28/07/2020

“MARU” MARTINI: “Una rompedora de esquemas”

Christian Masello
“MARU” MARTINI:  “Una rompedora de esquemas”
María Eugenia Martini destacó la “osadía” de Evita. (Foto: Facundo Pardo)
María Eugenia Martini destacó la “osadía” de Evita. (Foto: Facundo Pardo)

La presidenta del bloque de legisladores del Frente de Todos de Río Negro, María Eugenia “Maru” Martini, escuchó hablar de Eva desde su infancia, en La Plata, ciudad en la que nació.

Sus padres militaban en la Juventud Peronista. “Evita siempre fue una figura intrínseca en nuestra familia”, contó.

Cuando todavía era una niña, se trasladó a Bolívar, y, al llegar a la adolescencia, aquella imagen mítica de la “santa” peronista se humanizó, pero de manera trascendental: esa mujer venerada se le descubrió como una persona que, desde su simplicidad, había hecho de la ayuda social el pilar de su vida.

El botón de arranque lo pulsó la película “Evita, quien quiera oír que oiga”, dirigida por Eduardo Mignogna, donde Flavia Palmiero interpretó a la referente justicialista. “Ahí comencé a tomar conciencia de lo que había provocado”, dijo Maru.

Luego vino una tercera etapa, cuando resolvió estudiar Trabajo Social en Buenos Aires. “La decisión estuvo relacionada con mirar las cosas que duelen, como las desigualdades; y ahí Eva tuvo mucho que ver”, señaló.

Ya instalada en Bariloche, inició su camino en la política activa impulsada por Jorge Vallaza (psicopedagogo justicialista que fue ministro de Desarrollo Social provincial), hasta llegar a la Intendencia de la ciudad, siempre con Evita como referencia.

Para Martini, “Eva fue una osada, una rompedora de esquemas, que hablaba de los derechos de la ancianidad cuando nadie lo hacía”.

A la hora de rescatar logros, citó el voto femenino: “Muchas mujeres, como Alicia Moreau de Justo, lo impulsaban, pero, como siempre sucede en política, las decisiones las toman aquellos que llegan al poder y pueden ejecutarlas, y ella lo llevó adelante”, manifestó.

El Cordillerano: – Curiosamente, Eva nunca ejerció un cargo.
Maru Martini: – Exacto, y sin embargo fue fundamental en la revolución que produciría el general Perón. Donde él no llegaba, lo hacía ella, con su fundación; y también destacó en la relación con los sindicatos.

E.C.: – Hay quien dice que Perón utilizó a Eva, ¿qué opina?

M.M.: – Ayer hablaba de eso con mi madre; nos da bronca que quieran separar a Eva de Perón, para crear una especie de antinomia. Hay que remitirse a lo que ella expresó en el libro “La razón de mi vida”. Su causa era la de Perón y la del pueblo argentino. Existía un amor incondicional.

E.C.: – Usted fue intendenta de Bariloche, ¿cómo recuerda su paso por el municipio?

M.M.: – Como algo que marcó el camino de mi vida política, una posibilidad para llevar a cabo transformaciones… Cuando veo que inician la obra de gas en los barrios Malvinas y Nahuel Hue, me da gran satisfacción, porque ese programa lo empezamos cuando no había nada, y todavía hoy genera soluciones… Evoco ese tipo de cosas lindas, y también las tristezas de la gestión, cuestiones donde una puso toda la energía para que salieran bien y no fue así… Los ejemplos de Eva y de Cristina (Fernández) son un incentivo para seguir.

E.C.: – ¿Cómo calificaría las necesidades existentes en Bariloche en el aspecto social?

M.M.: – Es una ciudad con profunda desigualdad. En el camino recorrido, descubrí una Bariloche que quien viene a pasear no conoce…


E.C.: – La localidad más allá de la postal…
M.M.: – Claro, fuera de esa foto, hay una Bariloche con un treinta por ciento de gente en la pobreza.


E.C.: – En ese punto, nadie puede dudar de las buenas intenciones de cada gestión, sea de la ideología que sea.

M.M.: – Por supuesto.

E.C.: – Sin embargo, es una gran deuda de los dirigentes. ¿Qué sucede en Bariloche, que las diferencias sociales parecen ir en aumento?
M.M.: – En los años de Cristina como presidenta, existió una voluntad política desde la Nación hacia la ciudad, una fuerte intervención en los barrios, con gas, luz, cloacas… Se produjeron avances. Obviamente, la necesidad es mucha. Y no se trata de algo exclusivo de Bariloche. Lamentablemente, en el país hay deudas pendientes.

