ANTICIPÓ QUE SE HARÁ EL FESTIVAL PICHI-KECHE

| 24/06/2020

Para Silvia Pérez Sisay, la virtualidad no es novedad

Adrián Moyano
Para Silvia Pérez Sisay, la virtualidad no es novedad
Silvia Pérez Sisay, con tapabocas, pero muy activa.
Silvia Pérez Sisay, con tapabocas, pero muy activa.

Productora y gestora cultural, comenzó a trabajar con entornos virtuales cuando en Bariloche ni siquiera había internet. Según su experiencia, las herramientas que hoy producen cierto fastidio, pueden ampliar los márgenes de libertad.

Como se supone que en octubre las restricciones para enfrentar al COVID-19 serán menos rígidas que en la actualidad, la organización del Festival de Teatro Infantil Pichi-Keche decidió su realización, aunque con un formato distinto al habitual. Además, los prolegómenos que suelen concretarse en forma simultánea a las vacaciones de invierno, también se llevarán a cabo, aunque de manera exclusivamente virtual.

Se extendió sobre los dos acontecimientos y otros quehaceres su impulsora, la gestora cultural Silvia Pérez Sisay, quien precisó: “en general, en las vacaciones de invierno hacemos actividades para niños y niñas pero el festival es el fin de semana largo de octubre. Obviamente (la pandemia), nos afecta para todo, tanto para las actividades de invierno como para el festival. Pensando un poco en qué significa la cultura y en cuál es el aporte que se puede hacer justo en este momento, concluimos que no podemos dejar de hacerlo, es decir, es necesario que encaremos acciones para acompañar a los pichikeche”. El vocablo significa niños o niñas en idioma mapuche, sin diferenciación de género.

Relató la organizadora que “si bien estamos haciendo actividades diariamente en la página de Facebook, publicando propuestas para niños y niñas al tener que estar en resguardo, decidimos hacer el festival”, remarcó. “Para vacaciones de invierno, estamos viendo de armar una cartelera de artistas que están trabajando enteramente en el entorno virtual y para octubre, si bien entendemos que por entonces pueden estar un poco más liberadas las actividades, la aplicación de los protocolos, con alcohol en gel y barbijos, no es del todo amigable. Para niños y niñas necesitamos espacios de libertad, de juego, de encuentro y sin el miedo del contacto físico”, consideró.

A raíz de esas realidades, “la decisión que tomamos, aunque todavía no al 100 por ciento, es hacer un festival mixto, con algunas actividades en espacios abiertos -si es que en octubre están autorizadas esas actividades- y otras propuestas virtuales. Todavía no sabemos bien si van a ser obras o juegos”, avisó Pérez Sisay. “Tenemos la idea de hacer una especie de circuito de propuestas alrededor de toda la provincia y con artistas de diferentes partes del mundo, así que va a ser interesante. En breve, vamos a definir el armado final. Como equipo de producción, creemos que la cultura es un aporte fundamental para la situación que estamos viviendo, entonces buscar alternativas para realizar el festival es un desafío interesante y creemos que podemos lograr cosas que finalmente, hagan al bienestar común”, proclamó.

Superar restricciones

Más allá de la pandemia y sus consecuencias, “a partir del Festival Pichi-keche hemos detectado que hay muchos niños y niñas que no acceden a las propuestas de cultura, a raíz del modelo restrictivo que hace que se pueda acceder cuando se tiene dinero para pagar una entrada o un taller mensual”. Ante esa realidad, “estamos buscando fuentes de financiamiento para poder sostener un circuito de propuestas para niños y niñas, básicamente, talleres y obras de teatro, más otras actividades artísticas”. Paralelamente, “queremos hace un mapeo de organizaciones que trabajan en Bariloche, vinculadas a niñez y adolescencia, para generar circuitos de intercambio”.

Para nuestra interlocutora, las herramientas con las cuales la mayoría debimos familiarizarnos casi obligatoriamente desde mediados de marzo, no son novedad. “Yo soy especialista en Entornos virtuales, trabajo en proyectos de virtualidad desde 1995. Cuando vine a Bariloche, hace siete u ocho años, quise hacer propuestas o trabajar como en Buenos Aires pero acá la cultura virtual no estaba tan desarrollada, entonces me volqué a otras cosas. Cuando se dio esta situación, resucité de las cenizas (risas) como el Ave Fénix”, bromeó.

