JOSÉ IGNACIO ITURBE

| 15/06/2020

El relato de un paciente con COVID-19 que fue tratado con plasma

Daniel Pardo
El relato de un paciente con COVID-19 que fue tratado con plasma
Imagen ilustrativa. (Foto Crédito Télam)
Imagen ilustrativa. (Foto Crédito Télam)

“Me salvó la vida”, aseguró desde su casa en Grand Bourg, Provincia de Buenos Aires. Estuvo internado en Hospital de Trauma de Malvinas Argentinas. Su situación era cada vez peor, ya no tenía fuerza para respirar, el médico le propuso avanzar con el tratamiento, y no lo dudó.

José Ignacio Iturbe respiró aliviado y sintió una inmensa alegría porque había recibido durante la tarde del jueves el tan deseado “negativo”. Después de atravesar la pesadilla más dura de su vida, podía celebrar. El COVID-19 se retiró después de arrinconarlo hasta dejarlo al borde de la muerte. Es uno de los que recibió el plasma de paciente recuperado para su tratamiento. “Me salvó la vida”, dijo convencido en el programa GPS de El Cordillerano Radio (93.7).

El Ministerio de Salud de Nación explicó que las personas recuperadas de COVID-19 poseen en el plasma de su sangre anticuerpos que podrían beneficiar a quienes están cursando la enfermedad. Aclararon que no se ha demostrado hasta la actualidad en forma fehaciente la seguridad y la eficacia de este tratamiento. Por eso, comenzaron un Ensayo Clínico Nacional para evaluar los riesgos y beneficios de este tratamiento iniciando en la Región Metropolitana para luego extenderlo al resto del país.

José tiene 43 años y vive en Grand Bourg. El 8 de mayo el termómetro registró 40 grados y la preocupación lo llevó de inmediato al Hospital de Trauma de Malvinas Argentinas. Ya tenía dificultades para respirar. A los dos días del hisopado recibió la conmovedora información, había dado positivo el resultado del examen. Estuvo internado en terapia intensiva y su situación empeoraba. “Ya no tenía fuerza para respirar, la verdad es que no tenía esperanzas”, recordó y contó que el médico le dijo que la única forma de no entubarlo era avanzar con el tratamiento de plasma de un paciente ya recuperado. Y no lo dudó.

José describió que la evolución fue muy buena y rápida. “A medida que iban pasando las horas fui agarrando más energía. Podía respirar por mis propios medios y ya no me sentía tan débil. Antes me cansaba cuando respiraba”, describió y no dudó en definir que el tratamiento le salvó la vida.

Según en una nota publicada por la Fundación Instituto Leloir, se calcula que en Argentina más de 90 pacientes han recibido ese tratamiento en diferentes centros médicos. Dichos pacientes mostraron mejoría, asociándose la misma a la condición del enfermo al momento de recibir el plasma, es decir, en los casos menos severos, la recuperación fue más rápida y la viremia (cantidad de virus en la sangre) disminuyó en todos los casos drásticamente.

El proceso para José fue muy duro y angustiante porque no pudo ver a sus familiares. Ellos fueron conscientes -antes del tratamiento con plasma- que la situación de José empeoraba. “No sabían si iba a salir caminando o en una camilla sin poder despedirse de mí”, señaló y admitió que vio desfilar la muerte muy cerca. Es que otros pacientes que conoció no pudieron resistir el virus y murieron. “Para la gente, el mensaje es que se cuide. Este virus es real y muy letal”, definió.

El camino no fue fácil. Tampoco para su familia que sufrió la discriminación. “Los corren, insultan. En vez de ayudar, se la hacen más difícil. Les gritan cosas, es muy feo”, se lamentó. Por lo tanto, algunos golpes anímicos de la experiencia están en carne viva aún.

Los resultados de las experiencias en la Provincia de Buenos Aires llegaron ya a distintas provincias. Por ejemplo, en Tucumán habilitaron un banco de plasma para el tratamiento de pacientes con coronavirus.

Según difundió el Ministerio de Salud de Nación, el procedimiento de la donación de plasma se realiza con un equipo de plasmaféresis que solo extrae unos mililitros de plasma sin ningún otro componente, ni glóbulos rojos, ni glóbulos blancos, ni plaquetas. Estos componentes de la sangre se devuelven luego al paciente sin el plasma, el cual el organismo sustituye rápidamente.

En los momentos más difíciles, cuando le dolía respirar a José, se aferró a sus hijos, Ramiro y Santiago. Contó que su familia es religiosa, pero él no va seguido a la iglesia. Confía que las oraciones de la gente que lo quiere y acompañaba en el momento más difícil de su vida lo ayudaron para su recuperación.

Daniel Pardo

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