EL INTENDENTE DEL PARQUE NAHUEL HUAPI RESALTÓ LAS OBRAS EN LA PLANTA DEPURADORA

| 21/02/2021

A Parques le preocupa más el vertido de hidrocarburos que el de líquidos cloacales en el lago

Christian Masello /Fotos: Facundo Pardo
A Parques le preocupa más el vertido de hidrocarburos que el de líquidos cloacales en el lago

“Uno no descansa ante un problema de contaminación”, aclaró el intendente del Parque Nacional Nahuel Huapi, Horacio Paradela, pero remarcó que “los hidrocarburos preocupan más que los vuelcos de material orgánico”, en lo relacionado a la situación del lago Nahuel Huapi en torno a los líquidos cloacales.

“Desde ya, que no se naturaliza el vuelco de los efluentes, pero, a la vez, se entiende que, con la nobleza de este lago, es factible abordar el problema”, expresó.

Esa nobleza a la que aludió Paradela apunta al tamaño y características propias del lago, que lo diferencian de otros sitios, donde, ante circunstancias similares, se verían mucho más afectados. “Entendemos que el cuerpo de agua tiene capacidades de receptar acciones puntuales dadas sus particularidades, asociadas a la temperatura y a la hidráulica, que le permiten procesar de manera distinta a como lo hacen otros cuerpos de agua con otras temperaturas y diferente dinámica hidráulica”, dijo.

Pero, ante el dato reconocido de etapas donde los líquidos cloacales pasaban directamente al agua, especificó: “Obviamente, no es menor todo lo que se ha volcado sin tratar, pero siempre a sabiendas de que el lago se encargaba de derivarlo. Impacta ver los ductos que vuelcan, pero uno sabe que eso no es lo que pueda estar produciendo una contaminación irrefrenable”.

“Sabemos que, tarde o temprano, con la puesta en funcionamiento de la modificaciones en la planta, lanzada en el acto presidido por el presidente (en referencia a la inauguración de la ampliación en diciembre del año pasado, donde estuvieron presentes la gobernadora, Arabela Carreras, la senadora Silvina García Larraburu, y el intendente, Gustavo Gennuso; junto a Alberto Fernández, que participó por videoconferencia), se dejarán de volcar efluentes sin tratamiento al lago Nahuel Huapi, en los dos emisarios que tiene la ciudad. Eso, para nosotros, es un proceso muy positivo, y entendemos que, de esa manera, pronto cesará de ser nuestra mayor preocupación”, aseveró Paradela.

El intendente del Parque Nahuel Huapi destacó “el trabajo interinstitucional”, iniciado hace cinco años, entre diferentes organismos, entre los que citó al Departamento Provincial de Aguas, la Municipalidad, y el propio Parque Nacional. “La clave fue que todos reconocíamos el problema, no era algo que se escondía. Así, comenzamos a colaborar, a la par de que se inició el proceso de inversión para la ampliación de la planta”, expresó.

Explicó que, de esa manera, “se compartieron alertas ante algún acontecimiento que estuviera por fuera de lo aceptado, en relación al vuelco de efluentes sin tratar”.

“A veces podían surgir problemas en las distintas estaciones que transportan los efluentes a través de los kilómetros; eso provocaba salidas en otros sectores, y, en ocasiones, se vinculaba a las playas de uso público”, señaló.

Al mencionar las costas de la ciudad, recordó que, alrededor de la planta de tratamiento de efluentes, “hay una parte del lago que está excluida del uso de actividades lacustres”.

Aseveró que “no es porque esté contaminado, sino porque todavía hay eventos de salida de efluentes sin tratar, que pueden derivar en alguna situación puntual”, sobre alguien que esté nadando o realizando alguna otra actividad, como el uso de kayaks.

Particularmente, en esa zona, por el viento, suele haber gente que practica kitesurf, donde, a través de una cometa (que en inglés se dice “kite”, de ahí el nombre del deporte), se tira de una persona que se desliza sobre una tabla en el agua.

“El lago es lo suficientemente grande, y ofrece otros sectores de playas y balnearios, con áreas para hacer actividades náuticas asociadas al kitesurf”, advierte Paradela.

Volviendo a la temática de volcado de líquidos sin tratar, el intendente del Parque Nacional, sostuvo: “Entiendo que cada vez es menor, porque la planta está entrando en régimen, y asimila cada vez más los efluentes. Ahora se está trabajando en el colector costanero, ducto que va a dar mayor capacidad al transporte, y ya no se va a congestionar en algunos sectores, como solía suceder”.

En ese sentido, puntualizó: “Porque, a veces, el problema no es tanto en la planta, sino que el ducto es chico y, por ejemplo, cuando hay días de mucha lluvia, y lo que transporta empieza a crear demasiada presión, debe usarse el emisario que va al lago, para que no reviente la red de cloacas”.

“La red pluvial se junta, en algunos sitios, con la cloacal, y eso le da mayor volumen y presión a la red, entonces, para que no reviente en una calle interna, en el sector de Ñireco, se descomprime abriendo el emisario que vuelca al lago”, especificó.

En ese punto, consideró: “Una vez que se termine la obra del colector costanero, ya se estará en la condición óptima para que todo sea ingresado a la planta, y no se tire nada sin tratar”.

Ante la mención de la idea expresada días atrás, al diario El Cordillerano, por el doctor en Biología, y miembro del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), Pedro Temporetti, de “que existiera una separación de las aguas de drenaje natural en relación a las servidas”, Paradela sostuvo: “No es descabellado, y forma parte de una gran inversión que tienen que afrontar el municipio y la provincia”.

Igualmente, aclaró que el problema muchas veces “no es tanto el agua de lluvia, sino otros líquidos que se vierten a la calle directamente”.

