Ruidos del cielo que hacen ladrar a los perros, tienen una explicación científica

Sonidos, similares a trompetas, emitidos desde el cielo, como corolario del fin de mundo; perros que ladran y aúllan de manera constante ante este suceso; y ruidos, nunca antes advertidos, se hicieron presentes en las silentes noches de la ciudad, ante el aislamiento social obligatorio por el COVID-19. El fenómeno, tiene una explicación científica y fue advertido en distintos puntos del mundo.

Durante estos últimos días, o mejor dicho noches, muchas personas comentaron, a través de las redes sociales, que escucharon sonidos extraños, semejantes a trompetas, en algunos casos, que provenían desde el cielo. Las cadenas de mensajes, videos, fotos y comentarios que intentaron documentar el fenómeno, fueron compartidos a través de Internet.

Ante este escenario, no fueron pocas las lecturas apocalípticas y los rumores de la llegada del fin del mundo. También dieron el presente aquellos que arriesgaron teorías relacionadas al fenómeno OVNI.

El extraño suceso fue advertido en distintas ciudades de la Argentina, y San Carlos de Bariloche no fue la excepción. Desde distintos barrios de la ciudad muchos vecinos, a través de las redes sociales, hablaron del tema y registraron su experiencia en audios y videos; de allí en más nacieron los más variados análisis.

No obstante, estos sonidos provenientes del cielo, tienen una explicación científica. Se trata de un fenómeno muy común en esta época del año, denominado “cielomoto”.

Los científicos, comúnmente, se refieren a él como: “terremoto en el cielo”. Se debe al choque de masas de aire caliente y frío; tal como los movimientos telúricos o sismos que ocurren debido al acomodamiento de las placas tectónicas.

En esta época del año el movimiento del aire en altura es considerablemente estridente, debido a los bruscos cambios de temperatura que se dan en muy poco tiempo; ese suceso genera una onda de choque que se traduce en sonidos que emanan desde el cielo a modo, para algunos, de mensajes sonoros apocalípticos.

La magnitud del fenómeno se potencia en estos días debido al aislamiento social obligatorio, donde las noches se presentan calmas y silenciosas, en las que están ausentes los habituales sonidos y ruidos que generan las ciudades.

Lo cierto es que el desconcierto surgió entre muchos vecinos de nuestra ciudad y en pobladores de otros puntos del país y del mundo.

Sobreexcitados por el contexto

El miedo también se hizo presente entre muchos de estos testigos que, sobreexcitados dentro del contexto que atravesamos como sociedad debido a la pandemia por el COVID-19, buscaron refugio ante esta aterradora experiencia, aportando comentarios acerca de lo vivido, haciendo uso de las redes sociales como vehículo de escape o deseosos de hallar un lugar común para descargar el peso de esas tenciones.

Los sonidos advertidos por distintos actores de esta novelesca situación, que se asemeja a un relato o cuento de ciencia ficción digno de la pluma de Isaac Asimov o Ray Bradbury, fueron comparados a zumbidos, truenos o al retumbo provocado por el paso de un avión a muy baja altura.

Según especialistas que hablaron sobre este tema, en distintos medios de comunicación, a raíz de los numerosos comentarios en las redes, se supo que los perros son los animales más afectados por este fenómeno sonoro, que los lleva ladrar y aullar, atemorizados, y por períodos de tiempo largamente prolongados.

El fenómeno fue también comentado en ciudades de Europa y América Latina.

Julio Luzuriaga