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| 18/03/2020

Liliana Odano da a conocer “Fábulas de la Patagonia”

Adrián Moyano
Liliana Odano da a conocer “Fábulas de la Patagonia”
La autora y su creación más reciente.
La autora y su creación más reciente.

La creadora de “La brujita Alegría” se refirió a su quinto trabajo, al que además de escribir, ilustró con dedicación. Un trabajo que se centra en la vida animal de la región, aunque con vocación muy humana.

Casi seis años atrás, María Liliana Odano tuvo la ocurrencia de publicar los textos que había escrito para sus nietos. Desde entonces, la cosa fue cada vez más en serio e in crescendo. Desde fines de 2019 puede encontrarse en las librerías de Bariloche “Fábulas de la Patagonia”, su quinta producción.

Y decimos producción porque la autora no solo se encarga de la escritura de las historias sino también de su ilustración, de creciente complejidad.

WhatsApp mediante para respetar las restricciones a la movilidad, confió Odano: “los anteriores están casi todos dirigidos a niños de 0 a 7 u 8 años, pero este hasta sirve para los grandes. Son fábulas de animalitos de nuestra fauna, que es tan rica en la Patagonia. Por supuesto, como toda fábula, al final tienen una moraleja que es una enseñanza de vida”, realzó. Anote los previos: “Cuentos de la brujita Alegría”; “La brujita Alegría guardiana del planeta”; “Los viajes de la brujita Alegría” y “Bailando con duendes”.

En “Fábulas de la Patagonia”, “las niñas, niños, grandes y aquellos que llevan un niño adentro y lo dejan salir, se pueden encontrar con un pumita malhumorado y un zorrito amistoso, un quintral vanidoso y colibríes rubíes, un majestuoso cóndor y un pequeño choique, un búho pigmeo patagónico y un rayadito. Hasta hay una pequeña leyenda del Nahuelito”, enumeró su creadora, con complicidad.

“La idea es introducir a los niños y niñas en el conocimiento de nuestra fauna patagónica, aprender a quererla y respetarla y por supuesto, seguir haciendo cosas para cuidar nuestro planeta”, en línea con sus trabajos precedentes. “Con estas historias encontrarán que en parte son divertidas, que enseñan y que en algunos casos, los animalitos tienen el nombre mapuche como para introducir algunas de las palabras del mapuzungun en el oído y el conocimiento de las niñas y niños”, señaló.

Aclaró la escritora que “todas las fábulas son creaciones mías, producto de una investigación sobre la vida de cada uno de los animalitos, sus costumbres, el hábitat, las interrelaciones, la importancia de su existencia en el medio y en este ambiente. Primero investigo y en este caso, la técnica fue encontrar con quién relacionarlos”, indicó. “Por ejemplo, encontré que el colibrí rubí tiene una función importantísima en la polinización y lo pude relacionar con la flor del quintral. Así se fueron dando esas parejas de animales o de animales y plantas que entre sí desarrollaron una historia para después, llegar a la moraleja. Pero son todas las fábulas producto de mi imaginación y de mi investigación”, insistió. “Además, a las ilustraciones las hago absolutamente a mano, no hay intervención de la computadora en ellas en el resultado final del libro”.

Representación

Esa elección añade mayor valor agregado a “Fábulas de la Patagonia” porque “en este libro la ilustración me llevó mucho más tiempo, porque no es lo mismo un personaje imaginado por mí, como La brujita Alegría, dibujado en distintas posiciones e interactuando con otros personajes que también invento, que dibujar un animalito que es como un dibujo animado, pero que tiene que ser visto como tal, como ese animalito que quiero representar”, expresó.

Con ese afán, “no fue fácil, hice muchos dibujos, deseché muchos, rompí… Me llevó casi ocho meses el trabajo de la ilustración, más tiempo que escribir las historias”, confió Odano. “Normalmente es así, siempre escribo las historias y después la ilustración requiere más tiempo, porque lleva dedicación, perfeccionamiento, luces, sombras… Por ahí me parece hermoso y al otro día lo miro y veo que le falta algo y vuelvo a hacerlo, pero es un trabajo maravilloso, lleno de magia”, proclamó. “Complementariamente, a través de los libros hago una tarea social”, deslizó, con ánimo de abundar.

En efecto, “desde que publiqué mi primer libro, casi vengo publicando uno por año, porque van a hacer seis (de la primera publicación) y vengo haciendo una tarea social porque yo estudié Asistencia Social, además de ser maestra y profesora de Dibujo. Sobre todo, las armas de la Asistencia Social me sirven para aplicarlas ahora con mis libros. Recorro casi todas las escuelas, jardines, comedores, barrios y bibliotecas… De donde me llamen, voy, con mis libros, mis historias, mi banner, tengo el Rock de la Brujita Alegría que normalmente, después bailamos con los chicos y las maestras”, compartió.

En el transcurso de esas visitas, “cuento mis historias gratuitamente para ir y colaborar en la educación de los chicos, comentarles el amor por nuestra fauna, nuestra flora y fomentar los valores de solidaridad, amistad y respeto por las diferencias”, destacó Odano. “Hacia todos esos valores apunta mi literatura, así que voy y les cuento una o dos historias, muestro mis dibujos y los chicos quedan embelesados. Muchos hacen sus dibujos y después me los dan o envían y para mí, son tesoros invaluables”.

El ida y vuelta resulta el núcleo fundamental de la relación. “Recibo un amor incalculable de los chicos y también de los maestros que a mí me hace mucho bien. Que me entrevistes me ayuda a dar a conocer mi obra, porque es todo a pulmón y a mis libros los distribuyo yo en Bariloche y Dina Huapi, en una tarea personal”, describió la autora. “El año pasado tuve la agenda completa, con tres o cuatro presentaciones por semana. Esa es mi función, es algo bueno, desinteresado y dirigido a que los chicos reciban amor y a través de ese amor, aprendan. Normalmente, al final de cada charla nos damos un abrazo grupal y es maravilloso. Es muy lindo”, destacó la escritora. Como una fábula, pero de la vida real.

Para tercer grado

La persistencia de la escritora-ilustradora hizo que se concretaran reconocimientos institucionales. “Este año han declarado Fábulas de la Patagonia de lectura obligatoria en una escuela de Bariloche para los terceros grados y eso para mí, es muy importante. Y en noviembre, cuando llegó el libro, fue declarado de interés educativo, social y cultural por la Legislatura de Río Negro”, se enorgulleció María Liliana Odano y con sobradas razones.

“Uno de mis objetivos principales es fomentar la lectura”, completó la creadora de la brujita Alegría. “Los chicos leen, piden el libro y lo leen y si todavía no saben leer, piden que se los lean. Eso es muy importante, porque también es importante que el adulto le lea al niño. Se produce algo muy especial, le está dedicando un trozo de su tiempo, están compartiendo un espacio común, el tono de su voz… Se produce un intercambio entre ambos mundos y nace la magia. De la lectura nace esa magia”, subrayó. Que también es contagiosa.

Adrián Moyano

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