17/06/2020

Desertificación: “la pobreza rural origina zonas muy vulnerables”

Desertificación: “la pobreza rural origina zonas muy vulnerables”
El ingeniero Bran trabaja en el INTA. (Foto gentileza INTA)
El ingeniero Bran trabaja en el INTA. (Foto gentileza INTA)

En el marco del Día Mundial para Combatir la Desertificación y la Sequía, ayer 17 de junio, se promueve la toma de conciencia de los efectos de la actividad del hombre sobre el uso que hace del suelo y las consecuencias que ello tiene.

El ingeniero agrónomo Donaldo Bran, del INTA Bariloche, explicó que son consecuencias del cambio climático, de una actual sequía y la intervención humana.

Mucho se difundió en Bariloche y en el resto de la región sobre la desertificación en la Patagonia, al respecto el ingeniero explicó que “es la degradación de las tierras secas y es causado por dos cuestiones, una es el cambio climático y la otra por la intervención humana. En el suroeste de Buenos Aires se produjo por la expansión de la frontera agropecuaria y una sequía muy fuerte que produce enormes voladuras”.

Bran realizó declaraciones a través del programa “El Expreso Periodístico” que se emite de lunes a viernes de 9.30 a 12.30 por El Cordillerano radio (93.7). Allí refirió que en la actualidad “las actividades humanas retrocedieron un poco, el clima cambia y más o menos se vuelve a una relativa normalidad, pero siempre en un escalón menor, se generan pérdidas de suelo y eso no se recupera tanto”.

Aclaró que “lo mismo pasa en nuestra región, hay años que está un poco mejor porque llueve más y hay años que se complica un poco más, todo esto en un contexto de actividades humanas como la ganadería, con sobrepastoreo, pero además hay causas mucho más complejas y sobre todo están interaccionadas con el clima”.

El profesional informó que “desde el INTA a nivel regional de toda la Patagonia desde el 2008 empezamos a desarrollar un programa que se llama MARAS (Monitoreo Ambiental de Regiones Áridas y Semiáridas) una metodología que permite evaluar cambios en el largo plazo sobre la situación de suelo y vegetación, aplicable al amplio rango de situaciones ecológicas de la Patagonia. “En esas parcelas -dijo- se conforma y se observa un poco cómo es la constitución de la vegetación, de pastizales naturales, la estabilidad del suelo, qué tan estable es el suelo, qué fácil de volarse es ese suelo, lo que tiene que ver con el reciclaje de nutrientes porque en zonas áridas es problemático que los nutrientes se reciclen y la capacidad que tiene un suelo de filtrar el agua de lluvia”.

Bran sostuvo que “uno de los problemas que genera la erosión es que el suelo pierde esa capacidad de infiltrarse y el agua se pierde por escorrentía, son indicadores, es importante que el agua que cae por lluvia se quede en ese suelo” e informó sobre el programa MARAS que “tenemos entre 300/400 parcelas, con estacas de hierro, de aproximadamente 1.000 metros cuadrados, instaladas en toda la Patagonia, son terrenos que tratamos de reciclar cada 5 años, también constantemente se van mirando, lamentablemente por razones económicas en algunos no se hace”.

Contó que “esa información sirve para varias cosas, una es calibrar la información que proviene de satélites, otra es generar líneas de bases, es decir tener una línea para tener una idea de cómo estaba la Patagonia para comparar a futuro y la otra es también interpretar mejor cómo es el funcionamiento de nuestros pastizales”.

Continuó al explicar que “este es nuestro sistema de monitoreo ambiental que estamos haciendo a nivel regional”. En las parcelas hay vegetación que se monitoreó “para ver cómo es cada momento, la estructura florística, cantidad de pastos, parches e interparches, los parches en zonas áridas indican que el agua no alcanza para nutrir toda la vegetación”.

Para Bran “un elemento clave es cómo se organiza la vegetación en el paisaje, esta red nos muestra una cierta evolución, lugares donde se ha visto una degradación importante, con pérdidas de especies valiosas y en algunos lugares hemos notado pequeñas recuperaciones, eso también está en función de los años en que fueron instaladas (en el programa MARAS) o sea que tuvo la primer lectura y la segunda lectura, eso es interesante para ver cómo es la complejidad de los procesos”.

Asimismo refirió que “son parcelas abiertas, en cuadros normales de los campos a considerable distancia de aguadas y caminos, para que no haya interferencia y se van observando. En las primeras parcelas, en Ingeniero Jacobacci, esto comenzó en 2008, y ni bien empezó a verse un proceso de sequía grave. Tuvimos un proceso grave a partir de 2007 y duró hasta el 2014 y encima le cayó la ceniza volcánica. Cuando observamos las parcelas en 2015 habían empeorado mucho, mientras que en otras parcelas que empezamos a mirar en 2010 y hasta el 2015, encontramos ciertas mejoras” e indicó que “las parcelas de 2010 ya habían tenido años de sequía, la sequía las había impactado y estaban muy pastoreadas, cuando nosotros los volvimos a mirar en 2015, el 2014 fue un año con lluvias y eso produjo cierta mejora en los campos y a su vez desde el 2011, producto de lo terrible que fue la ceniza volcánica y se redujo mucho la cantidad de animales, entonces eso permitió una recuperación”.

El ingeniero manifestó además que “esa recuperación la vimos en las parcelas que estuvieron afectadas por la sequía. Estos procesos no son lineales, es muy dinámico, varía de acuerdo al clima de cada año. Las eventos climáticos y la respuesta que tiene en la ganadería, entre clima, pastizal y herbovivería, que van modificando”.

