EL EQUIPO ESTÁ LIDERADO POR LA VICEDIRECTORA DEL INSTITUTO BALSEIRO

| 12/12/2020

Convirtieron máscaras de buceo en protección para el personal de salud

Daniel Pardo
Convirtieron máscaras de buceo en protección para el personal de salud

Historias de compromiso emergieron con determinación durante la pandemia. Cuando la noticia anunció que el COVID-19 iba a impregnarse en nuestras vidas, la vicedirectora del Instituto Balseiro, Graciela Bertolino, sintió la necesidad imperiosa de ayudar. Esa vocación -junto a la creatividad- desembocó en el proyecto “Otra Forma de Aplaudir” que convierte las máscaras de buceo para la protección del personal de salud.

La idea nació luego de observar al personal de salud en Europa, cuando estalló la pandemia. “Vimos que se tapaban con barbijos, antiparras, porque la primera suposición fue que el virus podía ingresar por ojos, nariz y boca”, señaló y agregó que, entonces, lo ideal era conseguir una alternativa para generar una cobertura completa.

La clave fue generar una protección sin una interfaz libre que brinde confianza y seguridad. Cuando asomó la idea de la máscara de snorkel en Europa, “nos preguntamos por qué no la adaptabamos”. La tarea consiste en quitarle el tubo y poner un adaptador al que se le acopla un filtro.

“Eso permite que no ingresen las partículas o las gotas que pueden tener el virus”, apuntó y agregó que con impresoras 3D crearon los adaptadores. El filtro -subrayó- es complejo de desarrollar, es la parte crítica del producto porque es necesario generar seguridad que va a cumplir con su rol. “Los filtros de respiradores artificiales son los que mejor funcionan”, agregó.

El principal beneficios de la máscara es que proporciona un escudo de cara completa y un sello de aire al tiempo que permite un flujo controlado de admisión y escape a través de la máscara-filtro, además de poder esterilizarse. La propuesta se inspiró en diferentes proyectos, como el de la Universidad Técnica de Praga en la República Checa y el de la empresa Isinnova de Italia.

El equipo liderado por Graciela está integrado por cinco profesionales y contó con una comprometida asistencia del personal de la salud. Con el subsidio recibido, pudieron importar máscaras directamente desde China. Esto les permitió reducir los costos del insumo más importante, por esta razón lograron adquirir, adaptar y entregar 2585 máscaras a un costo promedio de $3850.

La distribución comenzó en Bariloche y Buenos Aires. Y con el aporte de donaciones de empresas y sociedad pudieron asistir al interior del país, desde Río Gallegos a la Quiaca. Los pedidos -que se pueden hacer en la página web otraformadeaplaudir.com.ar- superan las 12 mil máscaras. “Estamos contentos”, sintetizó orgullosa Graciela, “hicimos lo que pudimos con lo que teníamos”.

 

 

 

 

Daniel Pardo

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