¿QUÉ SERÁ DE…?

| 25/03/2020

Carlos Martínez, campeón argentino de esquí y uno de los máximos exponentes de este deporte

Martín Leuful
Carlos Martínez, campeón argentino de esquí y uno de los máximos exponentes de este deporte
Carlos Martínez cuenta su historia y expresa su sentir por el esquí. (Foto: Facundo Pardo)
Carlos Martínez cuenta su historia y expresa su sentir por el esquí. (Foto: Facundo Pardo)

Martínez y Peti Olivieri son señalados como los dos competidores que marcaron un antes y un después en el esquí nacional.

El paso por el profesionalismo quedó marcado a fuego dentro del deporte nacional. “Cali” Martínez, habla de una gran historia deportiva, una historia contada por un gran caballero.

A sus 62 años, Carlos “Cali” Martínez se sienta con mucha tranquilidad, y comienza a contar su historia, que es muy valorada dentro del esquí alpino. Junto a su inseparable amigo Peti Olivieri iniciaron el camino dentro del profesionalismo compitiendo contra verdaderos ases del esquí a nivel mundial y pasando límites inimaginados.

Comenzó a esquiar a los 5 años y a los 31 fue su retiro. Formó una muy linda familia junto a Karina Kovacevich y tiene cuatro hijos, Tomás, Camila, Sofía y Victoria. Luego se dedicó durante años a la producción de eventos deportivos. Con su empresa dio el puntapié inicial a las competencias de montaña. En 1997 fue el pilar fundamental para que desembarcara el Raid Gauloises y en 1999 Bariloche pudo vivir el Eco-Challenge.

El dos veces campeón nacional de esquí, Cali Martínez comienza contando “han pasado muchos años, creo que para mí el esquí fue un tránsito en una época de mi vida que marcó el resto o mejor dicho mi edad adulta, para mí fue un paso espectacular que me formó, me permitió la posibilidad de dedicarme a un deporte y vivir de él. A partir de esto mi vida continuó y traté de quedarme pegado a la actividad”.

Martínez cuenta sus inicios explicando, “empecé como todos los chiquitos, a los cincos años en el Club Andino Bariloche, pero en esa época, hace mucho tiempo atrás, no estaban los medios de elevación que están hoy, teníamos muchas menos horas de esquí y era un poco más el vivir la montaña y el desarrollo nuestro era más una formación de montaña que de esquí. A partir de los 11 años se dio un intercambio con un club de Estados Unidos y ese hecho de hacer doble temporada me permitió comenzar a perfeccionar mucho más el nivel técnico de mi esquí, a consecuencia de ello nos destacamos un poco más localmente y nos empezamos a proyectar en el deporte con otra mentalidad, porque de alguna manera nosotros veíamos en Estados Unidos, que los chicos desde muy pequeños ya tenían un sistema de competencia y clasificaciones muy superior. Para ellos, estas clasificaciones eran la puerta de entrada para que estos chicos puedan llegar a una situación de campeonato nacional. Ellos primero clasifican en su comunidad, luego en su estado y de ahí al nacional. Ese nivel de competencia te hace ver que se necesitan progresos y trabajo para poder posicionarte mejor. En estos intercambios tuvimos la suerte de sacar un poco de ventaja con las dobles temporadas y se formó un grupo muy lindo, de diferentes edades y muy competitivo. Allí continuamos, dentro del amateurismo, con el programa de la federación nacional”.

Jacques Pitte

Cali Martínez señala a su entrenador de ese tiempo, el francés Jacques Pitte como quien los marcó y les dio las herramientas para que llegaran hasta donde lo hicieron. Al respecto cuenta “tuvimos la enorme fortuna de tener un entrenador que salía de todo esquema en la Argentina. En el esquí nacional siempre fue más importante el dirigente que el deportista. A nosotros nos agarró muy temprano Jacques Pitte, un francés, él tenía otra cabeza, conocía el mundo del esquí como ninguno. En Europa el esquí es como el fútbol, muy masivo y muy importante. Jacques fue bastante resistido en esa época por los dirigentes, tenía otra manera de trabajar, pero él a nosotros nos formó y nos hizo ver cuál era el camino para llegar.

Obviamente nos mostró que había que transitar un camino muy difícil y de mucho laburo para llegar y de hecho a los 20 años nosotros estábamos y te digo nosotros porque estaba Pety Olivieri, que hizo un resultado a los 20 años que lo posicionaba casi entre los primeros 15 de mundo dentro del amateurismo, todo esto gracias al trabajo que desarrolló Pitte”.

