13/02/2020

Descubren que una hormona aceleraría la progresión de un agresivo tumor cerebral

Descubren que una hormona aceleraría la progresión de un agresivo tumor cerebral
Marianela Candolfi (der.), Antonela Asad, Adriana Seilicovich, Camila Zuccato, Alejandro Nicola Candia y Daniel Pisera.
Marianela Candolfi (der.), Antonela Asad, Adriana Seilicovich, Camila Zuccato, Alejandro Nicola Candia y Daniel Pisera.

Se trata de la prolactina, secretada por la hipófisis, la glándula mamaria y la próstata. Científicas del CONICET creen que podría ser un blanco para mejorar el pronóstico en pacientes con glioblastoma.

Investigadoras de Argentina realizaron un estudio que sugiere que, en hombres, la hormona prolactina no solo favorece la progresión del glioblastoma, el tumor cerebral más frecuente y agresivo en adultos, sino también su resistencia a los tratamientos actuales.

La prolactina es principalmente secretada por la hipófisis, y se produce localmente en la glándula mamaria y la próstata, entre otros tejidos. Esta hormona participa en la regulación endocrina de la reproducción y la lactancia, entre otras funciones.

“A la luz de los resultados de nuestro trabajo, proponemos que la prolactina podría ser un biomarcador en esta enfermedad y un blanco terapéutico para mejorar la respuesta del tumor al tratamiento convencional”, explicó a la Agencia CyTA-Leloir la doctora de la UBA Marianela Candolfi, investigadora del CONICET e integrante del Instituto de Investigaciones Biomédicas (INBIOMED), que depende de la Facultad de Medicina de la UBA y del CONICET.

El glioblastoma es un tumor que afecta a 5 de cada 100 mil adultos por año a nivel mundial, lo que en Argentina significaría entre 1.500 y 1.800 casos nuevos cada año. Su tratamiento consiste en la extracción quirúrgica de la masa tumoral principal, seguido de quimioterapia y radioterapia. Sin embargo, los pacientes tienen una sobrevida muy limitada, porque no se logran extirpar todas las células malignas y es un tumor muy resistente a los rayos y la quimioterapia.

En el estudio, cuya primera autora fue la genetista del INBIOMED Antonela Asad, el grupo liderado por Candolfi comprobó que tanto la prolactina como su receptor se expresan en líneas celulares de glioblastoma, tanto de roedores como de humanos; y que esa hormona se expresa más en biopsias de glioblastoma que en otros tumores cerebrales.

También observaron que los receptores de prolactina son funcionales y que, cuando son activados, las células tumorales migran más y se vuelven más resistentes a la quimioterapia, lo que sugiere que pueden invadir mejor los tejidos.

El trabajo, publicado en la revista “Scientific Reports”, también aporta evidencia respecto de diferencias sexuales en la presentación del glioblastoma. Mientras que en los hombres la expresión del receptor de prolactina en el tumor está asociada a menor sobrevida, en las mujeres se observó el resultado opuesto.

“Bloquear el receptor de prolactina podría mejorar la respuesta al tratamiento en los pacientes masculinos”, afirmó Asad, quien está haciendo su tesis como becaria doctoral de CONICET en el grupo de Candolfi y recibió el Premio Gador para estudios sobre enfermedades médicas insatisfechas en la Reunión Anual de la Sociedad Argentina de Investigación Clínica en 2019.

De hecho, uno de los autores de la investigación, el endocrinólogo molecular belga Vincent Goffin, de la Universidad René Descartes de Paris, Francia, lideró el desarrollo de una molécula que puede inhibir el receptor de la prolactina, por lo cual en una próxima etapa se va a estudiar su efecto sobre la respuesta del glioblastoma a la quimioterapia.

“Esto abriría la puerta a la evaluación clínica de esta estrategia en pacientes con glioblastoma”, se esperanzó Candolfi.
Del estudio también participaron otros científicos del INBIOMED: Alejandro Nicola Candia, Camila Zuccato, Santiago Jordi Orrillo, Adriana Seilicovich, Daniel Alberto Pisera y María Jimena Ferraris. También, Yael Lastra y Emilio De Simone, de la Cátedra de Fisiología Animal de la Facultad de Veterinaria de la UBA; Nazareno González, del Laboratorio Max Planck de Biología Estructural, Química y Biofísica Molecular de Rosario; y Florence Boutillon, de la Universidad René Descartes de París, Francia.

(Fuente: Agencia CyTA-Leloir)

Te puede interesar
Ultimas noticias