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| 07/04/2020

Camilo “Lito” Imaz, el recordado piloto de autos y camiones

Martín Leuful
Camilo “Lito” Imaz, el recordado piloto de autos y camiones
Lito Imaz en el techo de su Ford Escort del Turismo Nacional.
Lito Imaz en el techo de su Ford Escort del Turismo Nacional.

Camilo Bernardo “Lito” Imaz, nació en Bariloche y todo el ambiente motor lo recuerda porque los domingos era el piloto de la ciudad que salía en televisión.

Pasó por el Turismo Pista, el Turismo Nacional, el safari nacional, los zonales y las recordadas competencias de camiones. Fueron 27 años ininterrumpidos de competencias.

Nació el 19 de julio de 1954 en San Carlos de Bariloche, el expiloto con 65 años, es hijo de Lino Bernardo Imaz e Inés Enriqueta Rivas Goye. Sus estudios primarios los hizo en las escuelas 16, 187, y los culminó en el normal mixto número 2. Alcanzó a hacer 2 años de secundaria en el colegio

Don Bosco y como todo pibe de esa época, luego tuvo que ponerse a ayudar en su casa para que ingrese dinero.

El expiloto recuerda, con la serenidad que siempre lo ha caracterizado, que “de pibe no jugaba ni a la bolita, inclusive empecé a trabajar a los 8 años, estudiaba y ayudábamos a los viejos, vendíamos fruta y verdura por los barrios, luego arreglábamos máquinas de tejer con mi hermano Kiko y a los 14 años ya me subí al camión a manejar. Recién a los 16 saqué el carnet especial que te daba la Municipalidad para poder manejar los camiones”.

Lito tuvo tres hermanos, Kiko (falleció en un accidente de moto el 1° de mayo de 1989), María Inés y Mónica. Fruto del matrimonio con Cristina, tuvo dos hijos, Javier y Valeria, quienes a su vez le dieron cuatro nietos, Lara, Lola, Lupe e Ignacio.

Imaz cuenta que “quería arrancar a correr en auto, pero mi hermano Kiko me convenció que lo mejor era correr en moto y era más que nada estar juntos en el deporte, entonces nos compramos moto. Hicimos primero varios campeonatos de enduro nacional. Siempre salía mi hermano primero y yo segundo, ahí decidimos cambiar e ir a correr motocross. Después del accidente de Kiko, estábamos haciendo un jeep para la casa rodante y lo adaptamos para correr. Fui al nacional de safari y luego armamos un baqueano, con ese tuvimos mucho éxito. Las primeras carreras las hice con José Cid y luego ya la tuve de copiloto a Cristina, mi compañera de vida”.

Ese famoso camión

El debut de Lito Imaz en el camión fue en octubre de 1993. Recuerda que “corrimos la primera fecha en Concordia, terminé segundo y de ahí corrimos todo el campeonato que en definitiva fue el único. Terminé tercero. En esa categoría yo corría con ventaja, manejaba camiones desde los 14 años y sabía hasta donde llegaban, en los momentos de revuelo yo esquivaba por afuera, el camión con buenas gomas, le da lo mismo ir por afuera que por adentro, si le aflojás, volcás. La verdad es que la época del camión fue muy buena, metíamos 15 o 20 mil personas por carrera. La única vez que fueron cinco mil, fue una vez que repetimos Mar del Plata”.

Llegaron las victorias

Imaz cuenta, “gané muchas veces, en el jepp por el Zonal gané muchas, en las del campeonato nacional gané la primera, la segunda y en la cuarta fecha nos cambiamos de categoría y ahí era todo liberado y nos costó volver a entreverarnos con los de arriba. Conseguí varios títulos zonales, éramos pocos cuando todo comenzó. Me acuerdo que en la primera fecha del nacional de safari, había 150 jeeps, la verdad que explotaba y llevaba mucha cantidad de gente, era como un rally pero en un predio gigante. En una carrera en San Lorenzo volqué, me estaba sacando el cinto y la gente me dio vuelta el jeep a los gritos de ‘seguí, loco, seguí’ había mucha pasión”.

El Lole era ídolo

El gran exdeportista barilochense sentencia que “creo que el único ídolo que tuve fue Carlos Alberto Reutemann. Lo seguí a muerte, miraba siempre la Fórmula 1 cuando estaba él. Y cuando le iba mal me quedaba angustiado; voy a contar algo que siempre me pasó, yo no iba a las carreras, me gustaba correr, pero no iba a un autódromo a mirar las carreras. De hecho cuando dejé de correr nunca más volví a mirar una competencia en el televisión, no me llamaba la atención ir a mirar, quería participar”.

El accidente

Lito reflexiona: “el fin de semana que tuve el accidente, todas las cosas me avisaban que no tenía que ir a correr”. Ese día el barilochense se pegó a 230 kilómetros por hora, fue el 14 de junio en el “Oscar Cabalén” de Alta Gracia. “Ese día salgo de Bariloche y se me rompió la casilla cuando salí, me la arreglaron y volví a salir. Llegando a Victorica se me rompió el burro. Lo arreglo, vuelvo a salir y me agarra un corte de ruta, era una época de protestas. Cruzo por un puente, no sé cómo hice, sigo y faltando 200 kilómetros me quedo sin nafta. Consigo la nafta en un pueblito, miro y la casilla estaba envuelta en aceite, había roto el adjunto del carter. Completo de aceite y salgo y llegó. Todo el viaje me avisó que no tenía que correr. Pruebo el sábado y el auto hacía lo que quería y en la serie se me rompe la caja. Largaba último, cuando estaba a punto de largar me avisan que el comisario deportivo me quería hablar. Estábamos encolumnados en la largada. Subo a control y me dice ‘no, vos no sos’ así que bajo y estaba todo listo y yo me estaba sentando en el auto, atándome. Cuando arranco, largué muy bien, creo que pasé 15 o 20 autos y se me terminó el mundo, 18 autos chocamos y 9 pilotos terminamos hospitalizados. Me llevaron a Buenos Aires y estuve en silla de ruedas un mes, cuando estuve bien, decidí comenzar a correr en el Turismo Pista”.

