LA MENOR TIENE 64 AÑOS Y LA MAYOR 72

| 19/03/2020

Ocho mujeres realizaron travesía de seis días de caminata en el Parque Nacional Perito Moreno

Susana Alegría
Ocho mujeres realizaron travesía  de seis días de caminata en el  Parque Nacional Perito Moreno

Un grupo de mujeres, amantes de la montaña y conocedoras de muchas zonas de nuestro entorno, decidieron visitar el Parque Nacional Perito Moreno. Lo maravilloso de esta historia es que la menor de ellas tiene 64 años y la mayor 72. Julia Vives, Marta Romero, Ann Borsinger, Nelly García, Mabel Fernández, María del Carmen Froelicher, Cristina Mhaas e Irene Bein fueron acompañadas por el guía Tomás Bein y el conductor Gonzalo Osores Soler.

Marta Romero comentó “nosotras nos conocimos hace muchos años, en un principio pensamos ir con nuestros vehículos pero finalmente decidimos alquilar una combi para hacer el trayecto hasta donde comenzaríamos la caminata”.

La idea original fue del guía, un profesional muy experimentado puesto que durante mucho tiempo estuvo haciendo travesías al Aconcagua. “Él y una compañera armaron el listado y dijimos que sí, somos todas jubiladas, la propuesta era ir al Parque Perito Moreno, hay una zona que fue anexada por un extranjero que falleció y donaron esas tierras”. Allí se construyeron algunos refugios y son los que utilizaron para hacer noche en las caminatas.

“Primero fuimos al pueblo de Perito Moreno, ahí recorrimos mucho, conocimos el museo y a la mañana siguiente fuimos a la Cueva de las Manos que nos quedaba de paso”, detalló.

Siguieron por el ripio en el vehículo y al llegar al segundo destino las recibió el director del Parque Nacional porque según dicen, no reciben muchas visitas.

Según un brigadista de esa zona, es uno de los parques menos visitado del país, con tan solo 700 personas por año.

“El cerro más alto es el San Lorenzo y nuestra meta era llegar al glaciar que está debajo y a una laguna que se llama Los Glaciares”. En total caminaron 6 días, “cada una con su mochila, lo único que suprimimos fueron las carpas porque dormíamos en los refugios y llevamos bolsas de dormir”. Como no se puede prender fuego llevaron comida especial “la que utilizan los escaladores a la que solo hay que hidratarla con agua hirviendo para consumirla”.

Problema de salud o accidentes menores, ninguno, “tuvimos que cruzar muchos ríos, de ida estaban suaves pero como nos tocaron días de lluvia e incluso de nieve, a la vuelta estaban más crecidos y los dos muchachos nos dieron una mano”, dijo.

No es muy difícil de imaginar lo que deben haber sido esos seis días de caminata de estas ocho mujeres. Todo el recorrido fue con el guía y el chofer “nunca nos quedamos sin tema de conversación, ellos se reían y nos iban diciendo: ahora terminaron dos horas de hablar de familia y de hijos, ahora siguen dos de recetas”, contó Marta.

Cada una fue contando cómo conoció a su marido, las mejores hierbas para los malestares, una lista incontable de temas que no tenían fin.

“Compartir esos días nos hizo más unidas, más amigas y el otro día nos encontramos para compartir las fotos pero con esto del coronavirus, no nos pudimos abrazar”, se lamentó.

Al momento de registrar las imágenes en el grupo tenían dos fotógrafas, Marta, encargada de los paisajes, plantas y animales, y Julia la responsable de retratar los momentos cómicos; casi ninguna de estas últimas fotos, se podría publicar en esta nota.

Situaciones divertidas vivieron unas cuantas, “al cruzar el río nos dimos cuenta que nos habíamos olvidado los pantalones cortos, entonces, nos quitamos los pantalones y cruzamos todas en ropa interior”, dijo riéndose mucho Marta.

Para finalizar la fotógrafa e interlocutora del grupo de mujeres señaló: “si nuestros dos acompañantes sobrevivieron los diez días del viaje, pueden sobrevivir a cualquier otra cosa”.

Un verdadero ejemplo de fortaleza, decisión y ganas de continuar disfrutando de la vida, demostrando que nada es imposible cuando uno se lo propone.

Susana Alegría

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