HAY QUE CUIDARSE, SE ACERCAN LAS VACACIONES

| 15/12/2019

Protección y prevención al momento de exponerse a los rayos solares

Protección y prevención al momento de exponerse a los rayos solares

Se acerca el verano, se acercan las vacaciones, se viene la exposición al sol y se deben tomar precauciones para el cuidado de la piel. Las prevenciones, incluso deben existir en los meses previos a la temporada estival.

En los meses de diciembre, enero, febrero y marzo muchas personas disfrutan de días de descanso, procuran broncearse para así poder lucir un “buen color” en la playa. Sin embargo, hacerlo sin tomar las debidas precauciones puede acarrear serios problemas para la salud.

Tanto los rayos solares como las lámparas de rayos ultravioletas y otros artefactos utilizados para dicho fin, pueden ser peligrosos y causar: 1) cáncer de piel; 2) trastornos oculares; 3) debilitamiento de los sistemas defensivos para combatir enfermedades; 4) manchas en la piel de aspecto desagradable, arrugas y piel curtida.

Existen consejos médicos que pueden ayudar, con la finalidad de cuidar el cuerpo de los efectos nocivos que puede causar el sol. Estas recomendaciones se aplican sobre todo a los niños y a quienes presentan algunas de las siguientes características: 1) piel blanca pálida; 2) pelo rubio, rojo o castaño; 3) personas que alguna vez han recibido tratamiento contra el cáncer de piel; 4) personas que padecen alguna enfermedad. En este caso, es necesario que consulte a un médico a fin de adoptar cuidados adicionales; 5) personas que se encuentran tomando medicamentos, allí también consultar a un facultativo.

Permanecer a la sombra

Se recomienda evitar los rayos solares entre las 10 y las 16. Si el día está nublado, no confiarse, pues los rayos pueden atravesar las nubes. Cubrir la cabeza con un sombrero o gorro, aunque un sombrero de ala ancha ayuda a defender del sol el cuello, los oídos, los ojos y la cabeza.

Usar anteojos para sol, pero se deben comprar únicamente anteojos para sol con un sello que garantice que los lentes pueden bloquear entre el 99 y el 100 por ciento de los rayos solares. Si no poseen ese sello, no hay que comprarlos.

Protección del cuerpo

Mientras se está bajo el sol usar ropa liviana; a fin de cubrir todo el cuerpo, pueden usarse camisas con mangas largas y pantalones o faldas largas. Evitar los métodos artificiales para broncear la piel.

No resulta conveniente utilizar lámparas de rayos ultravioletas ni camillas bronceadoras, ni tampoco píldoras y cosméticos para broncear la piel. Los cosméticos bronceadores son aplicados para darle a la piel un tono canela oscuro.

En ocasiones el color puede ser removido con agua y jabón y otras veces desaparece en unos pocos días. Pero, en ningún caso, estos productos son lociones aptas para proteger la piel contra el sol.

Examinar la piel regularmente en busca de señales de cáncer de la piel. Observar cambios en el tamaño, forma, color o volumen de lunares, verrugas, manchas en la piel o marcas de nacimiento. Si nota algún cambio o tiene partes doloridas que no sanan, consultar al médico lo antes posible.

Además: 1) observar alrededor de la nuca y del cuero cabelludo con la ayuda de un espejo; 2) examinar el cuerpo en el espejo tanto de frente como de espalda. 3) doblar los codos y observar debajo de los brazos; 4) mirar la parte posterior de las piernas y los pies.

Los protectores solares son productos de uso externo que contienen sustancias físicas y/o químicas y que actúan como barrera protectora de la piel a las radiaciones solares. Constituyen una defensa de primera línea, siempre que reúnan condiciones necesarias de eficacia, seguridad y calidad. Estos productos son clasificados según el Factor de Protección Solar (FPS), que identifica la protección que ofrece contra los rayos UV, acorde al tipo de piel. A mayor número de FPS, mayor protección.

Es importante la elección del factor de protección a utilizar para el rostro y el cuerpo teniendo en cuenta el tiempo de exposición. Además, el hecho de conocer el tipo de piel ayuda a escoger el producto adecuado.

