11/08/2020

Destacan grave incremento de mortalidad por otras patologías

Han transcurrido más de 130 días desde el inicio de la cuarentena y, si bien la mortalidad por COVID-19 mantiene una baja incidencia, ya comenzaron a observarse daños colaterales en pacientes con enfermedades preexistentes que abandonaron sus controles y tratamientos y en personas que, por temor al contagio, no han acudido al médico al presentar alguna dolencia no relacionada con los síntomas del coronavirus.

La pandemia por COVID-19 congeló las consultas médicas regulares y los estudios preventivos en todo el mundo. Inicialmente en nuestro país la consigna fue evitar la asistencia a las clínicas para disminuir las posibilidades de contagio pero, habiendo transcurrido más de 3 meses, los especialistas en patologías no transmisibles alientan a los pacientes a retomar el cuidado de su salud y la prevención sin más demoras.

El doctor Alberto Alves de Lima, director médico del ICBA, Instituto Cardiovascular, alerta sobre “la notoria caída en las consultas de las enfermedades no transmisibles, esto es, cardiológicas, oncológicas y neurológicas, que requieren controles periódicos, ya que el éxito de la reducción de la mortalidad de pacientes por dichas patologías se basa en el diagnóstico precoz y su rápido tratamiento. Al abandonar los controles, todo lo que hemos avanzado en prevención en los últimos 30 años, se cayó como una torre de naipes” y advierte que “sin un correcto control de los factores de riesgo, se estima que habrá entre 7.000 a 10.000 fallecidos más a las 100.000 muertes que existen al año por causas cardiovasculares”.

Cifras alarmantes

Las enfermedades cardiovasculares, especialmente el infarto agudo de miocardio y el ACV, son las principales causas de muerte en Argentina. Según datos del Ministerio de Salud de la Nación, en el año 2017 fallecieron 97.219 personas por causas cardiovasculares, lo que representa el 28,5% del total, es decir, casi 1 de cada 3 personas. Los especialistas del ICBA aseguran que en Argentina -cada día- fallecen, en promedio, 266 personas por problemas cardiovasculares, mientras que por COVID-19 mueren alrededor de 30. Claramente, estas cifras dimensionan la importancia del potencial daño colateral cardiovascular.

“Según el último estudio de Stent-Save a Life, donde se compara abril y mayo del 2019 con mismo período del 2020, hay una reducción del 50% de pacientes que asisten al hospital por infarto y en contrapartida se ve una duplicación de la mortalidad. Desde nuestra institución podemos afirmar dicho porcentaje ya que lo vemos diariamente en la disminución de ingresos por emergencias, por infartos agudos de miocardio”, alerta Alves Lima.

Hay que tener en cuenta que en un infarto agudo de miocardio el pronóstico depende del tiempo transcurrido desde el inicio de los síntomas hasta la instauración del tratamiento para abrir la arteria obstruida. Los mayores beneficios están dentro de las primeras 3 a 6 horas. Si se demora más de 12 horas, la mortalidad puede duplicarse, y si la persona no consulta, puede aún triplicarse.

Las estadísticas de atención comparativas, junio 2019 versus 2020 del ICBA, muestran la importante baja de consultas por emergencias y otras prácticas médicas:

Consultas totales por emergencia: -32%; cantidad de ingresos a internación: -18%; porcentaje de ocupación internación general: -12%; porcentaje de ocupación área crítica: -24%; cantidad de cirugía cardíacas centrales: -48%.

Cáncer y diagnóstico precoz

Según el doctor Matías Chacón, subjefe de Oncología Clínica del Instituto Alexander Fleming (IAF), “el cáncer es una enfermedad de muchas caras pero en la mayoría de los casos el tiempo entre el diagnóstico y la intervención es crucial. La revista Science ha reportado un potencial incremento de la mortalidad por cáncer en los próximos 2 años debido al efecto del congelamiento en las prácticas durante la pandemia. Si bien existen variables regionales y ambientales dependiendo de la extensión del período de confinamiento, es imperativo actuar en conjunto con la política sanitaria local y global”.

La pandemia por COVID-19 ha puesto en pausa los estudios preventivos en cáncer (mamografías, Papanicolaou y fibrocolonoscopías). En este sentido, el doctor Reinaldo Chacón jefe del Departamento de Oncología Clínica del IAF, describe las consecuencias negativas que puede tener omitir la consulta médica temprana: “Al igual que todas las enfermedades no transmisibles, al cáncer no le importa si estamos en cuarentena por pandemia, por lo tanto, su crecimiento dentro del organismo va a continuar su ritmo habitual, y como es una patología en la cual los días cuentan, la demora de un diagnóstico precoz empeora el pronóstico de sobrevida. Del mismo modo, no deben abandonarse los controles y/o tratamientos, ya sean quirúrgicos, o por quimioterapia o radioterapia”.

“Todo paciente con diagnóstico de cáncer debe recurrir al especialista. En la consulta, el médico, el paciente y el entorno discutirán las mejores opciones para el tratamiento. La espera ante el diagnóstico de un cáncer no es la mejor opción, aún en período de pandemia”, afirma el doctor Matías Chacón.

Si tomamos en cuenta las prácticas del servicio de imágenes del IAF, el doctor Daniel Mysler, jefe del Departamento de Diagnóstico por Imágenes, asegura que si bien las tomografías y biopsias también disminuyeron, lo han hecho en menor medida, ya que los pacientes las suponen como exámenes no postergables, mientras que las mamografías y ecografías han caído abruptamente por considerarse estudios de control que puede posponerse.

Cirugía: -50%; imágenes: -34%; laboratorio: -34%; medicina nuclear: -37%; consultorio: -40% / las consultas hoy son 63% presenciales y 37% telemedicina; guardia: -55%; tomografías: -21%; ecografías: -44%; mamografías: -44%; punciones: -25%.

La extensión en el tiempo del confinamiento no deja dudas que las personas con patologías no COVID deben acceder a los tratamientos de manera eficaz en un escenario de control sanitario que proteja al paciente y al personal de salud. Es por ello que el doctor Alves Lima aconseja hacer los controles cardiovasculares como se realizaban antes de la pandemia: “no hay que quedarse en casa y decir ‘por el COVID no voy a controlarme la presión’ o ‘iba al cardiólogo pero ahora, no’. Los hospitales han hecho infinidad de cambios para seguridad de los pacientes y los médicos. No tengo dudas de que es más fácil contagiarse de COVID yendo al supermercado, en el transporte público o en reuniones, que en nuestras instituciones, que han hecho enormes inversiones para que estemos todos protegidos. Por eso, desde el ICBA promovemos la prevención: cuidar el colesterol, la presión arterial, el peso, no fumar, hacer ejercicio, controlar la diabetes y el estrés psicosocial. Y, por supuesto, controlar periódicamente las dolencias cardíacas preexistentes”.

Finalmente, el doctor Reinaldo Chacón recomienda tomar real conciencia de la situación actual y sus consecuencias. “El curso de las enfermedades oncológicas no se altera por la pandemia. Se han tomado todas las medidas de protección para que los pacientes sigan con sus controles y tratamientos con la mayor seguridad. Ante cualquier duda, una simple teleconsulta le permite al médico decidir si se requiere una consulta presencial”, concluye el especialista. (Fuente: ICBA Instituto Cardiovascular y el IAF Instituto Alexander Fleming) 

 

Te puede interesar
Ultimas noticias