Más adelante se mencionó al Observatorio Nacional de Degradación de Tierras y Desertificación, que empezó en 2013 y que lo tomó el Ministerio de Medioambiente y Desarrollo Sustentable, en colaboración con el INTA, el CONICET y universidades, para que a través de una red de trabajo se pueda hacer un observatorio sobre la desertificación “en nuestro país, es una escala nacional donde se buscan distintos parámetros demográficos, como van evolucionando los territorios, con un expresión a nivel local. Nosotros tenemos unos en Ingeniero Jacobacci, y miramos cómo funciona un territorio con sus distintos componentes y esto es importante porque el tema es ajustar la carga, y la carga es la venta de animales para carne, pero pasa que cuando miramos la zona de Jacobacci allí hay un matadero que no está funcionado, hay una serie de problemas muy grandes con respecto a los problemas de la carne, hasta que no se resuelva el problema de la carne, no se resuelve el problema de carga, entonces vemos que los problemas son más complejos”.

También Bran señaló que “hubo un proyecto de repoblamiento con cabras criollas o la incorporación de merino de doble propósito o incluso todas las estrategias de implementación forrajera para suplementar la producción de carne, entonces uno pensaba que iba a desarrollarse, pero cuando fue a la práctica empezaron a haber impedimentos, ya que no tenemos un buen sistema de proceso de carne, el frigorífico de Jacobacci no funciona, los de Bariloche entraron en crisis, los temas se complejizaron, la idea del Observatorio es empezar a mirar todas estas interrelaciones entre factores socioeconómicos o demográficos y de esta manera empezar a mirar qué está pasando y cuáles son las claves que están complicando la salida de este problema”.

Aclaró al respecto que hubo “desfinanciaciones muy fuertes, se perdió la ayuda al campo, se perdió la agricultura familiar, se perdió el monotributo social agropecuario, personas que fueron echadas, no se pudieron blanquear las cadenas de comercialización o lograr que el pequeño productor tuviera papeles para poder vender en blanco, hay una serie de factores, políticos y de contexto económico que van haciendo otra vuelta de complejidad a la historia”.

Sobre el tema de desertificación propiamente dicho sostuvo que “nosotros lo asociamos mucho al tema de pobreza rural, son zonas muy vulnerables, poco productivas, zonas que fueron ocupadas por sectores que fueron marginalizados, con lo cual es una situación compleja y difícil, desde el punto de vista de abordaje nuestro, de investigación, son cosas más sencillas, ahora cuando uno quiere ver un problema que tiene un montón de aristas, entonces se requieren nuevos modos de mirar el problema, allí surge la idea del Observatorio, para ver cómo va evolucionando un territorio y a través de una serie de indicadores y esos indicadores verlos con la gente”.

Desertificación tiene el tema de desierto que tiene dos connotaciones, “una es la geobotánica con poca vegetación y también el desierto es un lugar sin gente. Allí hay un montón de indicadores muy interesantes, nosotros en estas aproximaciones vamos viendo lo que llamamos el capital natural en cuanto a las proyecciones de cambio climático, en una situación difícil, pero también estamos viendo otras dimensiones como por ejemplo el capital humano, que es cuánta gente hay en un lugar y cuáles son las condiciones de salud y educación de esa gente, entonces tenemos ciertos indicadores para ir observando”.

Por último el ingeniero agrónomo Donaldo Bran se refirió a Jacobacci, a Los Menucos, como ciudades que han crecido, pero decreció la población rural, “cuando uno mira el tema educación vemos que en los últimos 20 años se cerraron la mitad de las escuelas rurales, entonces es mirar todo en un conjunto y allí empiezan a emerger diferentes cosas, hay mucha gente que se mudó a la ciudad pero sigue estando relacionada con el campo, tiene una doble residencia, la familia está en el pueblo, el hombre viaja cada tanto al campo, entonces los campos se siguen manteniendo pero con una dinámica diferente, eso también hay que mirarlo para ver cómo siguen las estrategias referentes al campo”.

Desde el gobierno rionegrino

Para las autoridades provinciales es vital tomar conciencia sobre el agua, el suelo, las prácticas agropecuarias sustentables y la producción de alimentos, es necesario conocer la actualidad rionegrina, para comenzar con propuestas y acciones que favorezcan un desarrollo sostenible y sustentable en el tiempo. Es importante saber que se hablará de desertificación cuando los cambios tienen lugar por acción del hombre.

En ese sentido los nuevos desafíos que se plantean son, el uso racional de los recursos naturales, el banco de semillas, manejo racional de la hacienda y el pasto, siempre pensando en la producción de alimentos para los rionegrinos y el mundo.

Indican que los incendios disminuyen la cobertura tanto de hierbas como de especies leñosas. Entre 1993 y 2003 hubo más de 1.000 incendios que afectaron cerca de 9.000.000 hectáreas de monte (Informe Geo-Argentina 2004). De los registros tomados por el Área de Recursos Naturales (perteneciente al Ministerio de Producción y Agroindustria de Río Negro) solo en la temporada 2015/2016 se observó un total de 1.500.000 hectáreas afectadas por incendios en el Este de la provincia, abarcando los departamentos Adolfo Alsina, General Conesa y Pichi Mahuida.

Los efectos ambientales derivados son la pérdida de biodiversidad, aumento de especies o sustratos por sobre otros, cambios en la composición y fisonomía del paisaje, arbustificación (dominan arbustos sobre pastos), fragmentación del ambiente, pérdida de suelo, disminución de la resiliencia (la capacidad que tiene el sistema de poder sobreponerse a una situación extrema o negativa).

 

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