REINVENTARSE EN TIEMPOS DE PANDEMIA

| 22/09/2020

La primera tanda de turistas vendrá en sus vehículos y los guías preparan un “tour en auto”

Christian Masello - Fotos: Facundo Pardo
La primera tanda de turistas vendrá en sus vehículos y los guías preparan un “tour en auto”

La pandemia, más allá de la obvia problemática sanitaria, y de los inconvenientes económicos que acarrea, propició que algunas personas de espíritu inquieto utilizaran la imaginación para adaptarse a esta época.

Así, el guía turístico Máximo Daulte desarrolló una novedosa manera de realizar paseos en auto: desde un vehículo, donde va acompañado por Silvina Amengual, también profesional en el rubro, se emite una señal en banda de radiofrecuencia corta y compartida, la cual se recibe en los coches que sintonizan un determinado número del dial (dentro de una franja autorizada por el Ente Nacional de Comunicaciones), en un área aproximada de un kilómetro y medio.

De esa forma, en cada automóvil (con no más de cuatro personas en su interior), se puede escuchar, como si se tratara de un programa radial, la información que los expertos transmiten. Además, un grupo de WhatsApp, creado especialmente para la ocasión, los mantiene en contacto.

“Cuando en marzo cerraron los parques nacionales, me pregunté qué haríamos de ahí en más, de qué manera trabajaríamos, cómo sería nuestro futuro”, señaló Máximo.El guía nunca creyó que la situación se extendería tanto tiempo. “Cuando hablaban de cuarenta, yo pensaba en cuarenta días, no en seis meses”, aseveró.

Pero, durante el estancamiento laboral, la inventiva de Daulte no se frenó. “Imaginé que el auto sería el medio de transporte de los primeros visitantes. Las personas que vengan no van a querer tener contacto con otra gente, lo que es lógico”, expresó.
En ese sentido, los recuerdos de viejas experiencias laborales ayudaron a concebir el proyecto.

Un pibe flaquito y corajudo 

Máximo, en su juventud, había tenido un espacio en radio Limay, donde pasaba canciones de rock nacional y hacía comentarios sobre bandas musicales. Un día, un señor ya mayor, que realizaba el mantenimiento de una antena ubicada en el Bariloche Center, le dijo: “Pibe, vos que sos flaquito y corajudo, ¿te animás a subir y cambiar un cable?”.

“Yo jamás le tuve miedo a la altura”, recordó entre risas Máximo, que aquella vez hizo lo que el hombre solicitó, y así comenzó a aprender lo que era una antena parabólica, como también los diferentes tipos de señales que existían. Los conocimientos adquiridos en aquel momento le sirvieron, este año, a desentrañar el problema que significaba guiar a la gente casi sin entrar en contacto con ella.

“Cuando tuve en mi mente este desafío, recurrí a esas cosas que aprendí a lo largo de la vida. Así fue que instalamos un equipo transmisor de corto alcance en el vehículo, para poder llegar a través de la radio”, contó.

Pero, al comienzo, las cosas no resultaron como esperaba. “Cuando pusimos en marcha el primer mecanismo, y encendí el motor, se escuchaban todos los ruidos imaginables; fue frustrante”, calificó. Pero, por más que la situación implicaba un problema, los amigos que sabían de la idea lo impulsaban a seguir.

“Acudí a personas relacionadas con la radiocomunicación, que me indicaron los filtros que debía usar y qué modificaciones tenía que hacer”, manifestó Máximo. Así, alcanzó el objetivo de que la señal de audio llegara como era debido, pero todavía restaba solucionar otro problema: desconocía qué micrófonos utilizar para que se oyera bien lo que quería transmitir.

“Por suerte, personas relacionadas con el teatro me aconsejaron, y me dijeron qué tipo de micrófono corbatero tenía que emplear”, comentó el guía.
A partir de ahí, comenzaron las pruebas con amigos. Durante los trayectos, Máximo percibía que algo no cerraba del todo. Acostumbrado a tratar a la gente a la cara, esta comunicación “radial” le resultaba compleja. “Me di cuenta de que había que cambiar totalmente el contenido de la excursión”, afirmó.

Con Silvina Amengual, entonces, comenzaron a modificar la estructura. “Fueron muchas horas de trabajo”, apuntó Máximo, y el resultado derivó en “una especie de programa radial”. Silvina no es la primera vez que trabaja con Daulte, pero, en esta ocasión, quedó especialmente cautivada por la idea del guía, ya que le pareció muy propicia para esta época.

La mujer sostuvo que, a partir de distintos ensayos, lograron escapar a cualquier frialdad que podría implicar este distanciamiento obligado, y consiguieron crear “algo dinámico e interactivo”, incluso con la posibilidad de despejar dudas durante el recorrido, a través del WhatsApp.
En la actualidad, desarrollan un tour de aproximadamente cuatro horas que parte de la estación de trenes e incluye un paso por lugares destacados de la ciudad, para luego continuar por Circuito Chico, con algunas paradas puntuales, donde, con el debido distanciamiento social, los paseantes pueden tomar fotografías.

La propuesta incluye una caminata de tres kilómetros, para apreciar detalles de la flora y fauna local.

Si bien la intención es extenderlo a otros días de la semana, por el momento el itinerario se lleva a cabo los martes, con representantes de hoteles y otros sectores vinculados al turismo como invitados, para dar a conocer la experiencia.

Además, convocan a los barilochenses en general, para que, a precio promocional, “prueben ver la ciudad con ojos de turista”.
Aquellos que deseen realizar cualquier consulta, pueden comunicarse al +54 9 294 469-9506.

Por lo pronto, sobre el motivo que lo impulsó a no bajar los brazos y encontrarle una vuelta de tuerca a la situación actual, Máximo sostuvo: “Nosotros tenemos en claro que somos guías de turismo, y queremos hacer nuestro trabajo”.

No pierden las esperanzas de los paseos tradicionales

Luis Javier González tiene una agencia de turismo, desde la cual se acompaña el emprendimiento de los tours en auto. “Este proyecto es muy interesante. Se trata de una alternativa para quien nos visite. La primera oleada de turistas será regional. La gran mayoría vendrá en auto. Y esto apuesta a ese visitante”, consideró.

“Siempre tratamos de reinventarnos; Bariloche ha sufrido muchas contingencias”, aseveró el empresario, que trabaja en el rubro desde hace treinta y dos años.

Su agencia, desde que se decretó la cuarentena, está cerrada, pero señaló que “hay un trabajo a nivel nacional con respecto a los protocolos que se usarán cuando vuelva el turismo”.
Sobre la situación particular de Bariloche, dijo: “Por lo que se habla, va a ser una reapertura cuidada, con poca gente. Hay que esperar que la maquinaria comience a funcionar. Lo cual, desde mi punto de vista, me parece interesante”.

“Primero hay que apostar a que la localidad se cuide: mantengamos el distanciamiento social y el uso de barbijos, para bajar el número de contagios”, añadió. “Si la rueda del turismo, de a poquito, comienza a girar, ayudará a que la economía de la ciudad crezca”, afirmó.

Más allá del proyecto particular de los recorridos en auto con comunicación radial, González expuso: “Tengo la esperanza de que, si logramos que vuelvan los vuelos, y funcionen los buses de larga distancia, también se podrá realizar alguna excursión tradicional, incluso en embarcaciones”.

Christian Masello - Fotos: Facundo Pardo

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