Al profesionalismo

Cali Martínez arranca su paso por el profesionalismo, una decisión muy difícil que tuvieron que tomar cuando apenas transitaban los veinte años. “Nosotros a los 20 años tuvimos un cambio forzado, a partir de ese triunfo que tiene Pety Olivieri en Bariloche y donde se mete entre los 15 del mundo, nosotros teníamos dos caminos. Uno era continuar en el campo amateur que era lo que conocíamos y para lo cual nos habíamos formado y el otro era irnos al campo profesional. En este campo nosotros fijamos algunas condiciones que era mantener a Jacques Pitte como entrenador porque veíamos que realmente era un aporte enorme para nosotros desde lo técnico, desde lo formativo, que tenía la visión y el conocimiento para hacerlo. Por una cuestión de egos en la federación, que en realidad eran nuestros jefes, son los que te firman la habilitación para correr, por algunas diferencias que había en cuanto a las elecciones de los circuitos, armar el calendario, entonces no nos aceptaron que continúe Jacques Pitte como entrenador oficial. Entonces tomamos el riesgo, con el apoyo económico que teníamos de una empresa privada, de pasar al circuito profesional dado que no estaban dadas las condiciones para el amateurismo y acá en Bariloche que mucha gente estaba viendo nuestra evolución, se sintió como frustrada por ese cambio, pero nosotros mirábamos nuestra carrera. Finalmente nos metimos de lleno en el profesionalismo y eso significó autogestionar nuestras giras, elección de calendario, elegir nuestros entrenadores, negociaciones con equipos. En el campo profesional, es como en el automovilismo, hay determinadas marcas que apoyan o forman equipos y hay competidores de diferentes países que lo integran. Como éramos jóvenes promesas, tuvimos rápidamente el apoyo de empresas privadas que nos permitieron arrancar y a partir de allí nos autoabastecimos y continuamos por diez años más en este circuito que recorría Estados Unidos, Canadá, Japón y Europa”.

El debut

Martínez cuenta su debut en Colorado, Estados Unidos, en su primera competencia en el profesionalismo. “En este punto tengo que hacer una aclaración. Vos en el amateurismo, te inscribe tu federación y corrés y listo. En el profesionalismo existe una clasificación donde tenés que estar dentro de un determinado porcentaje e ingresar con los 32 mejores para correr ese fin de semana. Y todos los fines de semana son iguales. Por ahí un fin de semana entrábamos entre los primeros cuatro y al siguiente quedábamos afuera. El nivel era altísimo. La verdad es que nos adaptamos muy bien al sistema. Hoy por ejemplo la Federación Internacional de Ski lo está adaptando como una prueba exhibición al slalom paralelo. Nosotros corríamos slalom paralelo y gigante paralelo. Durante algunos años hubo descenso y realmente era espectacular porque tenían más saltos que los habituales. Es que los derechos estaban cedidos a importantes cadenas de televisión y tenían que dar espectáculo en EE.UU., Japón o Europa”.

Balance

Cali, siempre con una sonrisa, muy respetuoso, pausado y sereno dice: “la verdad es que como esquiador argentino me siendo realizado. No me quedó ninguna cuenta pendiente y de alguna manera tuve el privilegio de cumplir con todas las temporadas que me propuse o las que pudimos hacer. Creo que a diferencia de los chicos en Argentina que tienen mucho ímpetu, mucho talento y muchas ganas hasta determinada edad y luego se frustran porque obviamente necesitan el respaldo de una federación que obviamente nunca les pudo brindar lo que necesitan para poder tener las condiciones óptimas y desarrollarse y decir bueno hasta acá llegué. Siempre se ven truncadas sus campañas y se quedan con una cuenta pendiente en sus carrera deportivas. Junto con Peti corrimos tres años el circuito mundial que eran carreras en Europa, Estados Unidos, Canadá y Japón, ese circuito como era una empresa privada como el ATP del tenis, fue una experiencia espectacular y después se transformó en tres circuitos americanos con algunas fechas en Europa y en Japón. En ese ínterin en EE.UU. y por una cuestión comercial, se dividió en una zona oeste, este y centro, y había ciertas competencias entre los 3 circuitos, pero todo el plantel de corredores profesionales se repartía en tres sectores. Luego se fue formando un circuito muy importante en Japón y fuimos invitados a ser miembros del circuito japonés y del 84 al 88 que me retiré, participamos de este campeonato con algunas fechas en Estados Unidos”.

