13/09/2020

¿QUE SERÁ DE…? Eduardo Antonio “Panza” Gutiérrez, parte de una época dorada del hockey sobre hielo

Martín Leuful
¿QUE SERÁ DE…? Eduardo Antonio “Panza” Gutiérrez, parte de una época dorada del hockey sobre hielo
Con el casi imbatible equipo de Fenoglio (Foto gentileza Aníbal Grané).
Con el casi imbatible equipo de Fenoglio (Foto gentileza Aníbal Grané).

Señalado como un gran jugador de Hockey sobre hielo en una época dorada integró el equipo de Grisú y el de Fenoglio, con ambos obtuvo campeonatos. Además fue campeón Argentino de Enduro en la categoría Master.

Nació en Buenos Aires y al año y medio ya estaba con su familia en nuestra ciudad. Hijo de Bety Carro y de Héctor Coco Gutiérrez, curso sus estudios primarios en la Escuela 16 y terminó en el Don Bosco. El colegio secundario lo hizo en la Escuela Nacional de Educación Técnica N 1 Jorge Newbery.

Tiene un hermano, Héctor Gutiérrez. Contrajo matrimonio con Viviana Picca, con quién tuvo cuatro hijas, Natalia (Ex – Reina Nacional de la Nieve y campeona Argentina de Enduro), Julieta, Gabriela y Guadalupe. Sus hijas le dieron seis nietos, Manuel, Felipe, Teo, Pili, Thiago, Bautista. Hay un séptimo que viene en camino, Bruno.

Cuando llegaron a Bariloche, su padre, comenzó a trabajar en casa Giménez y luego cuando estaba él en sexto año de la Ex – ENET, comenzaron en su familia con las pinturerías, negocios que lleva adelante hasta el día de hoy

Gutiérrez cuenta que “comencé a jugar al hockey porque me pareció un deporte lindo, me llamó mucho la atención, era un deporte que podía hacer después de salir del trabajo, llegabas te ponías los patinas e ibas a jugar directamente, había buena gente, buenos compañeros y estábamos todos predispuestos a aprender a jugarlo”.

El primer skating

La primera pista donde se dictaba patinaje artístico y donde se comenzó a jugar al hockey fue impulsada por el polaco, Andrés Noworyta, un inmigrante, qué en su pueblo natal, Zakopane se jugaba en las lagunas congeladas y junto a dos socias, Marta Bordeu y Mima Ugoldi iniciaron esta empresa. Fue justamente Andrés quién compartió sus conocimientos con muchos barilochenses, entre los que estaba Eduardo Gutiérrez que indica “en el primer skating que estaba en la calle Rolando arrancamos muchos pibes de esa época, es un deporte impresionante. Comenzamos a aprender a patinar con equipo precarios, fueron los comienzos. Jugaban Julio Scaglia, Jorge Ayala, Pedro Klempa, Gustavo Ezquerra, éramos todos pibes de 20 a 24 años y aprendimos todos con Andrés Noworyta un tipazo que patinaba muy bien entonces nos transmitió todos sus conocimientos a nosotros y fuimos todos aprendiendo y perfeccionándonos. Había muy buenos jugadores, Mario Kojei era uno de ellos, en esa época se formaron cuatro equipos”.

La segunda pista

Cuando cierra el skating, abren el segundo en la calle Mitre, Gutiérrez recuerda que “cuando llegamos a las nuevas instalaciones fue tremendo, fue una época muy linda, se jugaba fuerte, la gente acompañaba mucho. Recuerdo que venían muchos canadienses y nosotros teníamos un equipo tan fuerte y compacto que By Pass contrató a unos canadienses para ganarnos y no pudieron. Se hacían torneos importantísimos y muy fuertes para esa época, tribunas llenas, eran ocho equipos. Había muy buenos jugadores, recuerdo a Tomy Obregón, Miguel Cejas, los hermanos Van Ditmar, Pato Cejas, Beto García, Pablo Sánchez, la verdad es que el nivel había crecido mucho y los torneos eran muy impresionantes, aquí ya se habían conformado dos divisiones, 6 equipos pertenecían a la primera y 4 a una segunda divisional”.

