TIENE PASAJE AÉREO A SANTIAGO DE CHILE, PERO NO PUEDE REGRESAR

| 01/04/2020

Dramático pedido de barilochense varada en los Estados Unidos

Julio Luzuriaga
Dramático pedido de barilochense varada en los Estados Unidos

 

“Tengo miedo. Acá se está contagiando y muriendo muchísima gente. Es un horror. Las estadísticas crecen a pasos agigantados. Quiero viajar para estar con mi familia”, fue el angustiado pedido de Patricia Duarte, que hace un mes viajó a EE.UU. para cuidar a una prima que fue operada. Tres veces fueron reprogramados sus vuelos y no puede conseguir ayuda de la embajada ni del consulado argentino en Miami.

Patricia Duarte es una barilochense de 47 años de edad, que desde el pasado 7 de marzo se encuentra en los Estados Unidos, sin poder retornar a la Argentina.

En diálogo con El Cordillerano, relató desde Norteamérica, cómo se suceden sus días, varada en el extranjero, sin dinero, viviendo de prestada en la casa de una familia de amigos de su prima.

Pese a tener un pasaje aéreo, con fecha para el 7 de abril próximo, no puede retornar a la Argentina debido a la suspensión de vuelos a nivel mundial por la pandemia del COVID-19; situación que afecta a miles de argentinos en distintos puntos del globo.

Realmente desesperada aseguró que llegó a los Estados Unidos para cuidar a su prima que se sometería a una delicada intervención quirúrgica en una rodilla.

“Sé que habrá comentarios porque hay mucha gente que, por temor, está en contra de las personas que estamos en el exterior. Pero tengo certificados de la clínica que confirman que viajé para acompañar y atender a mi prima”, apuntó Patricia en el comienzo de la charla con este medio.

Cronológicamente contó: “viajé el 7 de marzo y mi regreso estaba programado para el próximo 7 de abril, plazo que calculábamos demandaría la recuperación de mi prima, a quien le colocaron una prótesis de rodilla”.

“Mi pasaje de regreso es de Latam Airlines, origen Miami con destino final Santiago de Chile, el más económico que se consigue. Hasta el presente me lo cambiaron dos veces; me lo reprogramaron. Me dieron esa oportunidad, pero me cancelan todas las opciones. Me enviaron desde la empresa una nota en la que me dicen que puedo dejarlo abierto hasta el 31 de diciembre próximo: es una locura que no entiendo”, dijo la barilochense.

El aeropuerto más cercano a su lugar de residencia es el de Fort Lauderdale de Miami. “Me queda muy lejos, pero tengo que ir porque por teléfono no puedo hacer absolutamente nada”, aseguró.

Patricia se encuentra varada en la localidad Plantation, de Fort Lauderdale. En departamento 102, de la calle 34 del distrito Sunrise.

Embajada y consulado

Quebrada por la desesperación, comentó que “durante una semana llamé, varias veces por día, a la Embajada Argentina y nunca pude comunicarme con ellos, ni con el consulado argentino en Miami (Florida). No pude comunicarme con ellos por teléfono, por lo que probé por correo electrónico. Me respondieron uno de los correos, tres días más tarde. Me dijeron que necesitaba llenar un formulario COVID-19 por Internet, pero en una etapa la página se anula”, aseguró.

Para llegar a la Embajada Argentina, desde su domicilio actual, debe viajar durante una hora. “La ciudad de Miami está aislada y en caso de ser parada en la calle por la policía, sin una justificación o autorización, corro el riesgo de ir presa”, subrayó.

Lejos y sin plata

“No tengo dinero. Me están bancando con una habitación y un plato diario de comida. Estoy en una situación desesperante. Mi prima sigue haciendo su rehabilitación. Se encuentra en una situación económica peor que la mía. Está atravesando una situación de desalojo. Ella es ciudadana norteamericana”, contó.

“Una familia amiga de ella, me presta un cuarto hasta que pueda solucionar mi tema y viajar a la Argentina”, dijo Patricia.

En Bariloche vive con su madre, de 89 años de edad, y su hijo de 13, en un departamento céntrico de calle Rolando. “Ellos están haciendo la cuarentena, totalmente encerrados como corresponde”.

En este punto de la charla, con la voz entrecortada, víctima de una desesperación incontenible y notablemente asustada, pidió “ayuda para regresar a Bariloche”.

“No llamé a ninguna autoridad de Río Negro, ni de la Argentina porque no tengo números de teléfono. Necesito viajar. Estoy sana, que me hagan las pruebas que tengan que hacerme”, imploró.

“Tengo miedo, acá se está contagiando y muriendo muchísima gente. Es un horror. Las estadísticas crecen a pasos agigantados. Quiero viajar para estar con mi familia. Cumpliré la cuarentena necesaria y firmo lo que sea”, apuntó Patricia en el final de la entrevista.

Julio Luzuriaga

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