Muchos trofeos, pero más amigos

Lito Imaz indica que “tengo muchos trofeos, pero tengo más amigos. Hace un tiempo Cristina llevó una caja completa para regalar, le sacamos las chapitas y regalamos muchos. Los amigos es lo que te deja esto. Vos me preguntas si me acuerdo cómo salí y yo te digo que no lo sé, sé que tengo muy lindos recuerdos. Por ejemplo en una competencia en 9 de Julio que fue gente de Bariloche, viajó mi gran amigo Fernando ‘Titin’ Manusia con Di Tulio y varios más, hicieron un gran esfuerzo para viajar y ver esa carrera. En esa carrera clasifiqué tercero, en la serie iba tercero, voy a pasar al segundo y él piensa que ya lo había pasado y se cierre, y yo desaparezco en la curva. Rompí todo el auto. Largué la final en el puesto 29 y volví a terminar tercero, fue una gran carrera, y sobre todo porque estaba Titin Manusia. Recuerdo esa época y en algunas competencias llegamos a estar 32 autos en un segundo, tengo algunas planillas de eso. Era todo muy parejo, me acuerdo que ya corríamos con mi hijo Javier en el mismo equipo y llegamos a ser 75 autos y el circuito era solo para 40 autos, es decir que 35 quedaron afuera. Por suerte, salvo una vez que me echaron por un toque, siempre corrí todas las finales”.

Gracias a la vida que me ha dado tanto

Lito Imaz cuenta y reflexiona: “Siempre estuve contento y todo lo que hice en mi vida lo hice con pasión. De tener oportunidad de hacer mi vida lo haría todo igual, menos casarme dos veces (risas)”. Es que Lito y Cristina Krause, decidieron renovar los votos cuando cumplieron los 25 años de casados. “Hicimos fiesta de nuevo, todo. Soy un enamora de la vida, de lo que hice, de cómo me fue y de las cosas que hago, hoy sigo con mi trabajo que es maravilloso. Cuando tenía 14 años, íbamos con mi hermano Kiko al sur. En Gobernador Gregores se rompe el camión y mi hermano se va hasta Comodoro a buscar los repuestos. Yo, con 14 años, recién salido del cascarón, me quedé encerrado cinco días en el camión, estaba encerrado como loco malo, en cinco días pasaron 9 vehículos, no andaba nadie. Me acuerdo que todos pararon y me ofrecían su ayuda y me dejaban algo, hasta whisky para el frío me dejaron. En cuanto al automovilismo siempre lo hice con mucho esfuerzo, el automovilismo es caro, y necesitás tiempo, en cada carrera con Cristina, eran nuestras vacaciones”.

Hoy, dedicado de lleno a su empresa, dice “trato de viajar y disfrutar mucho de la vida, ahora en esta cuarentena obviamente que no. Hoy por todo lo que hice, tengo que agradecer mucho al comercio de Bariloche, a mis proveedores que me dieron una gran mano. En una categoría nacional sin sponsors no podés correr. Por supuesto a la familia y amigos que siempre estuvieron atrás. Cristina solo falto a dos de mis carreras. Una de motocross, porque me estaba haciendo una pulseada y porque a ella no le gustaba y a una de camiones en Salta porque era la comunión de Valeria, después fue a todas. Javier por ejemplo anduvo mucho tiempo y bien en karting, luego en el Turismo Nacional pecó por acelerador, porque se quejaba que el auto no doblaba o que no frenaba, pero era porque aceleraba demasiado y luego se dio cuenta solo, son cosas que te da la experiencia”.

Anécdota

En 27 años ininterrumpidos de automovilismo y fines de semana en los autódromos, Lito Imaz rescata una anécdota. “Corríamos en Mar del Plata, se había largado a llover torrencialmente. Todos con gomas de lluvia, salgo a la serie y cuando llego a mi lugar, tenía una goma baja, había pinchado. La cambiamos antes de largar y pusimos una de piso seco, encima del lado de mayor carga del auto. Ganamos la serie y a mí me descalifican por cambiar la goma en el lugar indebido y con la excusa que haber entorpecido el procedimiento de largada. Estaba tan enojado que ya nos veníamos y me acuerdo que me convenció un amigo que siempre me acompañaba. Largué último e hicimos podio, fue la mejor carrera, una gran carrera”.

Reconocimientos

“Lito” Imaz dice son una sonrisa que “me acuerdo que la gente de Bariloche me decía ‘termotanque viejo’, porque le faltaba piloto, igual me gustaba correr, no me preocupaba, hoy la gente me reconoce mucho, de los autos y de los camiones. De la de los camiones lamentablemente todo duró un año. Era una empresa que había encarado Campeones junto con la familia Jodor, yo creo que tuvieron otras expectativas”.

Martín Leuful

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