Anécdotas

Cali tiene cientos de historia, en las más de dos horas de charla contó innumerables situaciones que vivió en los miles de kilómetros recorridos. “Para nosotros todo fue un aprendizaje de vida. Cuando yo era un niño, en Bariloche teníamos Canal 3 y allí pasaban una serie que se llamaba Caza Submarina con Lloyd Bridges. El esquí profesional, tenía mucha actividad de marketing y nosotros teníamos que trabajar para los sponsors. En una de esas actividades conocí a Lloyd y luego a Clint Eastwood. Recuerdo las giras del amateurismo, siempre sin plata y no sabíamos si no volvíamos a la siguiente semana o a la otra. Es lo que rescato siempre, fuera de los resultados, nos permitió aprender. Fue una escuela de vida para mí y fue la escuela con el deporte que amo. Lo que queda acá es una forma de vida, un estilo de vida y saber que, con trabajo, esfuerzo y mirar muy adelante vos te podés realizar como persona, podés obtener muchísimas posibilidades y sentirte feliz con lo que hiciste, que invertiste tu tiempo y tu esfuerzo de la mejor manera”.

El esquí hoy

Cali da su visión de cómo ve el deporte: “Al esquí lo veo como siempre en líneas generales, veo chicos con mucho talento, chicos que hasta cadetes y juveniles tiene mucha proyección y mucho talento, pero falta lo de siempre, la estructura, el marcado de línea desde arriba. Es decir que se les diga el esfuerzo que hay que hacer para llegar y que hay que mirar más lejos”.

“Acá todavía los chicos se disputan un campeonato nacional, un campeonato nacional lo ganamos entre nosotros, no sirve de mucho. Nosotros tenemos que ver de ganarle a un austríaco, a un italiano, a un francés o a un americano. Esa es la meta. Creo que si pretendemos ser el campeón del club o ser campeón argentino, no significa nada. Hay que mirar mucho más lejos, cuando uno mira más lejos, realmente ve todo lo que le falta.

Lamentablemente no está organizado el mecanismo de generación de recursos, para que los chicos no se tengan que preocupar de otra cosa que no sea el esquí, que ya es un montón. Este es un denominador común de los que transitaron esto y por otro lado como barilochense que siempre marcamos el nivel, siempre los cambios se generaban acá y siempre el esquí al menos en mi época no era de gente que pudiera esquiar, sino del que quería esquiar. Lo que lamento es que después de todos los años que han pasado, todavía no estén dadas esas condiciones para que muchos chicos de Bariloche y sobre todo los de menos recursos puedan practicar este deporte. En realidad nadie tiene los recursos para esquiar, ni siquiera los que tiene plata. Y no debería ser ese el motivo. El trabajo también es responsabilidad de los clubes. A veces en los clubes están más preocupados en cuantos pares de esquíes tenés que traer, cuántos pares de bastones o la marca de las antiparras y no se preocupan de formar al pibe. No es importante la marca del equipo, lo importante es formar a una persona, un deportista. La verdad es que durante estos años hemos desperdiciado las condiciones de un montón de vecinos nuestros, además hemos perdido el liderazgo de formadores de esquí en la Argentina. Acá los clubes deben recibir a los chicos y formarlos para la montaña, después ellos decidirán qué hacen, pero vos ya formaste personas que por ahí se desarrollan como instructores, patrulleros, rescatistas o competidores. Esto que digo es lo que sucede. Francesca Baruzzi tuvo un décimo puesto en el mundial juvenil, lo que es grandioso y marca el potencial que tienen los esquiadores argentinos, pero esa chica a partir de ahora necesita tener detrás una estructura, que Argentina nunca la pudo ofrecer o facilitar. El esquí argentino, por más que tenga un solo esquiador, necesita tener un equipo multidisciplinario, en un equipo es tan importante un kinesiólogo, un psicólogo como el que prepara los esquíes y la Argentina no está pudiendo cubrir esa necesidad, no sé si se llega a entender. Acá se debe innovar y generar los fondos necesarios con un grupo de empresas para buscar el respaldo necesario para estos competidores”, concluyó.

Martín Leuful

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