EL INTENDENTE HABLÓ DEL TRANSPORTE, LA DEUDA Y LAS CRÍTICAS A SU GESTIÓN

| 24/01/2021

Gennuso: “La sociedad de Bariloche es conservadora y tiene resistencia a las transformaciones”

Diego Llorente
Gennuso: “La sociedad de Bariloche es conservadora y tiene resistencia a las transformaciones”

En un diálogo distendido y a solas con el intendente Gustavo Gennuso, El Cordillerano abordó diferentes temáticas que hacen a la gestión municipal. Temas álgidos, los cambios que la ciudad requiere y cuestiones puntuales como la Ecotasa, el Transporte Urbano, el cerro Catedral, OPS, la deuda pública y las críticas de los vecinos a la gestión municipal.

El Cordillerano: -¿Qué balance hace de estos cinco años de gobierno?

Gustavo Gennuso: -Es muy complicado hablar de balance en medio de esta pandemia y de todo lo que está pasando. Yo creo que la fortaleza de nuestra gestión se vio ahí, por la prueba que significa gobernar una ciudad con intereses tan complejos, con nueves meses sin trabajar, con todo lo que eso implica a cada ciudadano y tomando decisiones todos los momentos para que podamos trabajar, pero al mismo tiempo cuidarnos. Fuimos pioneros en muchas medidas. Yo valoro que hubo gobernabilidad, dirección, un timón y eso lo adjudico a nuestra madurez de haber aprendido mucho durante los primeros cuatro años y me parece que eso nos puso en un lugar que nos permitió llevar adelante la ciudad.

E.C.: -¿Cree que la ciudadanía tiene esta misma percepción o que hay una visión más crítica de su gestión?

G.G.: -No. Porque esas visiones se van a ver dentro de tres, cinco o diez años, cuando pensemos lo que vivimos y lo que pudo pasar. Hoy los gobiernos nos dedicamos a decirle que no a la gente y nadie quiere que le digan que no, es la reacción propia del ciudadano. Le decimos que no salga, que no se junte, que no abra. Y nosotros los intendentes somos los primeros que tenemos que decirlo, por más que la orden venga del Gobierno Nacional. Somos los que ponemos la cara. No creo que la ciudadanía este contenta con los gobiernos, porque somos los que ponemos los límites. Pero es el momento en que hay que tomar las decisiones que vayan en favor de todos, sabiendo que hay que decir muchas veces que no y que eso no le va a gustar a nadie.

E.C.: -Quien gobierna una ciudad debe tener legitimidad. ¿Es lo mismo gobernar tras haber ganado con un 50% de los votos, a haberlo hecho con el 33%?

G.G.: -Sí, sobre todo porque la diferencia con los otros partidos es muy alta y porque sentimos que somos el gobierno de la ciudad. No lo digo desde la soberbia, sino desde la humildad de que estamos al servicio de los vecinos. A mí me da la misma legitimidad. Por ahí la diferencia se puede dar en el Concejo, donde ahora tenemos menos concejales, pero no en mí.

E.C.: -¿Cómo evalúa el rol de la oposición durante la pandemia?

G.G.: -Las oposiciones por ahí se perdieron un poco, sobre todo las legislativas, porque les costó encontrar su rol, entonces ahí tienen un poco de disculpa. Porque en medio de la crisis más grande que sufre el país, los legisladores tuvieron que guardarse en su casa, no pudieron debatir y perdieron un poquito su rol. Les cuesta pensar en función del Estado porque lo hacen en función de estar encerrados y eso no es bueno. La oposición es parte del juego democrático, por lo que no tengo una opinión a favor o en contra, pero nosotros somos un gobierno de transformación, lo hemos sido desde el primer momento. Queremos transformar la ciudad y nos encontramos con oposiciones conservadoras. Y pasar de pueblo a ciudad, que es la transición que está haciendo Bariloche, necesita de gente arriesgada y creativa, y no conservadora. Pero las oposiciones por ahora, son conservadoras.

E.C.: -¿Cree que la sociedad barilochense es conservadora?

G.G.: -Creo que la sociedad es conservadora no en el término político, sino en cuanto a la resistencia a las transformaciones. Cada cambio a nuestra vida se hace muy complicado. Está el dicho que dice “más vale malo conocido, que bueno por conocer” y contra eso luchamos. Pero si queremos que nuestros hijos vivan mejor, tenemos que ir a una fuerte transformación de la ciudad y eso estamos haciendo. Pero cada paso cuesta, porque hay resistencia siempre al cambio, aunque hay vecinos que nos acompañan y quien no acompaña es la oposición, a veces por temor al qué dirán, por no saber que hay que arriesgarse para hacer una mejor ciudad, a veces porque piensan solo en su capital político y no quieren enemistarse con nadie. Todo cambio tiene como consecuencia, que a alguien no le va a gustar, hasta que lo disfrutan. El mejor ejemplo es el de la Ecotasa, que mucha gente decía que no, hasta que lo vivieron. En ese momento, el Frente de Todos votó en forma negativa y hoy vemos a esos concejales caminando por los paseos que hicimos. Pero hay gente que nació para decirle que no a lo que no es pensado por ellos y eso no hace bien a las ciudades, hay que trabajar en conjunto.

