PARA EL DÍA DE LA NIÑEZ

| 10/08/2020

Hijas de Veteranos de Malvinas emprenden acción solidaria

Christian Masello / Fotos: Fabio Hernández
Hijas de Veteranos de Malvinas emprenden acción solidaria
Rubén Pablos.
Rubén Pablos.

Nació la necesidad de hacer, de lo trágico, algo bueno. Por eso los veteranos suelen emprender obras solidarias: unidos, realizan actos en pos del beneficio de los argentinos que más lo precisan, y así se sienten unidos al palpitar de la población. En la descendencia suele aflorar un sentimiento de reivindicación de los padres, sobre todo cuando se está al tanto de los trozos de vida que los progenitores dejaron en el camino a partir del paso por aquellas tierras sureñas rodeadas de océano.

Mal que pese, en la naturaleza humana (la referencia es al ser humano como especie, no en sus particularidades), parece normal la generación de espanto. Estos son días de aniversarios tristes: el 6 de agosto de 1945 estalló en Hiroshima “Little Boy”, la primera bomba atómica utilizada en ataque; tres días después, “Fat Man”, el otro artefacto atómico que Estados Unidos lanzó sobre Japón en el marco de la Segunda Guerra Mundial, tronó en Nagasaki, donde, cerca del hipocentro de la explosión, diez años después, se inauguró el Parque de la Paz, con una placa en la que se informa que el estallido nuclear destruyó un tercio de la ciudad, y dejó, entre heridos y muertos, ciento cincuenta mil víctimas; allí, también, se plantea la aspiración de armonía en el mundo. Ese anhelo, cada vez que un hecho bélico estalla, parece caer en saco roto… Para los argentinos en particular, hablar de guerra lleva el pensamiento rápidamente hacia 1982 y unas islas en el sur extremo, que durante diez semanas cautivaron la atención de todos, aunque, luego, muchos las dejaron caer en el olvido.

No sucedió lo mismo con aquellos que combatieron allí, personas a las que el horror de la batalla les impregnó la vida.

La novedad, en medio de la pandemia, es que los hijos de los veteranos de Bariloche decidieron agruparse, para juntar cosas en beneficio de los niños y niñas de la ciudad.

“Es la primera vez que nos reunimos”, dijo Cintia Delgado, hija de Eduardo, uno de esos hombres que tienen a las Malvinas impresas en el alma.


Laura Lastra, del merendero “Cordial solidario”.

El grupo de descendientes locales solidarios está integrado por menos de diez muchachas, pero la idea es que el número crezca, que se sumen más familiares de excombatientes que deseen trabajar para el prójimo.

El puntapié inicial apunta a la felicidad de los más pequeños. Se procura juntar golosinas, juguetes y todo lo que la gente piense que puede alegrar a los chicos en el Día de la Niñez.

Las jóvenes se encuentran en plena recolección de los elementos, que se pueden llevar a la chocolatería ubicada en Mitre 150, donde trabaja Cintia. También es posible comunicarse telefónicamente al 2945 335276, para coordinar la donación.

Lo que se junte se llevará al merendero “Cordial solidario”, del barrio Vivero, para que Laura Lastra, responsable del lugar, lo entregue a las familias de la zona. La distribución se realizará el sábado, ya que el domingo no se podrá transitar.

La idea del emprendimiento surgió de Cintia, quien, desde la semana pasada, junto a otras hijas de veteranos de Malvinas, reparte folletos, pega carteles en los locales céntricos, todo para reunir la mayor cantidad de obsequios para los chicos.

Este proyecto en particular involucra al merendero citado, pero el plan es, en próximos acontecimientos, extender la asistencia a otros lugares:

“Queremos empezar con esto y, después, crecer como grupo para poder ayudar a más familias”, señaló Cintia, quien nació en 1986, cuatro años después de que su papá caminara aquellas islas lejanas geográficamente, pero cercanas desde lo espiritual.

“Al principio, él no le decía a nadie que era excombatiente”, contó ella.

“Para mi papá, Malvinas es un conjunto de sentimientos encontrados”, añadió.


