28/07/2020

ARABELA CARRERAS: “Una mujer de avanzada”

Christian Masello
ARABELA CARRERAS:  “Una mujer de avanzada”

Si bien en el hogar familiar Eva no era un tema recurrente, la gobernadora de Río Negro, Arabela Carreras, supo de ella desde pequeña. Su madre, cuando era una niña/adolescente, en Buenos Aires, la había conocido. “Me relataba historias de su infancia en relación a Evita. Estuvo con ella en más de una oportunidad, y recuerda regalos que le hizo”, señaló.

En ese sentido, la mamá de Arabela destacaba que, para que pudiera festejar en forma adecuada sus quince años, le había proporcionado, entre otras cosas, el tradicional vestido.

“Desde muy chica, a través del relato de mi madre, por su cariño y admiración, tuve referencias de ella”, expresó la gobernadora.

Arabela, licenciada en Letras por la Universidad Nacional de Córdoba, más allá de esos recuerdos maternos, analizó la figura de Evita y manifestó sentirse atraída por su necesidad de poner por escrito su pensamiento.

El Cordillerano: – ¿Qué representa Eva?

Arabela Carreras: – Muchas cosas. Es una figura compleja, que tiene que ver con la historia del país y la tradición del peronismo. El debate de las cuestiones de género, en la Argentina, se remonta a mucho antes que ella, sin embargo Evita puso en escena la figura de la mujer vinculada a la política de una manera que nunca había ocurrido, y lo hizo con una impronta de una fuerte sensibilidad social; también con un carácter fuerte y una personalidad definida.

E.C.: – ¿La ve más como una referente desde lo político o desde lo social?

A.C.: – Ambas cosas. Su relevancia política es ineludible, pero también lo es desde lo social; de hecho, mi madre la recuerda como una benefactora.

E.C.: – Cuando comenzó a incursionar en política, ¿la tuvo presente?

A.C.: – Sí; para todos los que nos dedicamos a esto, y en particular para las mujeres, es ineludible, ya sea porque nos acerquemos o nos alejemos de su figura o de su pensamiento. No hace falta adherir, pero sí es un punto de referencia.

E.C.: – Con la perspectiva que da el tiempo, ¿cómo la definiría?

A.C.: – No es sencillo definirla… se trató de una mujer de avanzada para la agenda política y social nacional, porque rompía con lo establecido: fue rupturista en el escenario político y social de la época, y por eso también sufrió, ya que ser de avanzada implica ir un poco en contra del tiempo.

E.C.: – ¿Algún momento de su vida le llama particularmente la atención?

A.C.: – Creo que toda su existencia fue un continuo devenir de momentos donde los denominadores comunes han sido la lucha y el sufrimiento.

E.C.: – ¿Por qué cree que una persona que venía de un origen tan humilde, donde los textos no abundaban, quiso dejar su sentir plasmado en libros, realizados por ella o con cierta ayuda? En cualquier caso, resulta innegable que pretendía dejar su pensamiento inmortalizado por escrito.

A.C.: – La pregunta es muy interesante, porque se trata de algo muy importante. La palabra escrita no es accesible a todos, ni todos tienen voz en la sociedad, y mucho menos una voz escrita. En muchos sectores sociales que no llegan a concretarlo nunca, la escritura es un aspiracional para expresar el pensamiento. Evita lo logró, más allá de provenir de un hogar en el que, seguramente, nunca había existido una voz impresa. Ella consiguió superar esa situación y tener una voz, y, además, que esa palabra llegara a los libros. Era un símbolo de ascenso social, desde lo individual, y, además, algo muy fuerte para ella, porque, de ese modo, conseguía trascender a su propio tiempo. De hecho, yo tengo libros con su pensamiento; los leo, reflexiono sobre ellos, me acerco o distancio de sus ideas. Así que Eva, de esa manera, alcanzó su objetivo.

E.C.: – Pareciera, también, haber una fijación del peronismo por el material escrito, porque, más allá de expresar su ideario en obras particulares, estaban los libros didácticos… Basta recordar aquello de “Evita me ama”…

A.C.: – Sí, a veces son distintos caminos para usar el texto escrito; también está la propaganda como una forma de hacer política, como una herramienta. Pero el pensamiento en los libros forma parte de una tradición letrada de la cultura occidental, que tiene una alta estima en la sociedad; entonces, llegar a tener una obra impresa del propio pensamiento es alcanzar un lugar de prestigio entre la intelectualidad. Esto es importante para todos, y, para muchos, es un aspiracional que nunca logran alcanzar.

E.C.: – Incluso, las hojas que luego se convirtieron en “Mi mensaje”, tras su muerte, fueron halladas en su habitación, así que, ya enferma, hasta último momento pretendió eternizar sus ideas en papel.

A.C.: – Sí, seguramente así fue. La verdad es que eso me produce una gran admiración, y casi una empatía, me acerca a ella… todo lo que refiere a libros, textos, filosofía y literatura me conmueve y atrae mucho.

 

Christian Masello

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