Campeonato con Grisú

Eduardo Gutiérrez piensa y cuenta que “yo jugaba para Grisú y habíamos conseguido uno de los campeonatos, y un día vienen el Indio Carranza y Jorge Ayala, que jugaban en By Pass , en esa época de Bariloche nos conocíamos todos. Ellos me ofrecen jugar en Fenoglio que se estaba comenzando a armar. Eramos amigos de pibes, así que les dije que sí y así se fue dando todo.

Junto a su compañera, Viviana Picca.

El gran equipo de Fenoglio

En ese tiempo por nombrar algunos equipos estaban Fenoglio, justamente que integraba Eduardo Gutiérrez, pero había otros, Abuela Goye, Camperas Fritz, By Pass, Grisú, el Hotel Nevada. Gutiérrez recuerda que “nosotros ganamos tres veces el campeonato y el más recordad que fue el último, nos habíamos enterado que cerraba la pista y se organizó un certamen para concluir. A esa final que fue en el año 1993 llegaron el equipo de la chocolatería y By Pass, la final la ganó el plantel de Fenoglio por 6 a 5, no me olvido más. Con ese equipo logramos tres campeonatos. Laura nos dio una gran mano siempre, nos compró muy buenos equipos para la época, ropa, protecciones, unos palos que eran excelentes. Recuerdo que los equipos con los que comenzamos pesaban cinco o seis kilos, y los que trajo Laura pesaban un kilo y medio, trajo patines muy buenos, era mucha la diferencia. En ese equipo jugaban Gutiérrez, Carranza, Claudio Gresani, Nino Arroyo, Valcheta Angulo y Sandro Falaschi”.

Con parte del equipo de Fenoglio de hockey sobre hielo (Foto gentileza Aníbal Grané).

Hielo caliente

Gutiérrez expresa que “había tan buen nivel en el hockey sobre hielo en Bariloche que vino Gimnasia y Esgrima de Buenos Aires a probarse, tres equipos de Mar del Plata que jugaban hockey sobre ruedas, pero tenían un gran manejo del palo. Era tanta la pasión por este deporte que se transmitía un programa en blanco y negro por canal 3 que se llamaba Hielo Caliente que conducía Roberto Sosa Lukman y que pasaba los partidos con resúmenes y notas y lo daban los domingos. Era una movida impresionante la que había y por supuesto había mucha gente que nos seguía o que seguía esta explosión de este deporte”.

Recibiendo un reconocimiento por su trayectoria deportiva (Foto gentileza Aníbal Grané).

A la moto

La moto siempre fue para mi un vicio era un sueño, un todo, tuve la suerte que mi señora me acompañaba, Viviana me acompañó a todas las carreras. Comencé con la moto haciendo paseo y me gustó. Mi primera carrera fue en el año 80, con una Can Am que le compré a Raúl Valdéz en Villa la Angostura, en Cerro Bayo que la gané, fue debut con triunfo. Después fui mejorando hasta que me pude comprar una moto buena y pude encarar el campeonato argentino en la categoría Máster en 1989 donde conseguí el título. Fueron doce fechas, recorrí La Rioja, Córdoba, Catamarca, Mendoza entre otras fechas, la última se hizo en Neuquén donde consigo el título. Además logré salir campeón provincial y pude ganar el primer Transpatagónico, en el segundo me fueron a buscar en ambulancia a El Caín y el tercero terminé tercero”.

En otra de sus pasiones, la moto, con la cual se coronó campeón Argentino de Enduro.

Hermosos recuerdos

Gutiérrez, pausado, sereno y con mucha añoranza cuenta que “el deporte fue todo, todo lo que hagas en el deporte no te puede dejar malos recuerdos. Fue todo lindo. Las amistades, hice muy buenos amigos en el deporte. Por ejemplo corríamos por todo adentro del circuito con Pedro Mazzolenis, Tito Neira y cuando terminaba la carrera se terminaba esa pica, se apagaban las motos y éramos amigos".

Con toda su familia, disfrutando de la vida.

"No me arrepiento de nada, nadie te quita lo bailado, a veces te quedabas sin un mango porque lo haces apasionado por las cosas, por suerte lo pudimos hacer, siempre hubo amigos que te tiraban un centro”. Hoy Eduardo disfruta de su jubilación que consiguió hace poco tiempo y de sus nietos. “La vida me dio hermosas hijas, pero ningún varón, hoy me recompensó, todos mis nietos son varones y eso lo disfruto mucho”.

Martín Leuful

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