Cintia Delgado.

El padre ya no evita decir que es veterano de guerra, pero, en determinados momentos, aún siente ciertos cimbronazos: “Cuando se acerca el 2 de abril, se lo nota caído… aunque no habla mucho sobre eso”, confió Cintia, quien igualmente destacó que aprecia que la gente, cada vez más, apoya a los excombatientes, “y, a ellos, eso les hace muy bien”.

Este año, la cuarentena obligó a recordar de una manera distinta el Día del Veterano y de los Caídos en la Guerra de Malvinas. Por ejemplo, Cintia tuvo que saludar a su papá a la distancia, ya que él vive en El Hoyo.

La joven cree que, al haberse juntado con la intención de ayudar, los descendientes representan a sus padres. “Sabemos que nosotros tendremos que seguir, para que nadie olvide lo que ellos pasaron”, manifestó.

“Para mí, decir que soy hija de un veterano de Malvinas es un orgullo, y poder hacerlo al ayudar a los demás es muy satisfactorio”, concluyó.

Palabra de veterano

El director de Veteranos de Guerra de Río Negro, Rubén Pablos, tiene dos hijas que participan del emprendimiento solidario para el Día de la Niñez.

“Que sientan la necesidad de hacer algo por el prójimo, y se identifiquen como hijos de veteranos, reconforta”, opinó Pablos.

Destacó que los excombatientes suelen realizar acciones de ayuda a la comunidad durante todo el año, y que, en este momento particular, ante la pandemia y la nieve excesiva en determinadas zonas, la necesidad se duplicó, por eso incrementaron las acciones en zonas como Laguna Blanca y Pilquiniyeu del Limay, además de las que llevan a cabo en comedores barilochenses, siempre con recursos propios y la ayuda de donaciones.

“Lo que queremos tratar de difundir es que Malvinas no es solo lo que sucedió en 1982, esa es una página más de la historia, de la que fuimos actores principales, pero, más allá de que estamos orgullosos de haber defendido a la patria, no levantamos la bandera de la guerra, que es un horror y un error que no tiene que volver a suceder; tenemos el fundamento y el sustento para afirmar que eso no sirve”, aseveró.

El merendero

Las hijas de veteranos de Malvinas colaborarán con el merendero “Cordial solidario”, cuya encargada es Laura Lastra, quien comenzó a brindar ayuda en el barrio Vivero en abril, cuando notó que la gente tenía más complicaciones que las habituales.

“La mayoría del vecindario vivía de changas, de ferias… la falta de trabajo se apreció enseguida”, explicó Lastra.

“Al ver la tristeza, empecé a hacer pan casero para repartir”, añadió.

Después procedió a dar leche chocolatada, e incluso a realizar ayuda solidaria en general.

Si bien la leche y el chocolate los suministra la Municipalidad, a través del titular de Desarrollo Humano Integral, Juan Pablo Ferrari, con quien Laura se muestra muy agradecida, el resto se consigue a partir de donaciones, siempre con la vista puesta en las necesidades particulares de la gente que vive en el barrio (quienes quieran colaborar, pueden comunicarse al 2944 560923). Así, ya ha repartido colchones, calzado e incluso nebulizadores.

También, cuando consigue alimento, lo suma a la copa de leche que ofrece de martes a viernes (entrega aproximadamente unas setenta porciones por día).

Lastra se contactó con Cintia Delgado por Facebook, y así nació la idea de brindar obsequios en el Día de la Niñez. La intención de Laura es acompañar las golosinas y juguetes con “alguna tortita, para que se comparta en familia, ya que el objetivo es fortalecer el vínculo”.

“Soy una mujer viuda, y pongo todo el corazón en ayudar a los chicos de mi barrio. Siempre estuve enamorada de la solidaridad, pero no contaba con el tiempo necesario. Antes trabajaba, ahora ya estoy jubilada y tengo más disponibilidad; quiero dedicar los días que me queden, que Dios me regale, a asistir a mis vecinos”, afirmó.

Christian Masello / Fotos: Fabio Hernández

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