REFLEXIONES EN EL DÍA DEL PROFESOR

| 17/09/2020

Pedro Lemos: "En la actualidad, lo emocional es fundamental"

Christian Masello
Pedro Lemos: "En la actualidad, lo emocional es fundamental"

“Yo no quería ser profesor, en realidad me iba a dedicar a otra cosa”, expresó Pedro “Pepo” Lemos, que tiene sesenta y tres años, y cuarenta de docente, los últimos quince en Antu Ruca.

“Siempre digo que fueron los caminos de Dios”, sostuvo.

Pepo trabajaba en el área de la comunicación, realizaba labores de investigación social, sobre los excluidos, en barrios obreros y villas de Buenos Aires.

De pronto, comenzaron a llamarlo para brindar talleres en distintos colegios. “Le tomé el gusto y encaré para ese lado. Así, me di cuenta de la riqueza que descubría desde la docencia”, señaló el profesor de Antropología y Metodología.

Hoy disfruta, más que nada, de esa mirada que pone el estudiante cuando logra captar su atención. Porque, para él, ser docente es mucho más que escribir algo en el pizarrón y caminar entre los bancos… Se trata de ser un sostén vivencial para el alumno.

El Cordillerano: – ¿Cómo fue llegar a Antu Ruca?

Pedro Lemos: – Me dio vuelta la cabeza, por ser una escuela de gestión social. Te cambia un poco el perfil de lo que es la docencia, porque te ves más comprometido con los alumnos, sobre todo desde lo emocional, en lo que hace a los proyectos de vida y demás… Los horarios no se rigen por los tiempos “comunes”, sino que hay un vínculo permanente. Despertás en el alumno ciertas inquietudes que querés acompañar. La gestión social implica seguir toda la vida del chico, no solo su adquisición de conocimientos académicos.

E.C.: – Esa característica, en esta época, debe tomar mayor importancia…

P.L.: – Sí, claro. De hecho, varios docentes no solo extrañábamos ver a los chicos, en el aula o en las salidas que organizábamos, sino que también teníamos la necesidad de observar cómo estaban, visitarlos, y no virtualmente. Surgió la idea de preocuparnos por aquellas familias que sabíamos que no se encontraban en condiciones de soportar una cuarentena, desde el punto de vista de la alimentación, de lo económico, de fuentes de trabajo, y empezamos a visitarlas, con todas las prevenciones que implica la situación sanitaria actual. Nos dimos cuenta de que el encuentro con el chico era muy especial, y él mismo decía que se hallaba en una situación de cierta depresión, por la incertidumbre. Que, con dieciséis o diecisiete años, se planteen cómo seguirá todo… para ellos es difícil, porque no tienen las herramientas para seguir como quisieran… Sobre todo los de quinto año, donde se cortaron las expectativas de un viaje de egresados, la fiesta, la entrega de diplomas… Entonces, más allá de dar alimentos, y ver cómo se encontraban las familias, empezamos a acompañar a los chicos también en lo que hace a los contenidos de las materias. Fuimos a algunas casas, llevamos los trabajos… y eso los ayudó mucho, y también a nosotros.

E.C.: – ¿En qué sentido?

P.L.: – Por el hecho de sentirnos cerca, ver que la institución se encuentra presente, y que nosotros tenemos sus mismas dudas, que compartimos la incertidumbre, pero que podemos manejarla de pie, ayudándonos, acompañándonos.

E.C.: – Hay necesidades de carácter educativo, obviamente, porque hablamos de una escuela; alimentarias, por la crisis que se vive; pero también emocionales…

P.L.: – En la actualidad, lo emocional es fundamental, y no me refiero a algo superficial. El chico descubre las herramientas que tiene, y nosotros, como docentes, tenemos que ayudar a fortalecerlas. Debemos hacer que esos caminos que transitan, que se convierten en sueños que podrán ser cosas concretas más adelante, no se pierdan. Como profesores, tenemos que ayudar a que él descubra sus propias capacidades, hacer que sienta que estamos dispuestos a acompañarlo, y que eso seguirá a lo largo de la vida. De hecho, nos pasa, por ejemplo, con exalumnos que vienen a visitarnos… Sabemos que nos fortalecemos mutuamente.

E.C.: – Como profesor, ¿cómo es adaptarse a lo virtual?

P.L.: –Si no se comprenden cuáles son los miedos del alumno, sus necesidades y aquellas cosas que le gustaría que sucedan, plantear el Zoom simplemente como una posibilidad de brindar conocimiento queda en la nada, sobre todo en nuestro contexto, donde, para muchos chicos, está la imposibilidad, porque no tienen forma de conectarse; segundo, si pueden conectarse, a veces lo tienen que hacer a través del teléfono, lo cual es un gasto enorme, y hay que recordar que hablamos de familias que a veces tienen que planearse “¿qué vamos a comer hoy?”. En ocasiones se nos da por pensar que podemos ser exigentes, en cuanto a la entrega y los plazos, y entonces se nos complica… Tenemos una duda enorme sobre cómo evaluar, cómo considerar la exigencia en torno al cumplimiento de los trabajos… para varios de nosotros, es un aprendizaje nuevo.

E.C.: – ¿Son muchos los chicos que se quedan afuera de esta modalidad tecnológica?

P.L.: – Sí, y además se quedan afuera de una mala manera, porque es como decir “hay algo que me falta y no lo voy a tener”, les da la sensación de que significará una pérdida para toda la vida. Nosotros insistimos en que van a poder, que los vamos a acompañar; no es que les vamos a brindar herramientas tecnológicas, sino que estaremos a su lado para que el conocimiento y los contenidos también les lleguen, de formas alternativas, quizá más creativas, para que se sientan en igualdad de condiciones frente a aquellos que sí tienen la posibilidad de conectarse y tener clases diarias de Zoom, con acceso a internet para realizar investigaciones o lo que fuera.

 

Christian Masello

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