CULTURA ARGENTINA EN CASA

| 29/06/2020

Anahí Mariluan, Mariano Pose y Las Martas hicieron punta

Adrián Moyano
Anahí Mariluan, Mariano Pose  y Las Martas hicieron punta
Las Martas bailan y hacen bailar.
Las Martas bailan y hacen bailar.

Tres de las ocho contribuciones barilochenses a la iniciativa del Ministerio de Cultura de la Nación, ya están disponibles en la web de Compartir Cultura. Música mapuche contemporánea, un tutorial para confeccionar un “espantacucos” y ritmos contagiosos habitan la primera tanda.

En la quinta pantalla de “Cultura argentina en casa” comienzan a hacerse presentes los aportes barilochenses que se materializan en la página “Compartir cultura”, del Ministerio de Cultura de la Nación. Por orden de aparición, se suceden los trabajos de Anahí Rayen Mariluan (N° 69), Mariano Pose (N° 70) y Las Martas (N° 75), dupla que integran Dani Meritens y Drean Dre. Resta aún que se suban las contribuciones de otras cinco propuestas barilochenses.

La iniciativa partió del Consejo Federal de Cultura, es decir, el ámbito que reúne a los ministros o secretarios del área, de Nación, provincias y Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Con el ánimo de acompañar a la gente durante su permanencia en las casas, se seleccionaron 300 propuestas audiovisuales de distinta índole, con criterio precisamente federal. Río Negro sumó 15 producciones, entre ellas, ocho de esta ciudad.

A través de su participación, Mariluan pensó en homenajear a los abuelos y abuelas de “los 35 pueblos originarios, sino más, que tiene Argentina”.


Anahí Mariluan.

Cabe recordar que adultas y adultos mayores, son víctimas predilectas del COVID-19. Explica la cantora mapuche en el video que según conocimientos que escuchó en su infancia, si antes del crepúsculo se advertían nubes rosadas, al día siguiente “corría viento”. Con ese marco de referencia, interpreta una versión de “Eluagen”, un canto que se recopiló hace 18 años para el disco “Feley”, a través del canto de la anciana Carmen Calfupan, integrante de la comunidad Vuelta del Río.

Mariluan se valió para la primera parte de su registro solamente de cultrún y voz, mientras una gran foto que reproduce un “kamaruko” sobresale a sus espaldas. Su participación culmina con “Futrakecheyem zomo (Ancestras)”, tema que dará nombre a su próximo álbum y que está disponible en las plataformas digitales hace unas semanas. En este caso, Mariluan utilizó su guitarra, para compartir una obra de su propia autoría que sintetiza la musicalidad que es su característica.

La participación en la iniciativa nacional encontró a la artista mapuche en plena sucesión de estrenos, de acuerdo a la dinámica que impusieron en la producción musical las plataformas digitales. Su último single data del 19 de junio y se titula “Ragni ko mew (En medio del agua)”, el cuarto de nueve que integrarán el álbum en su conjunto. El próximo está previsto para el 10 de julio y se titula “Ñi ruka (Mi casa)”.

Un kazoo

Como anticipara en El Cordillerano, Mariano Pose prefirió canalizar su aporte a “Cultura argentina en casa” mediante una combinación de varias de sus facetas. Hacedor de música para niños y niñas, en Pose no es ajeno el trabajo en las aulas y desde ya, también es padre. Para acompañar tanto a la niñez que está privada de concurrir a las escuelas como a sus atribulados padres y madres, elaboró un tutorial para confeccionar un kazoo, es decir, el instrumento musical que recrea al antiguo silbato de caña.

El desafío consiste en hacer “uno casero, con lo que tenemos en casa”, explica Pose en el tutorial. Con algún suspenso, anuncia que el instrumento se convertirá al fin del proceso “en algo muy especial: un Espantacucos” (sic). Solo hacen falta una botellita pequeña de plástico, cinta de papel, una bandita elástica y separador de cocina. Después de la presentación, la imagen abandona el rostro del artista para centrarse en el cumplimiento de las instrucciones.


El kazoo de Pose funciona.

Luego, la voz sugiere precauciones a la hora de cortar la botellita con una tijera con punta o cuchillo. Acto seguido, a la parte que incluye el cuello y la tapa, hay que doblarla en dos segmentos, sellando la división con la cinta pero cuidando que queden los dos orificios resultantes, abiertos. La tapita se descarta, en su lugar se obtura el orificio con el separador de cocina, al que se circunscribe con la banda elástica.

Antes de transitar hacia el “espantacucos”, hay que probar si el kazoo funciona. Advierte el profesor que no hay que soplar como si se tratara de un instrumento de viento, más bien hay que hacer el siguiente sonido: “truu tu tu truu tu tu” y así. Efectivamente, el instrumento amplifica la producción de la boca y labios. Al completar el envoltorio con cinta de papel, es menester comprobar que el aire pase por los dos extremos.

Una vez finalizada la etapa, “viene la parte más divertida, que es intervenir el kazzo y convertirlo en un espantacucos”. Para ese cometido, Pose se valió de marcadores y lanas, pero en realidad se puede utilizar cualquier elemento: témperas, tiritas de papel, pompones y demás. La realización culmina con una recomendación: ya que tenemos que quedarnos en casa, juguemos más con nuestros niños y niñas y hagamos “espantacucos”. ¡Hay tantos para alejar!

Para bailar en el confinamiento

A diferencia de los audiovisuales predecesores, en el caso de Las Martas el plano es más amplio y deja ver una multitud de instrumentos musicales, detrás de las músicas. Andrea (Drean Dre) explica además que se valdrán de una loopera, para multiplicar todavía más los sonidos. Así, graban una base rítmica movediza, en la que conviven percusiones de diversa índole, bajo eléctrico y otras cuerdas, además de un saxo.

Con detenimiento, Meritens percute cuanto parche esté a su alcance y una vez construido el exuberante sostén de ritmos, su compañera vuelve a empuñar el saxo pero ya no para enriquecer el groove, sino para dibujar solos y melodías. Como si dialogaran entre ellas, las artistas proclaman que “esperar no es una opción”, para exhortar a vivir más intensamente. La letra que van hilvanando, habla de abrir el corazón, de “dar y recibir”, entonada con reminiscencias caribeñas.

Si alguien tiene ganas de bailar mientras al mismo tiempo reflexiona, llegaron Las Martas para sobrellevar la cuarentena de forma movediza. Ellas dos dan el ejemplo. De paso, digamos que la dupla matizó la noche del último sábado, cuando participó del programa Río Negro más Cultura, iniciativa provincial que se diseñó para acompañar al segmento del arte y los espectáculos durante la abrumadora parálisis actual. Sector que poco a poco, se va reinventando.

https://compartir.cultura.gob.ar/cultura-argentina-en-casa-un-caleidoscopio-de-contenidos-culturales-federales.

Adrián Moyano

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