“De repente, estaba buenísimo todo lo que había aprendido y sabía, entonces acompaño muchos procesos para docentes y emprendedores”, señaló Pérez Sisay. “Una de las cosas que vamos viendo a medida que avanza esta situación tan extraña mundialmente, es la sensación de incomodidad, como si trabajar en la virtualidad implicara situaciones de imposibilidad. Pero en mi caso, justamente llegué a la virtualidad por todo lo contrario: era responsable de un área de Capacitación en la que tenía que capacitar a muchas personas con diferentes horarios, entonces en alguna medida, la virtualidad me genera la sensación de libertad completa. Se pueden complementar un montón de acciones y cosas”, definió.

En su experiencia, “siempre tuve la sensación de acompañar la adversidad, es decir, que no se pueda o la incomodidad de lo difícil. En el 70 por ciento de los proyectos que acompañé, trabajé con personas que estaban enojadas o fastidiosas, entonces toda esa experiencia se resignificó en el último tiempo y permite que no solo yo pueda navegar el fenómeno desde un lugar más amable, sino también acompañar”.

El conocimiento sobre entornos virtuales “me permitió acompañar muchos procesos colectivos: empecé a preguntar qué pasaba con la gente de circo y entonces, se armó una red de circo. No había quién coordinara el manejo del WhatsApp, el Zoom y todas estas cuestiones que están dando vueltas, entonces hoy por hoy, soy una de las que coordina en Río Negro las acciones que vamos teniendo como colectivo de circo”.

En forma paralela, “desde Teatrantes (asociación civil de los teatreros barilochenses) estuvimos trabajando y seguimos haciéndolo para acompañar a los compañeros que están más necesitados. Entonces, elaboramos algunas herramientas de indagación y vimos cómo comunicar ciertas cuestiones.

Cosas que se fueron facilitando por la experiencia previa… Me da un poco de cosa pero en mi caso, la pandemia tuvo un efecto positivo para acompañar los procesos con una mejor energía: las cosas pueden ser. No son una pesadez o castigo”, resaltó Pérez Sisay. Aportes para tener en cuenta.

Un sector pauperizado

En otro orden, consideró la gestora que “gracias al programa Más Cultura Río Negro estamos transitando una serie de cursos de capacitación que me parecen súper interesantes, porque están demostrando cómo el sector cultural se encuentra totalmente pauperizado por la ausencia de formalidad en los encuadres de trabajo. Nosotros venimos militando eso hace bastante tiempo porque en cada uno de los festivales (Jolgorio Teatro de Humor y Pichi-Keche), nos preocupamos en que cada persona que trabaja reciba su aporte”.

Según la lectura de Silvia Pérez Sisay, “Bariloche está atravesando un proceso por el cual lo cultural se está dando cuenta de que necesita gestionarse de una manera distinta. No podemos seguir con estos modelos de informalidad porque van en contra de la mejora de los circuitos de trabajo y justamente, de hacer mejores producciones. Desde Teatrantes y mi persona en particular, hace tiempo venimos trabajando para que se declare la Emergencia Cultural porque no somos un adorno, movilizamos un montón de personas y recursos, somos una fuerza económica importante. Se está presentando un proyecto a nivel nacional de la mano de la diputada (Lorena) Matzen”. El texto recibió número de expediente en la mañana de ayer miércoles, en el Congreso.

Para ayudar a salir del esquema de informalidad, “estamos lanzando una línea de apoyo y desarrollo de proyectos más profesionalizados. Pirconi Producciones -su productora- está entrando en una etapa diferente. Hasta ahora trabajábamos en proyectos ad hoc de cada festival pero ahora entendemos que la idea de la economía cultural requiere de organizaciones, tanto privadas como mixtas, que formalicen la tarea de gestión y producción. En breve, estaremos lanzando una serie de servicios concretos, tanto en entornos virtuales como reales”, anticipó.

En esa búsqueda, “una de las tareas que vamos a hacer y estamos charlando con la Universidad de Río Negro, es una encuesta para relevar genuinamente información sobre consumos culturales en Bariloche. Estamos muy contentos porque esto nos va a permitir contar con una herramienta de trabajo que vamos a poner a disposición de la comunidad barilochense. Estamos trabajando en este proyecto para hacer la indagación lo antes posible”, afirmó. Que se concrete.

Adrián Moyano

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