EDGAR CONTÍN

| 12/02/2020

El vicepresidente de la Sociedad Rural aseguró que la falta de internet aleja a los jóvenes del campo

Julio Luzuriaga
El vicepresidente de la Sociedad Rural aseguró que la falta de internet aleja a los jóvenes del campo
Muchos jóvenes dejan el campo y se vienen a la ciudad por falta de conectividad.
Muchos jóvenes dejan el campo y se vienen a la ciudad por falta de conectividad.

La escasez de redes de comunicación y mayormente de conectividad a Internet en campos de la región golpea a la actividad; ambas aportan al desarraigo de muchos jóvenes que migran hacia los centros poblados. Así lo explicó Edgar Contín, vicepresidente de la Sociedad Rural Bariloche, como uno de los inconvenientes relevantes para esa industria en la zona. El campo genera unos 500 puestos fijos de trabajo en la región, con una actividad que maneja alrededor de 25 millones de dólares. Los vaivenes del mercado internacional y los avatares del clima son, entre otros, los factores que inciden de manera directa en el campo, la industria madre de la Argentina.

Día tras día, vemos y formamos parte, de manera directa o indirecta, de una sociedad que quedó enganchada a la Internet como una herramienta que, poco a poco, fue ganando un espacio fundamental en nuestras vidas.

Quienes cuentan algunos años recordarán aquella publicidad de una firma de telefonía fija en la que un hombre de campo (vestido con bombacha, camisa, pañuelo al cuello y sombrero) parado con una niña en brazos, en Clemente Onelli, frente a un teléfono público –aparato casi desconocido por las nuevas generaciones- decía con el tubo en la mano y con voz alta, firme y una emoción incontenible: “Hola vieja. ¿A que no sabés desde dónde te estoy llamando?”.

Ese aviso comercial de la década de los ’90 daba cuenta de la llegada del teléfono a distintos puntos alejados de las grandes ciudades. La publicidad quedó en la historia, al igual que le pasó al teléfono, si tenemos en cuenta el fin para el que había sido creado.

Hoy los teléfonos móviles inteligentes se usan, mayormente, para ingresar en las redes sociales y navegar por la Internet, más que para hablar. Niños, jóvenes, adultos y ancianos hacen uso de esta tecnología que conecta al mundo en tiempo real.


Edgar Contín, vicepresidente de la Sociedad Rural, hizo un análisis de la situación que se vive en el campo.

La escasa conectividad en campos de esta región amenaza con dejar al sector sin o con una menguada cantidad de mano de obra que lleve adelante las tareas. Esto teniendo en cuenta que genera la migración de jóvenes a los centros poblados donde, lamentable e irremediablemente, se sumarán a la lista de desocupados o subocupados.

Al respecto, el vicepresidente de la Sociedad Rural Bariloche, Edgar Contín habló de las necesidades del sector a corto plazo. “Hoy el mundo ha cambiado. No sé si es la más imperiosa, pero sí es importante que en el campo existan buenas comunicaciones y buena conectividad. Los jóvenes son jóvenes en la ciudad y en el campo. Hoy sin conectividad es muy difícil arraigarlos al campo”, dijo.

“Como resultado de la migración a los centros poblados surge una mano de obra que para el Estado y para todos es mucho más cara mantenerla allí que en el campo”, explicó. “Más allá de que se pierde el arraigo, la situación se irá agravando con campos solos y cada vez menos mano de obra disponible. Este es un problema que viene desde hace mucho, pero es importante y para tener muy en cuenta”, subrayó.

Baja rentabilidad

Por otra parte, el vicepresidente de la Sociedad Rural de Bariloche se refirió a la actualidad del sector, los principales escollos que encuentran en el camino y la realidad socioeconómica de los trabajadores y productores ganaderos.

Entre las urgencias destacó que la realidad del sector no escapa a la realidad argentina. “El mercado internacional se ha debilitado mucho este año y hablo de lana específicamente; entonces eso afectó a la producción regional.

De todas formas, el campo a pesar de la crisis terrible que pasó con el volcán y los diez años de sequía, se está recuperando y lo hace mucho más rápido de lo que se pensaba. Han ayudado algunos períodos con buenos precios de la lana y una buena demanda de carne”, explicó. “Los problemas siguen siendo los mismos y no difieren mucho de los que tiene el resto de la sociedad, es decir baja rentabilidad y un alto nivel de impuestos”.

“Tenemos una industria a cielo abierto y esta es la realidad. Si hay sequía nos afecta, si nieva demasiado nos afecta y somos conscientes de que esto es así y estamos todos acostumbrados”, confió.

Las necesidades en el sector son muchas y dependen de la escala. El pequeño productor siempre las tiene y hay que atenderlas. “El Estado las atiende en cierta forma, pero siempre falta”, apuntó el ruralista. “También los productores necesitan apoyo. Hoy el campo no tiene forma de hacer inversiones importantes con lo producido si no hay un apoyo crediticio. No se pide que se regale nada. Sin esa ayuda es imposible hacer cualquier mejora porque los números son totalmente irreales, si calculamos lo que se produce frente a los costos”, dijo.

Genética

En esta región existen cabañas. La más reconocida, a nivel nacional, es Ray bawo y se contabiliza a otras más chicas, desde donde se abastece la demanda local y regional de carneros generales.

“La genética de elite la producen 8 o 10 cabañas en el país, entre ellas Ray bawo, es lo que acá se presenta. Esto es piramidal, viene la elite y de ahí se puede nutrir a los cabañeros más chicos que a su vez nutren al resto de la masa de la cadena productiva”, dijo Contín.

El precio de la lana

Al mirar hacia el horizonte analizó que “es complicado. Dependemos de un montón de cosas; más allá de ser una industria a cielo abierto. Dependemos del mercado”.

Este año la lana cotizó a valores por debajo de los de 2019. En la actualidad el kilo de lana que se produce acá en la región, que es de lo mejor, lana fina, lana merino de buenos rindes, si bien es bastante amplio el abanico, cotiza entre 3 dólares y 5,50 dólares el kilo, cuando esa misma lana que hoy se paga a 5,50 dólares, hace un año se comercializaba en 8 o 9 dólares por kilo.

“Hay cosas que hacen variar al mercado”, señaló el ruralista y a modo de ejemplo graficó: “no pasa nada extraño, simplemente se pelea Donald Trump (presidente de los Estados Unidos) con los chinos y eso hizo que el mercado textil en el mundo se deprima terriblemente y nosotros somos proveedores de materia prima de ese mercado”.

“El campo ha pasado miles y va a seguir. Necesitamos mejores condiciones, pero va a seguir con sus más, sus menos y sus vaivenes. El campo siempre va a estar”, aseguró.

“Da mucha bronca que a esto lo tengan claro y en cuenta quienes mandan, no importa el color. Entonces como saben que siempre el productor va a invertir todo lo que gana en el campo, se hace uso y abuso de esa condición”.

“El campesino no entiende de otra cosa que no sea el campo, no entiende de otra inversión, por lo que si se lo apoyara un poco más la realidad sería bastante distinta”, apuntó en el final de la charla, no sin antes recordar que este fin de semana tendrá lugar en el predio de la Sociedad Rural local la 35ª edición de la Expo Rural Bariloche.

Julio Luzuriaga

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