Trabaja en el Centro Atómico y fue premiado por la NASA por una app que evalúa daños de las inundaciones

“Tuvimos la suerte que el proyecto gustó mucho”, admite con un genuino tono de humildad Sebastián Calvera López, el ingeniero mendocino que trabaja en el Centro Atómico, luego de recibir el premio de la NASA por el desafío “Space Apps Challenge”. La idea de su equipo ganó entre las de 26 000 participantes de 150 países. “Es un poco surreal cuando lo pienso”, dijo entre risas y luego suspiró. Fueron 8 los equipos premiados. 

El equipo que denominaron Zonda Incorporated estuvo integrado, además, por Julieta Porta, Wenceslao Villegas –estudiantes de Ingeniería de Mendoza- y Sergio Dubón, ingeniero químico de Guatemala. Crearon una aplicación que, a partir de imágenes satelitales, consigue estimar los daños estructurales que generan las inundaciones.

“Sirve para prevenir las inundaciones”, apuntó Sebastián y agregó que la idea es tomar el registro histórico que permite colaborar en las decisiones de los gobiernos. Trabajaron sobre las imágenes de la misión Sentinel de la Agencia Espacial Europea. Explicó que las procesaron para medir las inundaciones y, aclaró, que la misión tiene un sensor que detecta el agua.

La consigna original fue entregada por la NASA y el equipo argentino la tomó sin dudarlo. “Consideramos que es un tema muy presente en nuestra generación”, señaló Sebastián y advirtió que el cambio climático está acentuando los períodos de retorno, por lo que el tema se torna aún más delicado.

El equipo se conformó en octubre y tuvieron que vincularse por videollamadas. La consigna de la NASA exige que los participantes puedan en un fin de semana averiguar todo lo que consideren necesario para la elaboración del proyecto. Luego, arriban a la etapa en la que deben buscar una solución al problema planteado y desarrollar una aplicación. Además, presentaron informes y un video. Todo en 24 horas.

Para el joven ingeniero de 23 años resultó atractivo ver tantas valiosas propuestas. Destacó la vocación de los jóvenes al momento de encontrar soluciones creativas y efectivas a problemas globales. Hubo una en particular que le despertó mucho interés. Se trataba de una herramienta creada para colaborar con los bomberos voluntarios en la detección de incendios.

Sebastián se mudó a Bariloche e ingresó al Instituto Balseiro en 2017. En 2020 se recibió de forma virtual y ahora trabaja en el Centro Atómico. El premio consiste en una licencia de 5000 dólares que le permite al equipo continuar el desarrollo del proyecto. “Cuesta creer que nuestro proyecto ganó entre tantos participantes…es surreal”.

Daniel Pardo