28/07/2020

WALTER CORTÉS: “El valor de los derechos postergados”

Christian Masello
WALTER CORTÉS:  “El valor de los derechos postergados”
El recuerdo de Evita lo lleva a Cortés a su niñez y a su propia madre.
El recuerdo de Evita lo lleva a Cortés a su niñez y a su propia madre.

 Para el secretario general de la Asociación de Empleados de Comercio de Bariloche, Walter Cortés, nombrar a Eva es hablar de Clementina, su madre, quien quedó huérfana a los catorce años, con tres hermanos menores.

“Ellos eran muy pobres, vivían en una casa pequeña, donde se cocinaba afuera, en un campo al sur de San Rafael, Mendoza, en un lugar llamado Las Malvinas, un sitio desértico”, indicó el sindicalista.

Cierto día, una tía le dijo a la niña: “Tenés que mandarle una carta a Evita, para ver si te puede ayudar… Comentale tu situación”.


La época en la que conoció a Juan Domingo Perón.

“Y mi mamá, que había ido a la escuela hasta quinto grado, como pudo le escribió”, contó Cortés.

A los tres meses, llegó una máquina de coser, acompañada de varios rollos de tela junto a moldes, hilos y demás elementos.

El remitente llevaba la firma de Evita.

“Gracias a esa actitud solidaria y compasiva, mi madre, que ahora tiene ochenta y siete años, pudo darle de comer a los hermanos, porque, además de prepararles la ropa para que fueran a la escuela, cosía para afuera y así se ganaba unos pesos”, afirmó.

A Cortés le tocó, también, atravesar situaciones traumáticas. Por ejemplo, fue a prisión a partir de la misma causa por la que estuvo encarcelado Ovidio Zúñiga.

Al recordar ese año y medio que pasó tras las rejas, dijo: “El peor castigo que se le puede hacer a un ser humano es quitarle la libertad; es algo triste y angustioso.

Cuando se es inocente, estar en ese lugar de encierro es muy injusto. Fue horrible”.

Al salir de la cárcel, regresó al ámbito gremial, donde Eva es una referencia ineludible.

El Cordillerano: – Usted nació en Mendoza, ¿cuándo vino al sur?

Walter Cortés: – Cuando yo todavía no había terminado la escuela primaria, mi padre, Francisco, que ya falleció, fue a hacer las primeras plantaciones de lúpulo a El Bolsón, en 1977, y, desde ese momento, estoy en la zona.

E.C.: – ¿Cuándo inició su camino en la política?

W.C.: – Fui presidente de la Juventud Peronista en El Hoyo, Chubut, donde vivíamos. Estaba por venir la democracia.

E.C.: – ¿Y cómo fue que llegó a Bariloche?

W.C.: – Vine a hacer el servicio militar, conseguí un trabajo y me quedé. Tras dos años, me echaron, junto a otros compañeros. Reclamamos en el sindicato y, como estábamos desocupados, comenzamos a hacer cosas en el gremio, que nos dio protección. Empecé a trabajar ahí, primero como empleado; después se realizaron las elecciones y fui secretario gremial. Desde la siguiente votación, en 1992, soy secretario general.

E.C.: – ¿Qué representa Evita para usted?

W.C.: – El sentimiento de justicia social, la equidad, el valor de los derechos postergados, la reivindicación del hombre que trabaja… Y la lealtad, que tenía por el pueblo y el general Perón.

E.C.: – ¿Cómo calificaría la importancia de ella para los sindicatos?

W.C.: – Si el hombre no tuviera un gremio, ¿quién lo protegería? Eva ayudó a conseguir los derechos de los trabajadores. Mi padre me decía que, antes de Perón, las jornadas laborales se llamaban “de sol a sol”, porque había que estar en la punta de la chacra antes de que saliera el sol, y recién cuando el sol se ponía era posible irse a la casa, con solo media hora para comer, al mediodía. Era un trabajo inhumano, y no se descansaba ni los sábados ni los domingos; los feriados no existían.

E.C.: – En el primer gobierno de Perón, por más que no ocupaba un cargo, Evita era quien iba a las asambleas sindicales, para dialogar.

W.C.: – Eva organizó a los trabajadores porque sabía que Perón, en algún momento, iba a estar en un estado de debilidad, ya que la patria capitalista intentaba derrotarlo. Ella nos acompañó para que supiéramos defendernos ante las situaciones de injusticia, en ocasiones provenientes de gobiernos, a veces de empresas, también de situaciones particulares… Creo que si los obreros están organizados pueden sacarle provecho a la unidad.

E.C.: – A partir de lo que le contó su mamá, ¿qué llegó a sentir por Evita?

W.C.: – Un sentimiento muy cercano al que se tiene por una madre.

Christian Masello

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