E.C.: -Cuando toma esas decisiones que generan debate, ¿cree que quienes se oponen o toman un posicionamiento, son los vecinos reales o solo son los sectores de poder de la sociedad?

G.G.: -Sí, en general son sectores puntuales. En Bariloche está el famoso discurso de los autoconvocados, que se convocan para una cuestión puntual, generalmente legítima y luego queda solo el sello. Entonces, quedan dos o tres personas que son los autoconvocados por esto o por lo otro, pero en realidad no representan a casi nadie, salvo frente a los medios que muchas veces les dan cabida y les hacen entrevistas, siempre a las misma personas. Hay muchas de esas representaciones sin respaldo y hay otras que sí lo tienen. La ciudad es compleja, pero insisto con la tensión del paso de pueblo a ciudad, porque remite a lo más conservador, de querer seguir siendo el pueblo que fuimos y no se puede ser, porque no se puede echar a la gente, achicar la ciudad o lo que fuere. Pero no se quiere llegar a la ciudad que tenemos que ser, con todos los servicios y la infraestructura. Ese es un parto, un rompimiento que se debe hacer y donde hay que tomar decisiones fuertes.

E.C.: -¿Cómo cuáles?

G.G.: -Uno, es el cambio en el Transporte Urbano de Pasajeros, que así como está no va más. El sistema que tenemos empezó en los años 80, con dos líneas que se fueron extendiendo y nunca se planificó. Pensar en otro esquema significa un cambio fuerte de estructura, pero ese acostumbramiento a lo que fue y no a lo que va a ser, es difícil de sostener. Pero nosotros vinimos a hacer eso. Vinimos a transformar, sino nos quedaríamos en nuestra casa.

E.C.: -Las críticas vecinales hacen foco en el manejo del transporte, ¿qué le genera a usted?

G.G.: -Es que es un tema fácil para criticar. No lo pudo resolver ninguna ciudad del interior, salvo algunas provincias de mucho poder económico que se hicieron cargo, pero no lo resuelve nadie. En Rosario también lo critican mucho al intendente porque quiere cambiar el sistema, al de Córdoba le pasaba lo mismo. Entonces, es un tema muy profundo en el que hicimos un cambio muy importante cuando trajimos a Mi Bus y sacamos a empresas que no andaban bien, sobre todo una de ellas. Lo que sucede es que la gente se olvida, pero había diez colectivos viejos que andaban cuando querían, otras empresas como Tres de Mayo y Codao se fundieron. Hay que recordar la historia. El cambio que hicimos anduvo bien, hasta que cayó el sistema nacional de subsidios y ahí ninguna de las ciudades pudimos resistir. Ante este nuevo contexto, hay que hacer un cambio más estructural. Pero esto lo tenemos que resolver nosotros. Si seguimos pensando en los subsidios que vienen de afuera, nunca vamos a solucionar nada. Por eso, llamamos a todos los bloques de concejales a que opinen y no opinaron, y los que opinaron lo retiraron porque no servía. Entonces, para hablar, hay que proponer. Nos pidieron los números, cuando se los dimos, se dieron cuenta que todo el verso se termina. Ahora nosotros hicimos una propuesta y digo que nos tienen que acompañar, no por estar convencidos sino porque tienen que darnos el crédito, por haber sido los únicos que hicimos una propuesta seria. Y si nos sale mal, nos matarán y no nos votarán más, pero si nos sale bien, la gente de Bariloche va a tener un buen transporte.

E.C.: -Otro tema por el cual fue muy criticado, es por la renovación contractual en cerro Catedral. Hoy con el debate ya terminado, ¿qué opinión tiene?

G.G.: -Lo que dije antes: nosotros vinimos a hacer una transformación de la ciudad, no a dejarla como está o a empeorarla. Si Catedral no se renueva y no se pone a tono, la temporada de invierno no va a existir o va a ir cayendo paulatinamente, como una agonía. Había que hacer algo, para que sea un nuevo Catedral, con nieve más tiempo, con nuevos medios y para eso hay que tomar decisiones. A veces se toman dentro de un contexto, respecto de qué tengo y, con lo que tengo, qué puedo hacer. Quizás hacer cosas ideales, están muy lejos de que se concreten. Nosotros optamos por esa vía, nos preguntamos si había otras mejores y la respuesta es que con lo que teníamos en la mano, no había mejores. No era un contexto ideal. Yo creo que dimos la mejor respuesta para la ciudad. Lo que pasa es que cuando uno habla de transformaciones, habla de proyectos a largo plazo que nos van a trascender. Quizás, muchas de las cosas que estamos haciendo o que vamos a hacer, no las disfrutemos como gobierno, pero estamos convencidos que Bariloche debe mejorar y que algún otro va a poder seguir sobre esa semilla que estamos sembrando.

