OCURRIÓ EN EL 1960

| 23/05/2020

Luis Caram y el relato de un domingo de mayo que pasó a la historia

Susana Alegría
Luis Caram y el relato de un domingo de mayo que pasó a la historia
Un Bariloche que muchos recuerdan con nostalgia.
Un Bariloche que muchos recuerdan con nostalgia.

Cada año al cumplirse un nuevo aniversario del lagomoto que destruyó el puerto de nuestra ciudad, surgen anécdotas de parte de antiguos pobladores que lo continúan recordando como si fuera hoy. El terremoto de gran escala en la ciudad chilena de Valdivia llegó hasta nuestra costa, alterando la paz de un Nahue Huapi que durante la jornada, se mantenía calmo.

Luis Caram en ese entonces tenía 19 años y estaba ensayando para lo que sería su debut en el teatro. En diálogo con El Cordillerano, rememoró aquellas vivencias. 

“Era un día espectacular de otoño, estábamos con el grupo del IVAD en la sala de la Biblioteca, haciendo un ensayo general porque el jueves 24 de mayo estrenábamos”. La obra era "Gente que Crece de Rafael Gallegos" cuya temática abordaba la dificultad de comunicación entre padres e hijos. Era dirigida por Miguel Angel Cornaglia.

“Había una escena que entraba una de las actrices corriendo al escenario que supuestamente, venía de la calle y casi se cae entonces el director paró la escena y nos dijo que no nos preocupemos pero hubo un terremoto” señaló.

Ellos sobre las tablas no lo habían notado: "él sí se dio cuenta porque estaba sentado en la primera fila y en esa época las butacas estaban sueltas entonces se le corrieron”. El director además era el Jefe de Migraciones en Bariloche y Director de Cultura del Municipio.

“Nos quiso tranquilizar diciendo que seguramente era el reflejo de algún terremoto en Chile pero seguimos ensayando, como a los diez minutos empezó una movida infernal, los cristales hacían ruido, lo último que me acuerdo fue decirle a Cornaglia qué le parecía si bajábamos a la plaza”. Sólo se quedó en la sala Gerardo Leutloff apagando las luces y los equipos.

“Nos quedamos parados en la vereda que va hacia el mástil, había un poste de luz de madera con un farol antiguo con forma de cono y uno de nuestros compañeros con su hermana se agarraron fuerte a ese tirante y yo me agarré a ellos” recordó Caram.

De pronto alguien empezó a gritar: “miren la ola, miren la ola, qué ola dije yo y cuando miramos hacia el lago venía desde la zona de los kilómetros hacia el centro una ola inmensa, marcando dos surcos muy grandes en sus laterales”.

Vieron como avanzaba “justo pasó por debajo del muelle y a medida que avanzaba lo iba desplomando, era de madera y muy largo, cuando formaba una L ya era de hormigón” describió. “Esa L tenía como ochenta metros y ahí estaba amarrado el Modesta Victoria como mirando hacia la Cordillera y al lado una lancha, más cerca de la costa había otro muelle más corto con más embarcaciones pequeñas”. Fue precisamente en esas lanchas pequeñas donde estaban trabajando las dos personas que fallecieron.

“Continuó recordando “cuando se desplomó el muelle la Modesta estaba amarrada y se le hundió la trompa pero se debe haber soltado porque después la ola la levantó y cayó de costado sobre la lancha hundiéndola”.

“Cuando el Modesta se volvió a enderezar comenzó a girar, pasó por arriba de donde había estado el muelle y se empezó a ir lago adentro”. Algunas embarcaciones se fueron para el lado del Ñireco y la playita del muelle que era hermosa de arena, desapareció directamente.  

La actividad en el puerto en esos tiempos, lamentablemente no sabemos le origen de esta foto para mencionar a su autor.

Tal como lo relatan otros vecinos, ese día se estaba haciendo una fiesta de gimnasia de los colegios secundarios en la plaza detrás de lo que hoy es el Concejo Deliberante. “Todo el  mundo estaba ahí por suerte porque normalmente el muelle era un enorme atractivo para los vecinos cuando el clima era favorable”.

El agua del lago no llegó a cruzar siquiera la avenida Costanera: “pegó contra el muro y retrocedió”. Caram vivía en Mitre al 300: “cuando se calmó un poquito me fui corriendo a mi departamento para ver cómo estaba todo, en la Mitre gente corriendo, vidrieras que se seguían rompiendo” dijo.

“Las campanas del reloj del Centro Cívico tocaban solas con el movimiento y una especie de para rayos que tenía la cruz de la cúpula de la iglesia Catedral se quebró y quedó por muchos años torcido”.

Luego de eso a lo largo de la tarde hubo varias réplicas más “al poco tiempo empezó el tema de la arena que explotó un volcán y Bariloche se llenó de arena y ceniza, en la Mitre llegaba hasta el cordón de la vereda pero después nevó y se congeló así que estaba complicada para transitarla” comentó.

A pesar de todo eso el 24 de mayo a las 21 horas estrenaron la obra en la sala de la Biblioteca así que además de ser un nuevo aniversario del lagomoto, también lo es del inicio de la carrera teatral de Luis Caram.

 

 

 

 

Susana Alegría

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