11/03/2021

Mediocridad del machismo Vs. la entereza de la mujer

Mediocridad del machismo Vs. la entereza de la mujer

Estoy siguiendo el juicio atroz que se le hace a la doctora Érika Fontela y me da vergüenza ajena. Veo lo que dice el Procurador de Río Negro y me preocupa sobremanera que se pueda tratar con tanta indiferencia y falta de respeto a una persona.

He tenido contacto con la Jueza Fontela y las personas que me conocen en el país y en el mundo, saben de lo que trabajo por los derechos de las personas con discapacidad y puedo decir que no conozco a un juez o jueza del país que se haya ocupado de las personas con discapacidad como Érika Fontela.

Entonces, encuentro alguna explicación porque hasta hace unos días realmente no podía saber de ninguna forma cómo se estaba cometiendo semejante injusticia. Y la explicación pasa sencillamente porque es mujer. O me van a decir que los jueces hombres no dicen conch… o no opinan sobre si una mujer o un hombre estuvo la noche anterior bien o mal coj…, claro, lo que pasa es que lo hacen a escondidas o en las charlas entre “hombres”. Y quizás es eso lo que les ha molestado, que una mujer tenga más cojones que ellos y que les diga las cosas en la cara.

La jueza Érika Fontela iba personalmente a las casas de las personas con discapacidad para ocuparse de ellas o ellos. De una pensión; de un permiso para viajar o de algún derecho que estuviera vulnerado. ¿Alguien conoce algún juez, ya no en El Bolsón o en Bariloche, en el país que vaya a la casa de una persona para resolverle un problema? Creo que no voy a esperar respuesta porque es obvio.

Siempre que le presentamos algún caso a la Jueza lo tomó y hasta que no lo resolvió no lo dejó. Y se ocupó incluso fuera de horario, dando su teléfono por emergencias o estando en persona en cada hecho. Creo que es eso lo que les molesta a los jueces “hombres” y lo pongo entre comillas porque me avergüenzan, que una mujer que le puso el cuerpo a la profesión y a sus responsabilidades, arremetiera con todo para ayudar a la gente, en vez de cuidar las quintitas de los pruritos para conservar lo políticamente correcto. Y creo que no hace falta que pregunte cuál de los dos tipos de jueces elegimos los ciudadanos o ciudadanas, aun cuando uno nos diga conchudos.

Y les voy a decir que, a mí, la Jueza Fontela me dijo en un par de oportunidades conchudo. Y ni me ofendí ni afectó mi estima, por el contrario, encontré un camino más llano, más cercano y por ciento, efectivo en lo que respecta al servicio de Justicia. Y desde luego, no solo que no afectó mi estima, sino que su dedicación me hizo sentir digno.

Y también quiero decir que aquéllos que juzgan y condenan a la jueza por haber dicho esas palabras o haber cruzado por episodios que, por supuesto a nadie le gustaría atravesar, son unos irrespetuosos, porque juzgar sin conocer a la persona no solo es faltar el respeto, sino que es desconocer a la persona y quitarle entidad. De eso, las personas con discapacidad sabemos mucho y en eso, la jueza Fontela se esforzó por saber mucho, por conocer todo lo concerniente a la discapacidad, tanto que aprendió a usar el Lenguaje de Señas porque como una vez me dijo: “…Germán, necesito poder hablar con todos en su idioma para que entiendan lo que quiero decir, porque de esa forma puedo contribuir a que tengan independencia para que puedan elegir libremente”.

Si alguien conoce a un juez o jueza así, pediría que me lo presente. Y, extrañamente, una persona que orienta su vocación como magistrada hacia la sensibilidad para con las personas, desarrollando o buscando desarrollar sus aptitudes para estar cerca, en vez de mostrarse detrás del estrado (es decir, lo más lejos de lo que nos pasa), es llevada a juicio político. Porque a nuestro sistema judicial y según parece a nuestro Procurador, les preocupa más que un juez diga conchudo que se acerque a la gente.

No sé si los jueces machistas y el sistema machista del poder judicial son capaces de entender lo que digo, no porque esté yo hablando en difícil como lo hacen ellos, sino porque estoy diciendo cosas que tienen que ver con la dignidad; con el respeto o con el reconocimiento del otro.

Pero creo que la sociedad sí lo entiende, como también ha de entender que, si Fontela en vez de ser Érika hubiera sido Juan, Julio o Germán, esto no hubiera sucedido. Porque no se hubieran animado. Pero claro, se llenan la boca hablando de dar el lugar a las mujeres o hablando del género y cuando una mujer pone todo lo que hay que poner para sacar adelante un juzgado multifueros en El Bolsón, la intentan correr.

Por eso digo, con la autoridad que me dan los años de haber trabajado y seguir haciéndolo por los derechos de las personas vulneradas, que de suspender o sacar a la jueza Érika Fontela del juzgado sería el triunfo de la mediocridad o la falta de respeto hacia los ciudadanos y ciudadanas de El Bolsón y de toda la Provincia, porque lo que veo es un retroceso, pero eso sí, con las palabras correctas.

Germán Vega
DNI 23343245

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