30/07/2020

Siguen cumpliéndose sueños para Sebastián Galleguillo: recibió una pileta de regalo para continuar su preparación

Siguen cumpliéndose sueños para Sebastián Galleguillo: recibió una pileta de regalo para continuar su preparación
Sebastián Galleguillo. (Foto radio estación)
Sebastián Galleguillo. (Foto radio estación)

Marta y Edmundo, mamá y papá del atleta Sebastián Galleguillo, nadador sordo de 18 años que integra el equipo nacional, participaron del programa “El Cordillerano entrena”. Habían armado una pileta en su casa para que Sebastián pudiera entrenar durante la cuarentena. Ahora recibió una pileta de fibra de vidrio como regalo de una familia que se conmovió con la pasión del deportista.

Sebastián Galleguillo nada desde los 12 años y se está preparando para poder participar de las Juegos Olímpicos de sordos. “Él empezó a nadar porque tiene una hipoacusia neurosensorial bilateral, no discrimina los sonidos, y tenía una congestión nasal que la única forma que se la pudimos sacar fue con la pileta”, contó Marta.

“Primero, se metió a la pileta y enseguida empezó a nadar porque le gustó tanto”. Empezó con el grupo de personas con discapacidad y al poco tiempo, pasó a entrenar con los nadadores convencionales, entró en el equipo competitivo y se federó. “Todo en el transcurso de cinco años”. Con respecto a su participación en la competencia, “hay que ver cómo se vuelve a acomodar todo para el próximo año”, señaló Marta. “Él ya tiene los tiempos”.

Luego de 80 días de cuarentena, los padres de Sebastián fabricaron una pileta en su casa, para que pudiera continuar su entrenamiento. “‘Yo quiero el agua’, me dijo. Entonces le dije, bueno, vamos a hacer la pileta”, contó Marta. “En el mismo día decidimos y arrancamos”.

“Primero pensamos en un pozo, pero era mucho trabajo; así que miramos alrededor y vimos la manera. Empezamos con cuatro postes y ahí empezamos a rellenar todo, con una cosa y otra, chapas, portones, etc. La pileta la hicimos íntegramente nosotros tres y la hicimos en tres días”, señaló. “La forramos con un nylon, encima el más barato, y nunca perdió agua”.

“Un muchacho le regaló una goma eva para el piso. La pileta es de 12,5 metros por 2 metros por 1,30; lo único que invertimos fue 1.275 pesos para un nylon transparente de 100 micrones de 15 metros. Después fue todo reciclado, hasta los clavos, todo”.

Ahora un fabricante de piletas que conoció la historia le instaló una pileta de fibra de vidrio de 12 metros por 3,40 de ancho por 1,6 de profundidad. “Sebastián está súper emocionado”, contó. Además la va a compartir con un compañero del club. “Están esperando los permisos para que él pueda venir a nadar acá también”, contó Marta.

Edmundo, el papá de Sebastián, también contó su versión. “La mamá lo pensaba y nosotros, con Seba, hacíamos la mano de obra”, contó. “‘Vamos a hacerle una pileta’, me dijo Marta. Y yo le dije, ‘¿vos estás loca?, ¿con qué?, si no tenemos nada’. Y viste cómo son las madres. Me dijo, ‘Sí, tenemos. Acá hay chapas, plástico’. Y justo le habíamos hecho una poda a una vecina y empezamos a usar troncos de álamo y con chapas fuimos haciendo un cajón”.

Colocaron el nylon y probaron que no tuviera pérdidas y al otro día Sebastián se metió a pesar del frío. “Temblaba, no sé si de emoción o de frío. Pero la sonrisa que tenía ese día no me la olvido más. Nosotros lo acompañamos con todas estas locuras. Nosotros decimos que somos Tres Chiflados, arrancamos y hacemos”, contó. Y sobre su posible participación en el equipo nacional el año que viene, expresó: “Vamos a hacer fuerza todos. Yo creo que sí porque la garra y la pasión que le pone al deporte es impresionante”.

“La emoción es inmensa”, relató Sebastián Oviedo, dueño de la fábrica de piletas Placer urbano. “Estaba comiendo con mi señora y me dice, ‘mirá esta noticia’. Y vi los primeros cinco renglones y le dije ‘vamos a contactarnos con esta gente y vamos a regalarle la pileta’. Justina, mi señora, se encargó de encontrarlos y a las once de la noche los llamó”.

“Sebastián es parte de todo y es él el que lo merece. No es que hice una obra de bien, cualquiera lo hubiese hecho. Es lindo y les agradezco a las personas que nos hacen llegar mensajes. Es reconfortante, la verdad que sí”.

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