Así, mencionó “el derramamiento de aceites y combustibles, que van por la red cloacal y pueden volcarse en el lago”.

“Ahí es necesaria mucha fiscalización, para detectar las conexiones clandestinas”, consideró.

“Eso hace a la contaminación difusa, que a veces puede ser un problema mayor que la directa”, apuntó.

De esa manera, remarcó que la situación se produce principalmente “en sectores asociados a lo que es la cuenca del Ñireco, un arroyo que nace en el Parque Nacional, en la montaña, atraviesa toda la ciudad y desemboca en el lago, que también es jurisdicción del Parque”.

“Hay barrios que no están totalmente conectados a la red, particularmente en la zona sur de la localidad, y ahí tenemos más contaminaciones difusas, lo que quiere decir que las conexiones de la vivienda derivan a las napas y se filtran en los cuerpos de agua. Hay que prestarle más atención a eso…”, reflexionó.

También se refirió a lo que sucede en otra zona de la ciudad: “El sector que va del kilómetro 11 al 24 no está asociado a la red, y, ahí, el nuevo Plan Director de Aguas, que ya está presentado, contempla la construcción de dos plantas de tratamiento, una para el área oeste, y otra para la Villa Catedral”.

“Se buscan lugares estratégicos que contemplen el desarrollo actual y futuro de la ciudad, como es el oeste, y, dado su particular emplazamiento y distancia con el resto del ejido, el sector de Villa Catedral. No hay una memoria de obra aún, pero calculo que se desarrollará en un mediano plazo”, dijo.

“El haberlo identificado como una obra necesaria da cuenta de que existe una expansión urbana, con menor densidad que las zonas centro y sur, pero que debe comenzar a ser abordada de manera correcta para que las viviendas no sigan volcando sus efluentes cloacales a las napas, que es lo que sucede ahora”, opinó.

En ese punto, ahondó: “Ahí las casas tienen sistemas de drenajes directos a las napas, en la mayoría de los casos, con lechos nitrificantes (un sistema que permite un triple filtrado: primero en la cámara séptica; luego en el terreno, en un lecho de piedras colocado debajo de la red de caños perforados de PVC; en tanto que el tercero se produce con la percolación del agua por debajo de la piedra, en la zona no saturada); ya prácticamente no se instalan pozos ciegos, como sucedía antes, que se realizaba una gran fosa y se volcaba todo ahí, hasta que se empezaba a impermeabilizar, se dejaba, y se hacía otra...”.

En cuanto a los hoteles del sector oeste, precisó que, en ese caso, el volcado no se realiza en las napas en forma directa, sino que cuentan con sistemas propios de tratamiento. “Las veces que hemos advertido que eso no sucedía, se abordó el tema en conjunto con el Departamento Provincial de Aguas, y se intimó a los emprendimientos a que los instalaran”, manifestó Paradela.  

En lo que hace a las embarcaciones que surcan las aguas del Parque Nacional, expuso: “Este año se prohibió definitivamente el uso de motores de dos tiempos (mucho más contaminantes que los de cuatro) en los lagos de la jurisdicción. En el caso específico del Nahuel Huapi, en la actualidad, se hace una verificación en conjunto con Prefectura. Cuando se detecta, por ejemplo, alguna lancha que incumple con la norma, se la infracciona y se intima que proceda al cambio. Antes, su uso era común, porque son de menor costo. Pero, como desde hace varios años se advertía formalmente que ya no se podrían usar, mucha gente empezó a invertir en otro tipo de motor, aunque todavía puede haber alguna que lo siga utilizando”.

También remarcó que, en Puerto Pañuelo, “está regulada la descarga de los grandes barcos que realizan actividades turísticas”.

“A la planta que tiene el concesionario en el puerto se le hace un seguimiento, para que lo que devuelve al lago responda a los estándares provinciales de parámetro de volcado de fósforo y nitrógeno”, puntualizó.

Paradela es intendente del Parque Nacional Nahuel Huapi desde febrero de 2020, y, antes, a partir de 2013, había sido jefe del Departamento de Conservación de la institución.

Cuando se le consultó por acontecimientos contaminantes que prevalecieran en su memoria, recordó que, en 2009, un camión cargado de combustible volcó en la Ruta 231, camino hacia Villa La Angostura, en el sector del denominado Brazo Huemul, y la cabina y el primer tanque cayeron por una pendiente al Nahuel Huapi, con derrame de gasoil en el espejo de agua.

También rememoró un caso de 2019, esta vez en el lago Traful: “Se produjo un choque en la ruta de los Siete Lagos, y desbarrancó un camión de YPF, que terminó lamentablemente con fallecidos. Volcó combustible que derivó, vía un arroyo, al brazo norte del lago. En ese caso, se intervino, con la inversión de muchos recursos por parte de la empresa YPF -de materiales y personal-, para remediar el impacto y sanear los efectos, tanto en el arroyo y en el bosque, como en el lago”.

Así, recalcó lo mismo que al inicio de la charla: “No es que relativicemos el resto, pero siempre lo más preocupante es el derrame de combustible producto de accidentes”.

En cuanto a la contaminación de personas que arrojan basura, indicó que los casos que se aprecian son pocos. “Igualmente, hacemos todo el esfuerzo por fiscalizar y atenderlos”, aseveró.

Y resaltó: “Estamos dispuestos a intervenir cuando los ciudadanos nos adviertan de cualquier hecho de contaminación”.

Paradela recordó que, para avisar sobre alguna situación que involucre el área protegida, se debe llamar a la línea de emergencia 105.

 

Christian Masello /Fotos: Facundo Pardo

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