LOS ORÍGENES DEL COVID-19

| 29/06/2020

“En la cosmovisión de las comunidades originarias, su destino está ligado directamente a la naturaleza”

Daniel Pardo
“En la cosmovisión de las comunidades originarias, su destino está ligado directamente a la naturaleza”
Al mismo tiempo que las comunidades locales recolectan las semillas como alimento, las siembran para favorecer su regeneración. (Foto: Ana Ladio)
Al mismo tiempo que las comunidades locales recolectan las semillas como alimento, las siembran para favorecer su regeneración. (Foto: Ana Ladio)

Por eso tienen un vínculo más armonioso. Así lo observó la investigadora de INIBIOMA, Ana Ladio. Agregó que la sociedad urbana no siente esa conexión y apuntó que luego de la pandemia el desafío será reaprender las formas de conectarnos con la naturaleza y con los otros. “Además, esta pandemia mostró la desigualdad, claramente”, aseguró.

Investigadores del CONICET participan de un trabajo que fue publicado en la prestigiosa revista científica Nature Plants y en el que especialistas de todo el mundo analizan el impacto de la crisis sanitaria mundial ocasionada por la pandemia de COVID-19. 

Una de las investigadoras es Ana Ladio del Grupo de Etnobiología del Instituto de Investigaciones en Biodiversidad y Medio Ambiente (INIBIOMA, CONICET-UNCOMA), junto a Julio Hurrell, del Laboratorio de Etnobotánica y Botánica Aplicada (LEBA) de la Facultad de Ciencias Naturales y Museo de la Universidad Nacional de La Plata.

“Una preocupación bastante extendida entre los coautores del trabajo es el hecho de que la subsistencia de las diferentes comunidades con las que interactuamos depende directamente del uso de recursos naturales para alimentarse y obtener medicinas y, en ese sentido, las medidas de distanciamiento y las dificultades para poder salir complican la posibilidad de reproducir sus modos de vida”, explica Ana Ladio, quien trabaja en Patagonia con comunidades mapuches y mapuche-tehuelches.

En el programa “GPS” de El Cordillerano Radio (93.7), Ana comentó que el disparador fue la experiencia previa en los trabajos con comunidades originarias y sociedades urbanas. “Y ver esas discrepancias en los vínculos con lo que llamamos naturaleza”, comentó y agregó que cuando apareció la pandemia se apuntó a un desequilibrio socio ambiental. Para Ana, es una oportunidad para revisar esos vínculos.

La investigadora destacó que las sociedades no globales tienen otra relación con la naturaleza. Muchos investigadores de distintas partes del mundo indican que las comunidades originarias advirtieron sobre esta situación y que los modelos de relación, de sobreexplotación, de destrucción, incendios, contaminación y deforestación nos iban a llevar a un destino muy negativo. “En la cosmovisión de las comunidades originarias, su destino está ligado directamente a la naturaleza. La sociedad urbana no siente esa conexión”, explicó y describió que se trata de vínculos en los que predominan el desapego, el desconocimiento y la destrucción.

Sobre el impacto de la pandemia en las comunidades originarias, Ana señaló que dependen de los recursos naturales y esto afecta directamente su salud y alimentación. La situación de los pueblos originarios, que ya es de mucha vulnerabilidad, se incrementó con la pandemia. “En distintos lugares están falleciendo muchas personas”, alertó. Dijo que además se interrumpieron reuniones tradicionales y no existe una aproximación multicultural de los estados para poder alertarlos sobre esta situación sanitaria.

“Son sociedades vulneradas, cuentan con déficit en provisión de leña, agua. Y en estas condiciones no pueden desplegar en su totalidad su sabiduría, las prácticas tradicionales porque tienen distintos problemas como los conflictos con sus territorios o la contaminación”, explicó. El estudio publicado en la reconocida revista científica aboga por normas éticas, posicionamientos filosóficos pospandemia sobre el compromiso de la sociedad con la naturaleza.

Para Ana, la solución a estos problemas globales es la comunidad, como lo hacen las comunidades originarias. Apuntó que las ciudades tal cual están conformadas hoy no están pensadas en términos sanitarios. “La falta de espacios verdes, el hacinamiento. Políticas de volver a la ruralidad sería una medida sanitaria concreta. La vuelta a la alimentación saludable también”, señaló.

Destacó la importancia que le dan las comunidades originarias al trato igualitario, el trabajo comunitario y la solidaridad. “Ahí está la clave”, dijo convencida. Y agregó que la organización social fue una herramienta valiosa para enfrentar al COVID-19 en sectores humildes de la sociedad. El desafío es ahora reaprender las formas de conectarnos con la naturaleza y con los otros. “Esta pandemia mostró la desigualdad, claramente”, aseguró.

Daniel Pardo

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