E.C.: -Seguramente habrá escuchado que una parte de la ciudadanía vincula lo de Catedral con algún acto de corrupción o se elucubran hipótesis de arreglos económicos…

G.G.: -Los ladrones creen que todos roban y no es así. Esa es la verdad. Yo lo puedo demostrar con mi vida de todos los días y muchos no pueden demostrarlo. La verdad que no es así y cada acto que hacemos van a decir algo. Hay mucho sector político, no el vecino común, que no cree que uno pueda apostar seriamente a la transformación de su ciudad sin querer tener un beneficio personal. Les cuesta mucho. Pero nosotros vinimos de afuera de la política, por eso somos así.

E.C.: -Siguiendo con otros temas puntuales, ¿el Vertedero es un dolor de cabeza para la gestión?

G.G.: -No. Es un tema estructural a resolver. Estamos en un proceso muy importante, que va a marcar un antes y un después, pero también va a tener sus críticas y sus discusiones, que estamos dispuestos a darlas, para transformar el Vertedero en una planta de energía eléctrica a partir del biogás, la producción de fertilizantes y de varios productos derivados. Estamos terminando un proceso de revisión de proyectos y vamos a ir a una licitación, para tener una concesión que pueda hacer su trabajo. Creemos que va a ser un cambio importantísimo para Bariloche, porque va a ser una de las primeras ciudades en tener este sistema y vamos a dar esa pelea.

E.C.: -¿Los pozos en las calles asfaltadas dejaron de ser un problema?

G.G.: -El primer año de mi gobierno, tenía siempre algunos vecinos que venían con la boleta para que les arreglemos el auto porque se les rompía en los pozos. Yo decía que nos iba a costar mucho asfaltar por los altos valores, pero en dos o tres años, sabía que íbamos a empatarle a los baches. No le vamos a ganar nunca, porque en esta ciudad el clima castiga mucho y siempre hay nuevos pozos. Pero yo creo que hoy les vamos empatando. Hoy el pedido más grande que tengo al respecto, son cientos y cientos de badenes y lomos de burro. Eso es porque las calles están mejor y los automovilistas van rápido. Y el mantenimiento en las calles de ripio también ha mejorado mucho.

E.C.: -Justamente para eso es que hubo un acuerdo que generó deudas importantes con la empresa OPS. ¿En qué situación está ese tema?

G.G.: -Tenemos que encontrar una solución. Hace unos días tuvimos una reunión con el síndico, pedimos una audiencia para el levantamiento de la feria con la jueza que está a cargo y llevarle una propuesta de pago, porque nosotros teníamos que pagar mes a mes y no lo estamos haciendo. No hay una claridad sobre la deuda, queremos arreglarlo, ya que queremos seguir usando la maquinaria. El monto de deuda se está discutiendo, cada uno dice algo y ahí es donde tendremos que llegar a un acuerdo.

E.C.: -Hablando de deuda, la oposición insiste en que el monto declarado en el Presupuesto no es real. ¿Cuál es el monto de deuda que tiene el municipio?

G.G.: -La realidad es que el municipio debió tomar algo de deuda, que no es mucho, pero la pandemia nos exigió tomarla, porque caso contrario no habríamos podido sobrevivir. Y después hay cuestiones comprometidas como la devolución del Plan Castello, que faltan varios años para que se empiece a devolver. Y hay deudas que son pasivos que van pasando de un año a otro y que figuran en el Presupuesto como el caso de los sueldos de diciembre, pero una vez que se abonaron, esa deuda ya no está. Siempre el municipio va con un fondo flotante. La verdad que no era ni preocupante, es un porcentaje muy bajo del Presupuesto. Pero estoy acostumbrado a que siempre se habla de deudas en los municipios y lo tomo como parte del juego político.

E.C.: -¿Y en términos económicos y sociales, que escenario pospandemia se imagina?

G.G.: -Mi pregunta es cuándo será la pospandemia. Me parece que mejor es acomodar la cabeza a vivir en pandemia y vemos cómo vamos resolviendo las cuestiones dentro de este contexto. Pensar en pospandemia, a veces nos saca fuerzas para resolver la situación que estamos viviendo.

 

Diego Llorente

Te puede interesar
Ultimas noticias