Y los barriletes volaron en el cielo del barrio Malvinas

En el marco de la celebración del Día Universal del Niño, la biblioteca Néstor Kirchner del barrio Nahuel Hue brindó talleres para construir barriletes, los que remontaron hoy a partir de las 14 horas.

Sin anticiparse mucho al pronóstico del tiempo les tocó un día ideal para ver volar por primera vez los barriletes fabricados con sus propias manos, el lugar elegido fue la cancha de Asocluba ubicada en el barrio Nuestras Malvinas.

Con un viento que se llevaba además de los barriletes, todo lo que encontraba en su camino, pudieron vivir la magia casi perdida, de tirar de las cuerdas para verlos flamear en el cielo.

El gran avance de la tecnología ha llevado a que tradicionales juegos se vayan perdiendo en el tiempo, sumado a que los espacios sin cableado aéreo cada vez están más alejados de los barrios. Nada de esto importa porque quedó demostrado una vez más que cuando a los chicos y chicas se les proponen actividades ellos responden de manera positiva.

Los talleristas fueron el vecino Alberto Diue y José Pichi Arpires, quienes debieron ingeniárselas para dividir a los 53 inscriptos dentro de las instalaciones y en distintos grupos, para mantener los cuidados sanitarios.

Se reunieron en la biblioteca y desde ahí, con sus barriletes en mano, subieron la cuesta hacia la cancha del Malvinas. Allí les dieron las instrucciones para ponerlos a volar, técnica que solo la experiencia puede afirmar.

Claro que las grandes ráfagas colaboraron, con muy pocos intentos y algunas corriditas, los barriletes se comenzaron a alejar en el cielo, donde largas colas de tiras de trapos, comenzaron a bailar incansablemente.

Los niños y niñas aprendieron a manejar la tensión del hilo, largando y ovillando, sintiendo esa magia indescriptible que significa remontar sus propios barriletes. Luego fueron compartiendo un alfajor y una bebida, aporte de Desarrollo Social de Provincia.

Como era de sospechar, se acercaron otros chicos y chicas con intenciones de sumarse, pero no tuvieron inconvenientes porque llevaron aproximadamente 15 barriletes para los ocasionales invitados.

Susana Alegría