuesto para mejor fecha. 

Ernestina vive en el Jardín Botánico junto a su hija. “Siempre lúcida, y desde que la conozco, la encuentro haciendo palabras cruzadas o leyendo algún libro”, comentó Gonzalo y destaca que “siempre se levanta de buen humor, sonriendo. Eso es admirable”. Nació en Rosario y a los 9 años perdió a sus padres. A los 15 también falleció su hermano, de tifus. La vida no fue fácil para ella aunque los golpes no lograron quitarle brillo a la amplia sonrisa de todos los días. Vivió también en General Rodríguez y luego en Ciudad de Buenos Aires. 

Gonzalo piensa que, a veces, nos quejamos porque tenemos que estar semanas sin salir por la pandemia, “y ella hace 5 años que no sale a la calle porque tiene dos operaciones de cadera”. Seguramente el cumpleaños 100 de Ernestina le permitió repasar los intensos y coloridos recuerdos, respirar el frío aire de la Patagonia, y, claro, recibir el inmenso afecto que la mantiene radiante.