En la cara posterior del embalaje deberá constar la explicación del factor de protección solar del producto. Generalmente, conviene utilizar un protector solar con un FPS 15, como mínimo, y tener en cuenta lo siguiente: 1) aplicar el protector solar en la piel 30 minutos antes de exponerse al sol; 2) no olvidar colocarse el protector solar aún en las partes sensibles como partes calvas de la cabeza, orejas, cuello, nariz, empeines de los pies y manos; 3) usar también protector labial; 4) en caso de bebés menores de 6 meses, consultar con el médico sobre la conveniencia de su aplicación.

Para constatar si un determinado protector solar se encuentra autorizado, se puede consultar el “Listado de protectores solares autorizados”, dentro de la sección “Cosméticos” de ANMAT.

Para tener en cuenta

Racionar las horas de sol: La piel necesita un tiempo de adaptación, así que no abusar en horas de exposición desde el primer día. Lo único que se conseguirá es no poder disfrutarlo en una buena temporada. Los primeros contactos con el sol deben ser de entre 10 y 30 minutos, aumentando paulatinamente ese tiempo de exposición. Hay que extremar las precauciones en los primeros días.

Evita el sol de mediodía: Aunque exista una protección correcta del sol, existen momentos del día donde lo mejor es, directamente, no exponerse, como en las horas centrales del día, aproximadamente desde las 12 a las 16.

La sombra, esa gran aliada: aprovechar el sol por determinadas cantidad de minutos. No olvidar darle un respiro a la piel. Para ello, nada mejor que alternar periodos de tiempo al sol con un ratito bajo la sombra.

Hidratarse por dentro: el agua es el principal componente del cuerpo humano, por eso se debe cuidar que sus niveles no bajen durante la exposición al sol. Así que hay que hidratarse bebiendo agua, limonada o jugos naturales regularmente; además, ayudará a refrescarse.

Y también por fuera: No olvidar cuidar la piel durante y después de exponerte al sol. Remojarse de vez en cuando mientras se toma el sol ayudará a rebajar la temperatura del cuerpo y a evitar lipotimias, golpes de calor, mareos o insolaciones.

Protección de la cabeza: cuidar la piel es fundamental, pero tanto o más lo es proteger la cabeza. Por eso es muy importante no tomar el sol sin una gorra o un sombrero, sobre todo aquellas personas que tienen problemas de calvicie o una parte importante de la cabeza sin que el cabello les cubra.

Cuidar los ojos: a veces no se le presta la atención suficiente, pero los ojos son muy delicados y una exposición prolongada al sol pueden afectarlos gravemente. Una gorra o un sombrero ayudan a proteger al mismo tiempo cabeza y ojos, aunque las gafas de sol también son una buena solución porque, además, ahorrarán las temidas patas de gallo.

No bajar la guardia en días nublados: no hay que confiarse porque el cielo esté nublado ya que el sol puede quemar igualmente la piel, por lo que no se debe dejar de usar protección solar.

La comida: el alimento ayuda a cuidar la piel frente al sol e, incluso, a conseguir un mejor bronceado ya que hay alimentos que favorecen el incremento de la melamina. Para proteger la piel antes de la exposición solar se recomienda tomar alimentos ricos en vitaminas C, E y D y antioxidantes. Un truco es tomar alimentos rojos o verdes como el tomate, las frutillas, los pimientos o las cerezas.

Evitar las colonias y desodorantes: utilizarlos antes de tomar sol pueden provocar alergias y manchas en la piel, ya que la mayoría tienen alcohol en su composición, por lo que no es nada recomendable su uso.

Precios por las nubes

Los bronceadores y protectores solares, a pesar que brindan prevención para las enfermedades de piel, no son considerados medicamentos, sino cosméticos. Muchas de las cremas que se venden en el mercado superan los $1.000, otras no bajan de los $750/800.

Un envase mediano de factor 50 cuesta cerca de mil pesos. Los faciales salen $1.400. Los incrementos respecto del año pasado no fueron parejos. Los productos con menor factor de protección, que rondaban los 450 pesos a fines de 2018, hoy están en 750, un 65 por ciento más. En cambio, los de alta gama, con mayor bloqueo o componentes específicos para uso facial o para bebés, pasaron de 800 pesos hace un año a entre 1200 y 1400 para este verano.

Además se deben realizar bien las cuentas, porque según médicos y cosmetólogos a los protectores se los debe usar desde noviembre y hasta marzo, con lo cual la familia debe pensar en comprar entre 4 a 5 envases para la temporada estival y con ello el valor de las cremas constituye en un gasto importante.

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