En el marco del Día Mundial del Reciclaje que se celebra cada 17 de mayo, la periodista Marcela Psonkevich se adelantó para entrevistar a Gladys Pichiñanco, presidenta de la Asociación de Recicladores Bariloche, en el programa "Refugio Radio" que como cada sábado se emite por El Cordillerano Radio, FM 93.7.  

"Hace muchos años trabajamos recuperando el material que para otros es basura. De esta manera generamos el sueldo de 58 familias. Necesitamos tomar conciencia sobre la separación, qué se puede enterrar y qué no, qué podemos hacer desde casa y de qué forma desechamos la basura que sale de nuestros hogares sin perder de vista hacia dónde va. Es triste, llevamos años trabajando y con todo lo que hemos tratado de enseñar falta apoyo hacia la organización y conducta para separar. Mientras tanto los pozos se siguen llenando y se deja de lado una tarea fundamental para la ciudad como lo es la disposición final de los residuos", dijo.

Gladys reclamó no solo conciencia para el cuidado del medio ambiente sino particularmente campañas más fuertes por parte del Estado. 

En este sentido, la titular de la ARB lamentó además la falta de camiones dedicados exclusivamente a este trabajo.

"Hay mucha gente que separa pero no alcanza porque Bariloche es muy grande. Disponemos solo de un camión y los puntos verdes para recepcionar residuos secos funcionan pero son escasos", remarcó.

Gladys, quien hace muy poco asumió por segunda vez la presidencia, dijo que se necesitan campañas y acompañamiento permanente para la organización, y contó que por eso están trabajando en una especie de prueba piloto para fortalecer el trabajo que hacen con las juntas vecinales.

"Cuando empecé a ir al basural mi nena tenía 4 años, los olores eran muy fuertes y me la pasaba vomitando. Aguanté por la necesidad. Por eso hoy que mi realidad es muy distinta insisto en la separación, ya que seguimos trabajando con restos de basura, el material nos llega todo mezclado y eso no tendría que ser así. Es muy duro trabajar en contacto con la basura todo el tiempo y queremos cambiar la calidad del trabajo. Poder manipular solamente secos sería el sueño de quienes cada día estamos en la planta", valoró. 

Después de transitar un camino difícil, Gladys supo darle valor a las circunstancias que le tocaron vivir: "hoy puedo sostener mi hogar y tener unos pesos para comprar algo sin tener que sacarlo de la basura. Eso fue lo más hermoso que a mí me pasó. Hoy lo que tengo es gracias a Dios y al trabajo, y eso es gratificante para una mujer", confiesa quien además alguna vez fue víctima de violencia. 

"Con 19 años, empecé a ir al vertedero". Hoy tiene 43 pero las circunstancias para ella son diferentes. "Me pone triste cuando veo que hay otras personas, incluso con chicos que siguen hurgando entre la basura. Pero cuando la gente tiene necesidad no ve el peligro, solo piensa en poder darle algo a sus hijos", contó.

Gladys es ejemplo de tenacidad y fortaleza y a fines de marzo fue reelegida por sus compañeras y compañeros para volver a la conducción de la asociación, un lugar que la vio crecer y que como ella misma cuenta, "se transformó en una oportunidad".