E.C.: – Cuando fue intendenta, ¿tenía presente a Evita?

M.M.: – Sí. Es más, el cuadro con su foto, que se encuentra en mi oficina actual, me acompañó durante toda la gestión. Siempre la tengo presente. Las cosas pueden salir bien o mal, pero, en la vida política, no se debe dejar de sentir el dolor de los otros. La sociedad barilochense posee mucha voluntad solidaria frente a los que menos tienen. Especialmente, hay que destacar a las mujeres, porque son muchas las que se comprometen, y, en eso, Eva es una referente.

E.C.: – Justamente, las personas que están al frente de los comedores, en su mayoría, son mujeres.

M.M.: – Sí, he recorrido muchísimos en el último tiempo, y casi todos los llevan adelante mujeres que no suelen tener un buen pasar económico… Con cada una que conozco, aprendo a respetar la solidaridad, sobre todo la que proviene del más humilde.

E.C.: – Se suele decir que Evita tenía mal carácter.

M.M.: – Si sos mujer, te dedicás a la política y levantás la voz, te dicen que sos una loca. Me viene a la cabeza “Chiche” Costa (María Severino, intendenta de Bariloche entre 1991 y 1995), que contaba que, en la unidad básica, cuando había reuniones, debía gritar para hacerse oír por los hombres. A mis compañeros, siempre les digo que, a nosotras, se nos miran cosas que a los varones no. Observan cómo tenés el pelo, si sos gorda o flaca, fea o linda… Ahora hablamos desde otro momento histórico, donde, aun con todo lo que falta, se ganó protagonismo; pero imaginemos la época en que Eva vivió… Ella había empezado a trabajar en radioteatros, y, en ese momento, las artistas eran consideradas prostitutas. Las mujeres de la oligarquía, que vivían muy bien y daban cosas a los pobres, la odiaban, porque Evita iba más allá, era una osada, una transgresora, no solo donaba, buscaba, junto con Perón, modificar las condiciones de vida de los trabajadores.

E.C.: – ¿Cómo imagina que fueron sus últimos días?

M.M.: – Querían que fuera candidata a vicepresidenta, pero estaba muy mal… No puedo dejar de pensar que murió joven… Las personas que se enferman de cáncer, generalmente, tienen una sensibilidad distinta a las demás. Falleció a los treinta y tres años, dejando jirones de su vida (referencia al discurso de Eva del 17 de octubre de 1951, cuando dijo: “Aunque deje en el camino jirones de mi vida, yo sé que ustedes levantarán mi nombre y lo llevarán como bandera a la victoria”), una frase que la representa, porque dio todo. Sus días finales estuvieron cargados de tristeza y angustia; sabía que Perón enfrentaba tiempos difíciles, y ella era una persona fundamental.

E.C.: – Disculpe que lo mencione, pero su hermano (Luciano, quien fue senador de la Provincia de Buenos Aires, fallecido en 2016) también tuvo cáncer…

M.M.: – Sí, murió a los cuarenta años -los ojos de Maru se humedecieron-… Y también pienso que su sensibilidad tuvo que ver con la enfermedad.

E.C.: – ¿Ve semejanzas entre Cristina y Eva?

M.M.: – Sí, noto muchas similitudes en la relación de amor entre Evita y Perón con la de ella y Néstor; son esas parejas inquebrantables, de pasión por la política. En el caso de Cristina, creo que es una de las máximas dirigentes que hemos tenido; va directo al hueso, como hacía Eva, y, por ese motivo, en algunas personas, despierta odios.

E.C.: – Eva generó modas, ¿qué piensa de su imagen?

M.M.: – Tuve la oportunidad de conocer a “Paco” Jamandreu, que fue su diseñador, y, en el Museo Evita, de Buenos Aires, vi mucha de su vestimenta, que era otra cosa que generaba broncas… Cristina también es cuestionada, hasta por utilizar una calza. No recuerdo haber escuchado críticas a la ropa de un varón -un presidente o un gobernador-; sobre nosotras, sin embargo, hay una mirada inquisidora… Algunas, a veces, tratan de no ser femeninas pareciéndose al hombre, y a mí, por el contrario, me parece que es muy lindo que la mujer, en la política, se muestre tal cual es, con toda su femineidad.

Christian Masello

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