Maximiliano Bascuñán y Damián Fernández Bogarín fueron condenados a un año y seis meses de prisión en suspenso y a dos años de prisión en suspenso, bajo los cargos de homicidio culposo y tenencia ilegal de arma, respectivamente, tras declararse culpables en un juicio abreviado, por la trágica muerte de Margarita Toledo Vilches.

Se trató de una tragedia. Así lo concluyeron las partes que actuaron en el proceso al momento de darle cierre al caso, a través de un acuerdo pleno de juicio abreviado. 

El hecho investigado ocurrió el 11 de diciembre de 2020, en horas de la tarde, en un lote de la zona Sur de la ciudad en el que integrantes de una familia habían instalado varias casillas de madera.

En el interior de una de ellas, los dos sujetos condenados manipulaban un arma de fuego portátil de hombro, tipo escopeta marca Batan modelo 71 calibre 12 UAB a repetición, la cual se encontraba cargada.

En esa circunstancia, Fernández le pasó el arma a Bascuñán y éste efectuó un disparo que traspasó la pared de la vivienda y penetró en el panel de la casa contigua en la que se encontraba la víctima, junto a su pareja y un pequeño hijo de la pareja que había nacido apenas cuatro días antes.

El acuerdo pleno de juicio abreviado fue celebrado entre los acusados, el defensor oficial Marcos Miguel y el fiscal adjunto Marcos Sosa Lukman. El juez de juicio Marcos Burgos lo homologó y dictó las condenas.
Según se acreditó en el expediente, el accionar de Bascuñán fue imprudente, ya que manipuló un arma de fuego cargada de gran impacto sin adoptar los cuidados o recaudos necesarios para evitar el resultado dañoso causado y bien podría haber minimizado las consecuencias descargando el arma o colocándole el seguro para evitar un disparo accidental.

Fernández Bogarín por su parte, tuvo en su poder el arma de fuego sin estar habilitado legalmente para ello.
Las penas acordadas corresponden al homicidio culposo: un año y seis meses de prisión en suspenso, y dos años de prisión en suspenso por la tenencia de armas.