EL ERMITAÑO FALLECIÓ EN SEPTIEMBRE PASADO

| 18/05/2020

Manos anónimas colocaron un “cartel” con la imagen de Argentino en Collón Cura

Manos anónimas colocaron un “cartel” con la imagen de Argentino en Collón Cura
La imagen del ermitaño quedará inmortalizada junto a su antigua morada.
La imagen del ermitaño quedará inmortalizada junto a su antigua morada.

Libertador Argentino Aranea vivió más de tres décadas en una zona inhóspita, al costado de la Ruta 237, hasta que falleció el 10 de septiembre pasado. Cientos de personas siempre lo ayudaron. Esta vez, alguno de ellos quiso recordarlo con su inconfundible imagen junto al lugar donde habitaba.

El mediodía de aquel martes 10 de septiembre, fue un día triste para muchísimas personas que de una u otra forma, pero desinteresadamente, ayudaban y estimaban al “ermitaño del Collón Cura”, Libertador Argentino Aranea.

El hombre se encontraba internado en un hospital en Cutral Co, tras haber estado un tiempo en el nosocomio de Piedra del Águila. Murió lejos del lugar que él había elegido para vivir, con un muy solitario final.

Durante unas tres décadas, Aranea vivió a un costado de la Ruta 237 (en el kilómetro 1508), en la zona del Collón Cura, y se transformó en un personaje para la región, al que una inmensa cantidad de automovilistas solidarios que pasaban, ayudan con ropa o comida.

Esto generó que un día, personas anónimas le construyeran una casilla con mejores condiciones que las que tenía. Y ahora, también sin saber a ciencia cierta quién ni con qué espíritu lo hizo, apareció junto a su morada, una suerte de cartel o hito, que con una imagen del rostro de Argentino busca inmortalizar su figura, en ese lugar tan inhóspito y alejado de la urbanización.

Esta suerte de altar, lleva en uno de los extremos de la foto el nombre y los datos de este curioso personaje que pasó casi la mitad de su vida allí y que el 10 de mayo pasado hubiera cumplido 70 años.

La historia

Muchas hipótesis se tejieron en torno al porqué eligió vivir allí, pero la única cierta es que fue muchos años puestero en una estancia y luego se quiso alejar de su familia y vivir en ese recóndito lugar, con todo lo que eso implicaba: la intemperie, el crudo invierno, los calurosos veranos y la falta de provisiones y servicios de todo tipo.

De su familia, se sabe que tenía un hermano en Dina Huapi, una hermana en Viedma y una sobrina en Piedra del Águila. Varias veces lo quisieron llevar a vivir con ellos, pero Argentino siempre se volvía.

Hace algunos años, se creó un grupo de Facebook para ayudarlo y asistirlo continuamente. Eso rindió sus frutos, ya que se podía informar sobre su estado de salud y necesidades.

Hasta que el 25 de enero del año pasado, se organizó una limpieza general del lugar, aprovechando que llevarían a Libertador Argentino al hospital de Piedra del Águila a hacerse unos chequeos médicos. Su vivienda estaba rodeada de ratas, basura y desechos, que hace mucho tiempo estaban allí pudriéndose. Por lo que el lugar cambió notoriamente.

Sin embargo, Argentino nunca volvió a su lugar en el mundo. Estuvo un tiempo internado en el hospital de Piedra del Águila y meses después fue derivado a un nosocomio en Cutral Co. Allí pasó su último tiempo de vida, solo y sufriendo.

Lo acompañaron esos amigos de Facebook que lo visitaron hasta el último día y comunicaban los partes médicos. Ninguno era alentador. Tenía una desnutrición notable, problemas óseos y una fuerte infección urinaria.

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